Historia de Zaragoza

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Historia de Zaragoza
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Tejas decoradas, antefijas (Museo de Foro de Caesaraugusta).jpg

Cesaraugusta Nombre latino de la actual Zaragoza.

Enciclopédico

Nombre latino de la actual Zaragoza. Fundada por Augusto como colonia inmune de ciudadanos romanos, con un núcleo de veteranos de las legiones IV, VI y X, licenciados de las guerras cántabras y establecidos en el año 24 a.C. La colonia, que fue asignada a la tribu administrativa Aniense, fue capital del Convento Jurídico Cesaraugustano que lleva su nombre, y su excelente situación estratégica, en la confluencia de los ríos Gállego y Huerva en el Ebro, hizo que rápidamente sustituyese a la anterior colonia del valle medio de este río, Celsa, como cabecera regional.

Plinio el Viejo dice que la colonia se situaba donde antiguamente estaba el poblado indígena de «Salduba», en la región de la Sedetania. Para Ptolomeo, geógrafo que escribe en el s. II desde Alejandría, la colonia estuvo entre los Celtíberos, lo que no es inexacto si se tiene en cuenta el carácter mixto de la zona. Por otra parte, Pomponio Mela, en el s. I d.C., la califica de ciudad floreciente.

Es posible que Caesaraugusta en la época de su fundación no tuviese un puente de piedra, pero situada en un nudo de comunicaciones tan importante y adquiriendo una cierta vitalidad (que las pocas fuentes que tenemos nos transmiten), no hay que dudar que lo tendría tal como lo hubo en Celsa y en Vareia (Logroño).

Si poco es lo que los testimonios escritos nos transmiten de los primeros siglos de la era, más escasa todavía es la información referente a la época del Bajo Imperio, ya que sólo una decena de textos mencionan a la colonia Caesaraugusta, y casi siempre son textos referentes a la vida religiosa. Por ellos se sabe que hubo una comunidad cristiana muy antigua, que figura en todos los documentos de estos siglos, con referencias a obispos y suscriptores cesaraugustanos de los Concilios. (Orígenes del Cristianismo).

Caesaraugusta continuó perteneciendo a la Tarraconense, después de la segregación de las provincias Cartaginiensis y Gallaecia, siendo, con Tarraco, la ciudad más importante de dicha provincia.

Con respecto a los mártires de las primeras persecuciones, nada hay seguro, especialmente la de Nerón. En cambio, son amplias las referencias a los martirios de San Vicente de Huesca, perteneciente a la Iglesia cesaraugustana, y a los «Innumerables Mártires de Zaragoza. En ambos casos, se trata de las persecuciones de Diocleciano y Maximiano (S. IV d.C.).

A lo largo del siglo V y principios del VI se produjo en el mundo romano un cambio violento debido a las denominadas Invasiones bárbaras. Ello llevó aparejado una mutación socioeconómica que significó la progresiva desaparición de la romanidad. En la Tarraconense los cambios fueron menores que en el resto de Hispania, ya que continuó sometida a la autoridad romana. Sin embargo, la crisis provocará levantamientos de campesinos y grupos de descontentos (Bagaudas).

Los emperadores, para someter estos levantamientos, solicitaron la ayuda de tropas federadas, y así sabemos que el rey suevo Requiario, que con el romano Basilio había eliminado una partida de bagaudas por Tarazona en 449 d.C., se dedicó luego, con ayuda de los godos, a saquear la región de Caesaraugusta, aunque la ciudad, como anteriormente, se libraría de ser tomada gracias a sus murallas.

La provincia tarraconense permanece todavía sin someterse a ningún pueblo germánico; en ella perdura la administración romana y, así, en Caesaraugusta, en el año 460 se acoge a Julio Valerio Mayoriano. Este emperador, el último que estuvo en Hispania, acudió a la península de paso para el norte de África, donde había de combatir a los vándalos. Aunque ignoramos detalles de esta visita, su existencia significa que a la ciudad se le daba una importancia considerable en el marco de una proyectada restauración imperial.

Doce años más tarde quedó Caesaraugusta incorporada a la monarquía goda. Un ejército, al mando del conde godo Gauterico, fue enviado por Eurico, penetró en Hispania por Pamplona y ocupó Caesaraugusta y otras ciudades cercanas. Otro ejército, que había entrado por el Pirineo oriental, ocupaba la zona mediterránea. No hubo resistencia a la ocupación, ya que Eurico vino a sustituir en estas tierras a una autoridad imperial prácticamente inexistente.

