Casa de la Moneda de Sevilla

Casa de la Moneda de Sevilla
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Casa)
Real-casa-moneda-sevilla.jpg
Descripción
Tipo:Casa
Localización:Sevilla
Uso inicial:Casa de Moneda en Sevilla


Casa de la Moneda de Sevilla. Una de las siete cecas principales de Castilla autorizadas a continuar después de 1497 por los Reyes Católicos.

Surgimiento

La Casa Nueva de la Moneda se construyó en las huertas de las Atarazanas, próxima al río y a pocos pasos de donde llegaban las flotas con los metales. La nueva fábrica quedaba a menos de 200 metros de donde estaba la vieja, y así a medio camino entre los muelles y la Casa de la Contratación, recorrido de los mercaderes de plata y oro, un gremio de señores que compraban lingotes de los pasajeros de los barcos y se encargaban de gestionar su acuñación en una casa de moneda. Durante el reinado de Felipe II, la Casa de Sevilla labró el 72% de toda la plata, y el 87% de todo el oro acuñado en la Península, dejando las otras fábricas casi sin trabajo. Se acuña abundante moneda de cobre, vellón, plata y oro, así como los resellos de 1636-1659. Se instalan molinos para acuñar vellón en 1661 pero son abandonados después de 1664. A partir de 1699 se acuña a volante, reconstruyendo los molinos para el previo laminado del metal.

La Ordenanza de 1730 para lacentralización de las cecas elimina todas excepto las de Madrid y Sevilla, que acuñaría sólo plata y oro, y Segovia, que se dedicaría a labrar moneda de cobre. En 1855 se proyecta una nueva y gran casa de moneda en Madrid, y el cierre de las demás. En 1861 se inaugura la nueva fabrica madrileña y en 1869 se cierran las casas de Sevilla, Segovia y Jubia, vendiendo todas en pública subasta. La Casa de Sevilla fue dividida en tres partes y vendida en 1870: un total de más de diez mil metros cuadrados por cerca de 244 mil escudos.

La reforma de la portada en el siglo XIX

En 1868, la Fábrica de la Moneda sevillana pierde su función fabril, tras lo cual será dividida en lotes y vendida a diversos particulares- Ildefonso Lavín, Inocencio Ocho y José Marañón- que la reconvertirán en un conjunto de viviendas en régimen de alquiler.

En el año 1879 la propiedad de la antigua Casa de la Moneda pasará a manos de un solo propietario, D. Manuel Marañón y Martínez:


A partir de este momento la antigua fábrica de moneda comenzará a protagonizar una serie de reformas, tanto internas como externas, que cambiarán radicalmente su estructura y fisonomía primitivas.

La primera de ellas consistió en la apertura de un acceso en su frente sur -hacia la calle Almirante Lobo- que, enlazando con la vía interior que era la calle Habana, sirvió para establecer un paso continuado atravesando la totalidad del recinto.

El proceso de reorganización de los espacios libres de la fábrica se verá completado con la transformación en viviendas de sus antiguas construcciones fabriles. Y ello como consecuencia del trasvase de propiedades al sector privado, que ahora se ocupará de convertir la primitiva fábrica en un espacio básicamente residencial.

En ese contexto es donde hay que encuadrar la reforma de la crujía de fachada que, en 1894, sufrirá un cambio sustancial en su fisonomía a partir del proyecto realizado por José Gómez Otero. Este arquitecto, de formación académica y amplia experiencia en lo que respecta a la reforma de viviendas tradiciones para familias de la alta burguesía, llevará a cabo el diseño de una nueva portada para el recinto de la Casa de la Moneda.

El proyecto consistió en la sustitución del escudo real por un balcón central, más el añadido de dos cierros en los vanos del primer piso y un ático que sirve de pretil a la azotea. El plano, echado en 30 de enero de 1894, muestra claramente estas transformaciones a pesar de presentar un aspecto mucho más estilizado que la realidad, lo que por otra parte es una característica común al diseño decimononónico.

Así observamos cómo se ha alargado el canon, elevando la altura de la portada que en la realidad presenta un cierto achatamiento. Junto a ello, se ha dulcificado el aspecto jugoso de los relieves del arco y de la clave, así como el de los jarrones que en el diseño aparecen como dos esbeltas copas rebosantes de frutas reflejando la estética de la decoración doméstica ochocentista.

El resultado arquitéctonico de la reforma plantea un cambio sustancial de la fisonomía dieciochesca, lo que responde claramente al cambio de uso operado en el edificio. Todo ello se traduce en la desaparición del contenido simbólico representado por el escudo, ahora innecesario como elemento emblemático dado el nuevo carácter privado y residencial de la construcción. Por contra aparece un nuevo vano abierto al exterior, recordando el modelo estructural de las portadas barrocas que reforzaban el eje central con la inclusión de un balcón monumental.

Sin embargo el balcón no tiene ningún ornato especial, algo que sí encontramos en los huecos laterales ahora recubiertos por sendos cierres de madera que nos introducen de lleno en la estética doméstica decimonónica. El conjunto se remata con el antepecho superior que asoma detrás del frontón central, repitiendo el resalte de las pilastras. Sobre estos resaltes se alzan cuatro pedestales que soportan otras tantas copas y, en los dos paños laterales, se abren sendos huecos rectangulares para ventilación e iluminación de esta nueva planta.

El resultado final responde al modelo de fachada establecido para las viviendas burguesas de fines del ochocientos, con su característica estructura de puerta y balcón central flanqueados por cuatro vanos laterales, dos de los cuales -los que corresponden a la planta noble- se recubren con cierres de madera y líneas simples de corte clasicista.

Esta es la intervención más llamativa de todo el recinto, que se resanará totalmente transformando las antiguas construcciones fabriles y diseñando sobre ellas edificaciones de nueva planta. Con ello las primitivas hornazas de mercaderes y capataces serán reconvertidas en viviendas unifamiliares, desarrolladas en dos plantas y uniformadas en fachada según los parámetros de regularización exigidos en las ordenanzas.

Actualidad

El conjunto actual corresponde a las reformas realizadas por Sebastian Van der Borcht, ya que en el siglo XVIII los edificios se encontraban en una situacion deplorable. Con una serie de reformas, se pretendia dotar de mayor funcionalidad al edificio.

El elemento mas destacable de esta epoca es la portada principal deacceso, La portada presenta un gran arco central muy rebajado, flanqueado por pilastras jónicas y orejetas almohadilladas. Las pilastras dan paso, en la planta superior, a un frontón partido y escalonado, que albergababa el escudo real y que seria sustituido en el siglo XIX por el balcon que vemos actualmente. Este escudo estaba flanqueado por los dos jarrones que persisten actualmente.

Fuente