Casa en Real del Jigüe 69

Casa en Real del Jigüe 69
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Casona)
Descripción
Tipo:Casona
Localización:Trinidad, Sancti Spíritus, Cuba
Uso inicial:Casona familiar
Uso actual:Restaurante


Casa en Real del Jigüe 69. Es una casona ubicada en Trinidad, Sancti Spiritus, Cuba, que posee un alto valor arquitectónico y declarada monumento local debido a ser la edificación donde vivió el escribano José Mariano de Piedra y su esposa Manuela Siberio González de Andrade, ambos miembros de la aristocracia trinitaria. Actualmente en ella se encuentra el Restaurante El Jigue.

Historia

Hacia 1736, el sevillano Miguel González de Andrade era dueño de una vivienda de embarrado y guano construida en la intersección de las calles Real y Boca. González de Andrade se había casado en 1728 con Manuela Alfonso del Manzano y Lebrón de Aldana, criolla de antigua estirpe, descendiente de Ana de la Cerda y Juan Juárez de Figueroa, como casi todos los trinitarios de entonces, de la línea de Vasco Porcallo de Figueroa y de la Cerda (1474-1550).

En el padrón de 1767, la vivienda de Manuela Alfonso aparece registrada con el número 10 de la calle de la Boca, lo que sugiere que el frente principal estaba por dicha vía. Sin embargo, en un documento de 1769 se la describe ¨con los colgadizos externosa y interno, en una casa en el fondo que hace frente a la otra calle y los colgadizos de la calle de la Boca que arranca de dicha plaza¨ es decir, estaba integrada por tres dependencias: la casa hacia la plaza del Jigue, los colgadizos hacia la de la Boca - posiblemente la estructura originaria - , y otra vivienda hacia la calle de la Encarnación.

A la muerte de Manuela en 1785, sus bienes pasan a su hija Micaela González de Andrade, casada con Blas Francisco Siberio con quien tuvo dos hijos: José Manuel Siberio, convertido luego en sacerdote, y Manuela, casada en primeras nupcias con el escribano sevillano Antonio Ramírez Barroso y en segundas, con el habanero de la misma profesión José Mariano de Piedra y Serrato, al que pasó la escribanía de Ramírez. Los hijos de Manuela heredaron el patrimonio familiar. Así la escribanía pasó a manos de Blas Dionisio, en tanto la casa mortuoria, a Teresa, Josefa María y Mariano.

En 1790, una considerable sección del solar originario - aproximadamente unas 629 varas de profundidad - fue tomada por el Ayuntamiento para ampliar la calle de la Boca, lo que explica el recodo que esta vía hace al encontrarse con la calle de Real del Jigue.

Además, el solar se fragmentó entro los herederos: la parte correspondiente a la calle de la Encarnación fue para Teresa, unida en matrimonio con José Manuel de Cadalso y Hermosilla, los colgadizos de la calle de la Boca pasaron a Josefa, que estaba casada con José González de Iglesias, y luego, a su hija Elena González de Iglesias y piedra, que fuera esposa del prestigioso médico trinitario José María Urquiola y Fernández de Zúñiga, quien construyó una nueva vivienda en parte de los terrenos donde estuvieron los colgadizos.

Hacia 1827, según la participación de bienes de la ya viuda Manuela Siberio, la vivienda estaba construida y su valor era de ocho mil pesos, indicio de una valiosa propiedad, tenía grandes arcos de medio punto entre la sala y el comedor, a más de la pervivencia de puertas de tableros con temas de estirpe barroca. La hermosa fachada decorada con imitaciones de azulejos, es de la segunda mitad del siglo XIX. La vivienda pasó por embargo a Antonio Marín Hernández en 1864, y ese mismo año, fue vendida a Domingo Caballero Bravo bajo cuya posesión llegó hasta el siglo XX.

Fuente