En los años sucesivos hubo penetraciones godas, como nos transmite una crónica que hacia 494 y 497 d.C. se escribió en la ciudad. Al mismo tiempo que penetran estas corrientes de campesinos, se producen los primeros signos de reacción de la población romana de Caesaraugusta, donde un tal Burdunelo acaudilló un movimiento en 496, cayendo prisionero y siendo ejecutado en Tolosa.

Zaragoza conservaba un tono de vida muy acorde con los gustos romanos, como denota el hecho de que por estas fechas se celebrasen todavía espectáculos de circo, como en la ocasión de la visita del rey godo Alarico II (504). La mayoría de los recuerdos de la época consiguiente nos habla del papel cultural y religioso de la Iglesia (concilios visigóticos) y de la función militar de las murallas. En 541 se documenta el primer Sitio de Zaragoza, en el que la ciudad fue asediada durante 49 días sin rendirse. Al año siguiente, al parecer, la peste bubónica le afectó especialmente.

Tras la conversión de la monarquía goda, el primer sínodo de la provincia tiene lugar en Zaragoza. Sin embargo, a pesar del esfuerzo intelectual del que dan fe el concilio de Zaragoza Buscar voz... (691) y personajes como los obispos Juan y Braulio de Zaragoza, no hay paz en la zona, sino que constantemente se nos habla de revueltas de montañeses, especialmente vascones, cuando no contiendas de tipo civil. En 631 el rey franco Dagoberto, con apoyo visigodo, fue reconocido rey en Zaragoza. La revuelta de Froya y los vascones (653) para derrocar a Recesvinto no consiguió tampoco entrar en la ciudad.

Prehistoria y Arqueología

La planta original de la ciudad ha perdurado parcialmente en el trazado viario actual (Urbanismo romano). Los trabajos de los últimos años han permitido fijar con seguridad una gran parte de la ordenación de la ciudad antigua. El terreno intramuros de Caesaraugusta —cuya monumentalización se realizó a partir de la época de Tiberio— estuvo ocupado en gran medida por edificaciones públicas y grandes mansiones, lo que implicó una gran ocupación de carácter urbano en el exterior.

A. Zaragoza prerromana: Sigue siendo un punto oscuro dada la escasez de materiales aparecidos. Las excavaciones han proporcionado de manera constante cerámicas plenamente ibéricas, que indican la presencia del hábitat indígena. Por otra parte, las excavaciones del Museo en el solar de Gavín/Sepulcro, proporcionaron cerámicas de directa tradición hallstáttica.

La realidad de un núcleo de población ibero-romana (Salduie) en Zaragoza puede verificarse a partir de restos de edificaciones de carácter doméstico en los barrios de la Magdalena y del Boterón. Especial mención merecen las excavaciones arqueológicas realizadas en la calle Don Juan de Aragón, con el hallazgo de una casa con un triclinio de tipo itálico pavimentado en opus signinum, junto a habitaciones propias del mundo ibérico, y el tramo de muro (posible muralla) en la actual plaza de San Bruno.

La impronta ibérica permanecerá fuertemente enraizada en la romana Caesaraugusta.

B. La fundación de Caesaraugusta: También este hecho se ha argumentado desde teorías contrarias, que afirman o niegan la fundación de Caesaraugusta en el 24 a.C. La estratigrafía del zaragozano palacio de los Pardo ofreció un basurero augústeo con terra sigillata itálica, cerámica campaniense, paredes finas, lucernas y una veintena de monedas, que sitúan cronológicamente el estrato entre los años 25/23-15/12 a.C. Recubriendo este basurero restos de muros abandonados, éstos forzosamente remiten a las primeras fechas mencionadas para la presencia de Roma.

C. La época augústea y el inicio del imperio: Es entonces cuando se sistematizó el urbanismo de la colonia. Los restos de la muralla de Augusto en San Juan de los Paneles y paseo de Echegaray, permiten suponer que el trazado que después reproduce la muralla bajoimperial fue el inicial de Caesaraugusta. De las puertas originales nada conservamos, habiéndose vandalizado los últimos vestigios en el s. XIX, y son dudosas las líneas del decumano (calles Manifestación, Méndez Núñez, Mayor, puertas de Valencia y Toledo) y, sobre todo, del cardo, cuyo único punto seguro de arranque estuvo en la Puerta Cinegia. La muralla augústea tuvo torreones semicirculares en número que desconocemos, y la armadura interna de hormigón ligero. La red viaria se orientó siguiendo los ejes Norte-Sur y Este-Oeste, según se puede comprobar en las excavaciones, y en la disposición del teatro. Tuvo Caesaraugusta un puente de madera que debió de tenderse en la zona Este, por cuyo vado el Ebro fluye sin violencia.

Las relaciones comerciales julioclaudias se realizan con el territorio etrusco-campano, y sobre todo con las cerámicas de Arezzo. Entre Tiberio y Calígula se inician las relaciones con el sur de las Galias (sigillata), hasta que en el 50 de la era aparecen las primeras fabricaciones de sigillata hispánica. El mercado itálico envía vasitos de paredes finas para beber, y lo propio hacen los centros baleares y béticos.

Las Ánfora, desde Augusto, traen vino itálico (Campania), aceite istriano, salazones (Cádiz), y en gran medida vino tarraconense. Perdura en ciertos ambientes el uso de la escritura ibérica, así como la tradición de la cerámica pintada ibérica, y continúa una densa circulación del numerario ibérico. Son evidentes las relaciones con la vecina Celsa, y los trazados viarios comunicaban a Caesaraugusta con todos los rincones de Hispania. La epigrafía del momento nos ha dejado la alusión a una de las puertas de la ciudad, o la monumental inscripción de un edificio público. En lo escultórico, el Grupo Ena, que revive el gusto helénico de la época.

Los hallazgos arqueológicos para este período se han materializado en diversos solares de la ciudad, atendiendo a la naturaleza de los restos, distinguiremos los siguientes apartados:

1. Trazado viario y cloacas

En los últimos años se han producido numerosos hallazgos de restos de la infraestructura de la ciudad, que han ampliado notablemente el conocimiento sobre la red de cloacas que, junto con algunos tramos del trazado vial, han proporcionado nuevos datos sobre la retícula urbana.

— Catedral de La Seo. Con motivo de obras de cimentación del templo se encontró un tramo de cloaca situado frente a la capilla de San Cayetano, conservado en 3 m. de longitud, realizado en opus caementicium y orientado Norte-Sur. Su realización parece augústea.

— Espoz y Mina, 22. Se conserva un tramo de cloaca de 2 m. y está orientada con un desplazamiento de 20º respecto al Norte en dirección sureste, realizado en opus vittatum.

— D. Jaime I-La Seo. Se trata de un importante tramo de cloaca muy cercano al río Ebro y perpendicular al mismo, conservado en 45 m. y fabricada en opus caementicium.

— D. Jaime I, 56. Se halló un tramo de cloaca que cruza el solar en dirección Norte-Sur para ir a desaguar al Ebro; realizada en opus caementicium, tiene 2 m. de anchura por 2,80 de altura.

— Coso angular a calle Palomar. Aquí se encuentra otro tramo de cloaca; está realizada como las anteriores en opus caementicium y sus dimensiones son 1,85 por 1,20 m. La cloaca, situada extramuros de la ciudad romana, vertería sus aguas residuales en las proximidades del actual parque Bruil.

— San Juan y San Pedro. Se conservan restos del trazado de una pequeña cloaca que se utilizaba como evacuación de aguas de las termas públicas que se asentaron en este solar; está realizada en opus caementicium.

— Plaza de Santa Marta. Se trata de un colector de opus caementicium orientado con un desplazamiento de 54º respecto al Norte y que desaguaba en el río Ebro. Se conservan 22 m. de recorrido, atravesando la calle D. Juan de Aragón en dirección a La Seo. La anchura es de 80 cm. y la altura de 1,39 m., ensanchándose en su tramo final.

2. Arquitectura monumental.

La excavación de la plaza de La Seo y aledaños proporcionó el hallazgo de los Foros romanos de la ciudad, con dos fases constructivas, una de Augusto (posiblemente un mercado) seguida de otra de Tiberio que supuso un cambio radical y en la que se construyó una gran plaza de doble pórtico y los Templos romanos hexástilo (bajo La Seo). Del mismo momento constructivo se encontró al Noreste una serie de estructuras monumentales, fuertemente aterrazadas, limitadas al norte por un muro accesible mediante una puerta de varios vanos que desemboca en una escalinata. Un pequeño macellum, ya de época neroniana, se situaba más al Este. En la plaza del Pilar se documentó el basamento de otro templo. En cuanto a la muralla, son varios los tramos nuevos localizados, entre ellos la cimentación de un cubo de la puerta Oeste. Se ha modificado la antigua idea de dos fases constructivas en época romana, quedando reducida a una del s. I, con remodelaciones en épocas posteriores hasta el s. XIV. Tenemos noticias (según las monedas de Tiberio) de un templo tetrástilo, con podium de dos gradas, acróteras y glóbulo central, además de capiteles corintios, parte de los cuales conservamos en el Museo Provincial.

— La Casa Pardo. Se localizó una estructura rectangular en opus quadratum que se ha identificado con una posible basílica, de la que se ignoran los detalles estructurales y la pavimentación original. Se lleva la erección de este edificio a la etapa augústea. El interés de esta construcción reside en su carácter de edificio situado en las márgenes del foro y en la posibilidad de ubicar dicho espacio en el área cercana.

— D. Jaime I, 56. En este solar se produjo uno de los hallazgos más significativos de la colonia. Frente a la idea inicial de identificarlo con un posible mercado, se ha llegado a la actual de considerarlo una posible basílica de generosas dimensiones. Este conjunto se levantó después del cambio de Era, en época de Augusto, y evidencia un cambio urbanístico, puesto que se anularon diversas construcciones domésticas en el momento de su construcción.

— Coso, 85. Aquí apareció un tramo de cimentación de la muralla realizada en opus incertum, que puede ponerse en relación con la muralla de época fundacional de Caesaraugusta.

— San Juan y San Pedro. La excavación en este solar puso al descubierto un conjunto termal de carácter público. Se conserva una estancia en la que una gran piscina es rodeada por una estructura porticada. La piscina, de planta alargada, posee tres escalones que la recorren en todo su desarrollo, estando uno de sus extremos menores absidados. Estas termas, construidas en época de Tiberio, se asentaron sobre otras estructuras anteriores y tuvieron un amplio período de utilización, abandonándose en el siglo V.

— Calle de la Verónica. Las excavaciones realizadas en el teatro romano, bajo la dirección de Miguel Beltrán Lloris, permitieron fijar la fecha de construcción del edificio en la segunda década del siglo I d.C., a tenor de los materiales recuperados en un nivel situado debajo de la cimentación de uno de los muros de sustentación de la cavea.

3. Arquitectura doméstica.

Las edificaciones posteriores han ido modificando en un alto grado el subsuelo, de manera que los restos llegados hasta nosotros pertenecen, generalmente, a estancias de casas muy alteradas, como sucede en los muros de la calle Alcalá, 3-5 y Mayor-Argensola; en D. Jaime I, 38, con muros reticulares y un suelo de yeso; en la Casa Pardo, con estancias adosadas al edificio monumental; en la plaza de Sas, con los restos de un aljibe; además, varios muros en la calle San Lorenzo y diversas infraestructuras en San Juan y San Pedro. Entre los más recientes hallazgos, merecen destacarse la «Casa de las Murallas» (junto a San Juan de los Panetes) por su riqueza decorativa musivaria, y la de la calle Heroísmo por su completa planta, ambas del siglo I.

— Gavín-Sepulcro. Hacia mediados del siglo I d.C. se construyó una domus de la que se conservan estancias, adjuntas a un hortus. Los muros se encuentran aparejados en opus vittatum mixtum. La estructura se abandonó en época flavia. En este lugar se encontró una cabeza de mármol cuyo retrato pertenece a Druso Minor.

— Prudencio, 34-38. Las excavaciones pusieron al descubierto restos pertenecientes a un establecimiento termal de mediados del siglo I.

— Plaza de España. En este lugar se detectaron restos de un edificio termal, del cual se han conservado dos estancias, el hypocaustum y el frigidarium, fechándose en la primera mitad del siglo I.

— Méndez Núñez angular a Ossaú. En la zona excavada se aprecian partes canónicas de unas termas, como las suspensurae del caldarium, conservadas en número de veinte, el tepidarium con suelo de opus signinum y una fuente o alvéolo, un desagüe y piscina pertenecientes al frigidarium.

4. Necrópolis romanas.

Desde el siglo I debió arrancar la dilatada utilización de la necrópolis de la vía occidental (calle Predicadores), cuyo aspecto más relevante es la coexistencia de incineraciones —entre ellas un monumento funerario tipo bustum— e inhumaciones en los ss. II y III. En la vía oriental (calle Nuestra Señora del Pueyo) aparecieron restos de otra necrópolis con dos fases: una con incineraciones del s. I y otra con inhumaciones de época tardoantigua. A esto se añade el hallazgo de una torre funeraria en la calle Manuela Sancho y la aparición en Miralbueno, procedente de un edificio de tipo funerario (¿mausoleo?), de una lápida funeraria altoimperial reutilizada, con el siguiente texto: hyacintvs / svrae horrearivs

D. Los Flavios: La etapa final del s. I de la Era, está presidida por la urbanización y saneamiento de la ribera del Ebro, cuyo nivel se levanta casi un metro para preservarlo del río. Esta reforma afectó también a la ronda de la colonia con la Huerva; en el interior, la etapa flavia significa un momento de evidente prosperidad, y en el recinto amurallado se realizaron también obras de reforma. Al mercado de la sigillata hispánica, que ha hecho desaparecer la concurrencia de la gálica, se añaden ahora las producciones africanas, iniciándose relaciones que durarán hasta la etapa tardía de Caesaraugusta. Se consumen en grandes cantidades las salazones béticas, en forma muy variada, así como el vino tarraconense. De este mismo momento resulta la erección de los hórreos municipales, en algún punto desconocido de la ciudad. Hay estatuas de depurado arte, como la varonil desnuda de La Seo (Museo Provincial de Zaragoza).

En un solar extramuros —Palomeque, 12—, afloraron restos de una casa de época flavia, de la que se pudieron estudiar seis estancias con los zócalos de sus paredes pintados, imitando mármoles. Es de destacar el larario hallado en una de ellas.

En época flavia puede datarse el ninfeo de la calle Palomar, que completa —junto con los hallazgos de otro ninfeo en la plaza de San Pedro Nolasco (parte del complejo del teatro) y el de la gran cisterna de la plaza Eras (ss. I-II), que acopiaría agua del Huerva— los más recientes hallazgos en materia de abastecimiento de agua de la ciudad.

E. El siglo II: La época antonina no nos resulta demasiado conocida. Los pavimentos masivos de «estilo florido», nos dicen poco de la arquitectura doméstica (calle Jaime I, 12). Del mismo período resulta el bellísimo del Coso núm. 15 (Triunfo de Baco). Ahora estaba urbanizada toda el área extramuros de la ciudad. Así la villa suburbana de Alonso V/ Rebolería, de la que se estudió el peristilo con balseta central y la estatua, con surtidor de agua, de un fauno ebrio sobre odre (Museo Provincial). En lo cerámico continúa manifiesto el predominio de la sigillata hispánica; la sigillata africana llega en proporciones importantes.

— Prudencio, 34-38. En las termas que se edificaron en este lugar en el siglo anterior se realizan en éste varias reformas, una de ellas consistente en la clausura de un tramo de canal, edificando encima una estancia cuyo pavimento de opus reticulatum se constató en la excavación. Esta reforma se desarrolló hacia mediados del siglo II d.C.

— Torrenueva, 6. Se localizaron en este lugar varias estancias de una domus con pavimentos de mosaico teselado, el mayor de los cuales combinaba motivos en blanco y negro con un cuadro central decorado con una crátera y dos pájaros, realizado en diferentes colores. Este mosaico se fecha entre finales del siglo II y comienzos del III d.C.

— Santa Marta. Durante el siglo II se efectuó una reforma sobre las estructuras anteriores. De este momento se conserva parte de una estancia con pavimento de opus spicatum y revestimiento pictórico en sus paredes. Corresponde a un complejo termal, pudiendo identificarse probablemente con el frigidarium de las mismas.

F. El siglo III: Lamentablemente, esta centuria resulta deficitaria en hallazgos, salvo los muy importantes, del solar Gavín/Sepulcro. No obstante, el estrato III D de Echegaray nos ha proporcionado los restos de una necrópolis situable en el tercer cuarto del s. III, y cuya tipología supone importantes paralelos con el mundo funerario tarraconense, con sepulturas de tipo de huesa abierta en el suelo y cubierta de tégulas, del tipo de muros pétreos y combinación de tégulas, o sarcófagos de piedra lisos. La situación de la necrópolis, extramuros y en una de las vías de acceso a Caesaraugusta (la Norte), es una constante en el urbanismo de otras ciudades romanas (Barcino, Tarraco, Gerunda, etc.). El otro aspecto relevante es el de las murallas bajoimperiales, que sobre el recinto anterior se levantan a finales del s. III, reutilizando numerosos elementos arquitectónicos ya amortizados, como en el tramo de San Juan de los Panetes. No es seguro que la zona del Santo Sepulcro deba pertenecer también a esta época, pudiendo ser anterior; otro tanto ocurre con los despojos del torreón aparecido en el solar del antiguo edificio de El Noticiero, en el Coso, asentado directamente sobre las gravas naturales del terreno. En el solar Gavín/Sepulcro se han descubierto diversos muros pertenecientes a estructuras domésticas y aparejados con sistema de cantos, o reaprovechando diversos elementos constructivos inutilizados, como ocurre en la muralla de piedra. En este período debe situarse el abandono del teatro romano, datado muy probablemente en la segunda mitad del siglo III. Las termas de Ossaú angular a Méndez Núñez se dejan de utilizar a finales de esta centuria, construyéndose sobre su frigidarium, ya en el siglo IV, un edificio que perdura hasta el siglo X.

G. El siglo IV: Esta centuria manifiesta la cristalización de fenómenos muy importantes, que aparecen comunes a la Tarraconense. En la cultura material vemos el predominio de la sigillata hispánica tardía, correspondiente a talleres seguramente del valle del Ebro. En lo africano, éste es el momento de máxima influencia e intensidad de relaciones, según acredita la sigillata clara, cuyas producciones se hacen más abundantes. Los pavimentos denotan análogas influencias, y destaca el de la villa suburbana de Santa Engracia, o el extraordinario, con tema de Orfeo, de San Juan de los Panetes, o bien el emblema con sátiro del torreón de la Zuda. Es lamentable que la estructura descubierta en Santa Engracia no sufriera un análisis detallado, y otro tanto cabe decir del resto de los hallazgos. La influencia africana se manifiesta además en la llegada del aceite de Tubusuctu, limitado hasta ahora únicamente al territorio litoral de Hispania. En lo funerario, se alzó un importante cementerio en la zona de Santa Engracia, del que es prueba manifiesta el extraordinario sarcófago romano-cristiano de la Asunción, que A. Mostalac fecha en el año 340 de la era. Es probable que con esta necrópolis deban relacionarse ciertos epígrafes funerarios hallados en Zaragoza.

En calle Mayor angular a calle Dormer se halló un nivel datable en la segunda mitad del siglo IV; en la calle San Lorenzo, 12-18 se excavó un nivel tardorromano de los siglos VI y V; en los Teatros romanos apareció un nivel de fines del siglo IV.

H. El siglo V: Es este capítulo uno de los más desconocidos de Caesaraugusta, ya que hasta el momento las pruebas arqueológicas guardan excesivo silencio. Corresponden a este momento los hallazgos de terra sigillata paleocristiana, que dejan ver corrientes comerciales procedentes de las Galias, desde los centros de fabricación marsellenses o languedocienses.

En el siglo V se produjo el abandono de la domus de la calle Torrenueva, 4-6 y se aterrazó parte de una casa construida en el siglo I.

Bibliografía

Beltrán, A.: «Caesaraugusta»; Symp. de Ciudades Augústeas, Zaragoza, 1976, 219 ss. Beltrán Lloris, M., Sánchez, J. J. ; Aguarod, M. C. y Mostalac, A.: Caesaraugusta; I, Excavaciones del Museo Provincial en el paseo Echegaray de Zaragoza, Campaña 1975-76, Exc. Arq. en España, Madrid. VV.AA.: Arqueología Urbana en Zaragoza, 1984-1986; Zaragoza, Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza-Diputación General de Aragón, 1986.

Numismática

Las monedas romanas de Zaragoza no continúan los tipos de las ibéricas de Salduba (Salduie); suponemos que las series latinas se extienden desde el año 23, admitiendo la fundación de la colonia el 24 a.C., hasta el 38 ó 39 de la Era. Laffranchi supone que entre el año 25 y el 15 a.C. se acuñaron en Caesaraugusta denarios de plata, con la cabeza de Augusto, sin el nombre de la ciudad y con tipos, en el reverso, metropolitanos; otros autores los atribuyen a las Galias y el argumento de Laffranchi, que sea de cuño español el retrato de Augusto sonriente, no es aceptable. Podría ser alusiva a la fundación de la ciudad una moneda del Gabinete de París, publicada sólo por Cohen, con el retrato de Augusto, la fórmula perm(issu) Caes(aris) y en el reverso las siglas C(olonia) C(aesar) A(ugusta) dentro de una corona de encina; la indicada fórmula no aparece nunca en la Tarraconense y sí en la Bética y Lusitania, por lo que puede pensarse en una mala lectura o sospechar de la pieza.

El razonamiento de la fundación de Caesaraugusta en el año 24 se apoya en piezas que aparecen con la cabeza de Augusto primero desnuda y luego laureada, atribuyendo el cambio a la concesión de la Tribunicia Potestad el 27-VI-23, con lo que las monedas primero citadas serían de la primera parte del año y las que llevan la corona de laurel posteriores a junio; aunque la cabeza laureada exista antes, el argumento sigue siendo válido y se refuerza con las monedas de Celsa.

Las acuñaciones municipales de Zaragoza a partir de la fecha citada son siempre de bronce, ases y sus divisores. Las series son: 1) De los magistrados Quintus Lutatius y Marcus Fabius, con la cabeza desnuda o laureada de Augusto y en el reverso una yunta guiada por sacerdote que alude al rito fundacional de marcar con la reja de un arado el perímetro de la ciudad, por el lugar donde se levantará la muralla; figura el nombre Caesaraugusta de la colonia. Otro tipo fundacional es un estandarte o vexillo sobre un soporte que solía situarse ante el pretorio. 2) Monetarios Caius Alsanus y Titus Cervius con los mismos tipos. 3) A nombre de Caius Sabinus y Publius Varus, moneda que debe de ser auténtica, aunque solamente se conoce a través de citas de autores antiguos. 4) Serie muy completa, con ases, semises, cuadrantes y sextantes con los tipos indicados y en las piezas más pequeñas los nombres de los magistrados Lucius Casius y Caius Valerius Fen (que puede ser Fenestela); esta serie podría ser de los años 14-13, por la X Tribunicia Potestad de Augusto. 5) Serie del año 12, por los símbolos sacerdotales que figuran en el reverso por la concesión a Augusto del pontificado máximo; tales símbolos son símpulo y lituo, y son los nombres de los monetarios Manius Kaninius y Lucius Titius, figurando el primero por segunda vez; hay ases, semises y sextantes, y variantes muy acusadas de tamaño en los ases. 6) Con Marcus Porcius y Cneus Fadius y los mismos tipos citados, retrato de Augusto, yunta, nombre de la ciudad y de los magistrados y los de éstos en líneas en las monedas pequeñas; son del año 8. 7) Caius Allarius y Titus Verrius, con ases del año 6 a juzgar por la mención del consulado XI y la designación para el XII de Augusto. 8) Consta de una gran pieza o dupondio, además del as y el semis; éstos con los tipos habituales y aquél con las estatuas de Augusto y de sus hijos adoptivos, Caio y Lucio, erigidas en un lugar público de Caesaraugusta el año 4 a.C., acontecimiento que conmemora el dupondio especial; los magistrados son Cnaeus Domitius Ampianus y C. Veturius Lancia(nus). 9) Del año 9 de la era es la moneda especial sin duunviros, con las dos cabezas de Augusto y Tiberio y la mención de CCA; conmemora la adopción de Tiberio y Agrippa Póstumo por Octavio y la de Germánico por Tiberio. 10) Nuevamente hay un dupondio, conmemorativo, esta vez, de la fundación, colocando un estandarte entre enseñas y las menciones de las legiones fundadoras IV, VI y X. En el as se introduce el tipo del toro mitrado, indudablemente de carácter religioso, bien sea por culto a este animal o por destinarlo al sacrificio; los duunviros son Tiberius Clodius Flavus y Iuventius Lupercus, el primero como prefecto o sustituto de Germánico. Los dupondios conmemorativos tienen la yunta tirando del arado.

Las monedas de Tiberio, posteriores a la muerte de Augusto, el año 14, no son fáciles de ordenar cronológicamente; según Banti-Simonetti, aquí habría que incluir la moneda citada al principio con perm. aug., pero es totalmente inviable. Los grupos de monedas son: 1) Sin duunviros, del 15 o el 16, con Livia, la madre de Tiberio, sentada, igual que aparece en las monedas metropolitanas; los demás tipos aluden a la inauguración del reinado con la cabeza del emperador, el fundacional, los votos por la felicidad del reinado y el toro mitrado de los sacrificios y siempre las siglas CCA. 2) Monedas de Sextus Aebitius y Lucius Lucretius; en otras aparece con el segundo personaje un Clemens, que debe de ser el cognomen o tercer nombre de Sextus; los tipos son águila legionaria entre enseñas militares, aparte de la cabeza imperial, los nombres y el cuadrante vexillo sobre pedestal. 3) Caius Carrinates Aquilinus y Lucius Fundanius Veter fueron los magistrados de monedas semejantes a las anteriores, con CCA dentro de corona de encina. 4) Manius Flavius Festus y Marcus Ofilius Silvanus por segunda vez, autorizaron una serie con dupondios del mismo tipo de CCA en corona y as que tiene el mismo anverso y reverso. 5) Una serie del año 23 está a nombre de Nerón y Druso césares, que tienen en la moneda metropolitana la cabeza de Livia, diademada, y el rótulo Pietas; Nerón y Druso eran hijos de Germánico y fueron adoptados por Tiberio a la muerte de Druso César; su serie posee como tipos con la cabeza de Tiberio los dos príncipes sentados mirándose o bien solamente sus cabezas enfrentadas. 6) El año 28, Caesaraugusta conmemoró la XXX Tribunicia Potestad de Tiberio con un dupondio en el que figura un templo hexástilo y la mención Pietati Augusta; en el anverso figura Tiberio sentado con pátera y cetro. 7) Marcus Cato y Lucius Vettiacus, seguramente cognomina de estos magistrados, vigilaron la emisión de dupondios del año 31, XXXIII Tribunicia Potestad de Tiberio, con la estatua ecuestre del emperador y águila legionaria entre enseñas militares, y otro con Tiberio sentado y estandarte entre enseñas y los nombres de las tres legiones fundadoras, IV, VI y X, seguramente celebrando la liberación de Seiano, muerto dicho año; otras piezas de esta serie son ases con la yunta o CCA en corona de encina. 8) Iunianus Lupus, como prefecto de Caio César, y Caius Pomponius Parra introdujeron en uno de sus ases un templo tetrástilo con la mención Pietatis Augustae y la cabeza de Livia velada y diademada. 9) Una nueva serie corresponde a un Fluvianus, seguramente prefecto de Caio César, y Lupus, el ya citado en la serie 8; en sus reversos está la yunta o el toro, las monedas han de ser del año 34 y celebrar los veinte años de reinado de Tiberio. 10) Titus Caecilius Lepidus y Caius Aufidius Gemellus acuñaron un dupondio con CCA en corona y ases con parecidos tipos.

Caio César o Calígula, acuñó sólo en los dos o tres primeros años de su reinado, 38 ó 39. 1) Con Licinianus y Germanus como duunviros se emitió la serie inaugural con los tipos fundacionales de la colonia, un dupondio con águila entre enseñas y las letras CCA y la yunta y el vexillo sobre pedestal en los ases y piezas pequeñas. 2) Un nuevo dupondio con CCA y la yunta en el as corresponde a Scipio y Montanus, quienes además acuñaron monedas conmemorativas póstumas a nombre del divino Augusto Padre, de Agrippa, Germánico padre de Calígula y Agrippina su madre. 3) Titulus y Montanus repitieron los nombres, los tipos fundacionales y las restituciones dedicadas a Augusto, Agrippa, Germánico y Agrippina. En las piezas grandes, como en la serie anterior, el tipo es un haz de rayos.

Las monedas latinas de Zaragoza, además de los datos correspondientes a la fecha de fundación de la colonia y la nómina de magistrados correspondiente a las 67 piezas conocidas, proporcionan importante información sobre la implantación de fiestas conmemorativas, celebradas, a veces, con la emisión de dupondios excepcionales; la repetición de tipos alusivos a la ceremonia fundacional como la yunta con arado y sacerdote y el estandarte sobre pedestal; la mención de las tres legiones de las que se dedujeron los colonos, IV Macedónica, VI Victrix y X Gémina; la presencia de águilas legionarias entre enseñas que aluden a establecimientos o sucesos militares; y el toro mitrado, de carácter religioso y sacrifical. Además, las estatuas de Augusto y sus nietos, hijos adoptivos, levantadas seguramente en el foro el año 4 a.C.; el hermoso templo hexástilo de los años 28 ó 29, que no fue dedicado a Livia, como a veces se dice, pues sabemos que Tiberio lo prohibió a petición de su madre, sino a la Piedad de Augusto; algunos restos estuvieron en las «piedras del Coso». También se alzó en una calle de Caesaraugusta la estatua ecuestre, seguramente en bronce, de Tiberio, del año 31. Finalmente el templo tetrástilo del año 33, distinto al hexástilo que ya hemos citado dedicado a la Piedad, en la que se honraría de algún modo a Livia, la madre del emperador; los capiteles eran corintios y pueden ser los que se conservan en el Museo de Zaragoza; según datos del P. Traggia tal vez una estatua que se halló en el siglo XVII en las citadas «piedras del Coso», y que se supuso de Flora, podría muy bien referirse a la Piedad. Las diferencias entre ambos templos son claras, pero no sabemos dónde se levantaban; el hexástilo tenía capiteles compuestos y basas áticas, frontón sin clípeo, pero sí ovas y acróteras, las laterales de palmetas y la central de dos palmetas a los lados de una piña; se subía a él por tres gradas. Dos gradas tenía el templo tetrástilo, acróteras en forma de palmeta, la central triple y un clípeo en el frontón.

La circulación de las monedas de Caesaraugusta fue amplísima y se encuentran en casi todos los hallazgos. También es extraordinario el número de series, confiadas a los magistrados municipales ordinarios duunviros, sin que aparezcan los ediles, como ocurre en otras cecas, en las piezas pequeñas. Se comprueba con estas monedas de bronce una activa vida económica local y un intercambio importante con las ciudades, no sólo de su Convento Jurídico, sino de toda Hispania.

Bibliografía

Beltrán Martínez, Antonio: «Las monedas antiguas de Zaragoza»; Numisma, VI, 20, Madrid, 1956, p. 9. Beltrán Lloris, Miguel y Francisco: «Monedas de la Hispania Citerior»; IV Congreso Nacional de Numismática. Madrid, 1980.

Fuentes