Sitio neolítico de Çatalhöyük

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Sitio neolítico de Çatalhöyük
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Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
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Sitio neolítico de Çatalhöyük
Coordenadas37°40′03″N 32°49′42″E
PaísTurquía
TipoCultural
Criteriosii, iv
N.° identificación1405
RegiónEuropa y América del Norte
Año de inscripción2012 (XXXVI sesión)
Año de extensión13 hectáreas
Lugar de celebraciónSur de la península de Anatolia, en Turquía

Çatalhöyük es un antiguo asentamiento de los períodos Neolítico y Calcolítico, siendo el conjunto urbano más grande y mejor preservado de la época neolítica en el Oriente Próximo.

En su apogeo este asentamiento llegó a cubrir 13 hectáreas (como un rectángulo de 130 m × 1000 m).

Está ubicado al sur de la península de Anatolia en Turquía. Fue descubierto por el arqueólogo británico James Mellaart (1925-2012) durante las excavaciones llevadas a cabo entre 1961 y 1965.

Los habitantes del asentamiento vivían en casas rectangulares construidas con adobes, adosadas, sin calles ni pasajes entre ellas, apiñadas como si formaran un panal de abejas. El acceso a las viviendas se hacía por los techos, caminando sobre ellos como si de calles se tratara, utilizando escaleras, interiores y exteriores, para comunicar los diversos niveles. Los muros también eran de adobe y para conformar la cubierta utilizaron vigas de madera, y barro apisonado sobre esteras vegetales. Las aberturas de los techos servían también como la única fuente de ventilación, proporcionando aire fresco y permitiendo salir al humo producido por cocinas y hogares abiertos.

Historia

Ҫatalhöyük es uno de los asentamientos neolíticos más grandes jamás descubiertos. Construido hacia el 7000 a. n. e. en la actual llanura de Konya, en el centro de Turquía, en arqueología se lo conoce como una protociudad, un eslabón entre las viviendas en cuevas de los cazadores-recolectores prehistóricos y las primeras construcciones urbanas. Aquí es donde las comunidades empezaron a desarrollar la agricultura y la ganadería, de forma planificada y sistemática, por primera vez en la historia.

Los habitantes de Ҫatalhöyük formaban una sociedad igualitaria. Los análisis óseos de los esqueletos enterrados en Ҫatalhöyük indican dietas y cargas de trabajo iguales para hombres y mujeres. Entre los hallazgos más significativos de Ҫatalhöyük se encuentran grandes conjuntos de artefactos óseos, herramientas de corte sofisticadas, puntas de flecha y regalos votivos hechos de obsidiana (entre ellos, el espejo más antiguo jamás encontrado) así como las piezas de tela más antiguas del mundo. Localizado al norte del Creciente Fértil y Mesopotamia, Ҫatalhöyük extiende la cuna del Próximo Oriente de la agricultura, la economía, la arquitectura y la industria, tanto desde el punto de vista geográfico como histórico.

Descubrimiento e importancia arqueológica

Las ruinas están protegidas con un techo.

En el campo de la arqueología, el nombre de Ҫatalhöyük se asocia con el de James Mellaart, un arqueólogo británico que fue el primero en descubrir y empezar a excavar el yacimiento, entre 1961 y 1964. Sus hallazgos, que cambiaron radicalmente la perspectiva actual sobre la vida antes de los albores de la civilización, incluyeron las primeras casas de barro cocido, construidas varios cientos de años después que las más antiguas encontradas hasta entonces, anteriores al 7500 a. n. e., en Siria y Anatolia. Muchas de esas casas estaban decoradas con pinturas murales en colores vívidos y brillantes de animales salvajes, pájaros y figuras humanas, algunas de ellas sin cabeza. También se encontraron en Ҫatalhöyük figuritas femeninas desnudas, interpretadas como las representaciones más antiguas de la Diosa Madre, ampliamente venerada en Anatolia y más allá, en períodos posteriores.

Revolución neolítica

Los asentamientos neolíticos marcan la transición de la vida nómada a la agrícola y sedentaria. La agricultura ya se había empezado a desarrollar hacia el 9000 a. n. e., en el Creciente Fértil y Mesopotamia, cuando grupos tribales de cazadores-recolectores descubrieron los primeros métodos de cultivar trigo, cebada y, posteriormente, algunas legumbres, incluyendo guisantes y lentejas. Ese control sobre la producción de alimentos implicaba organización, sistematización y mejoras tecnológicas.

Se supone que el sedentarismo, necesario para la realización de las tareas agrícolas, seguida por la conservación, distribución y consumo de sus productos, puso fin a 40 milenios de vida nómada. Algunos académicos, sin embargo, tienden a dar la vuelta a este argumento, postulando que la construcción de refugios más resistentes y permanentes fue un efecto del calentamiento global persistente, después del Dryas reciente, un breve retorno a la Edad de Hielo que tuvo lugar hacia el 11000 a. n. e., y que la formación de sitios cálidos y húmedos para establecerse allanó el camino para la domesticación de plantas y animales.

Consecuencias de la revolución del neolítico

El cultivo continuo de los granos dio ocasión a asentamientos más permanentes, a los que los historiadores se refieren como las villas o ciudades agrícolas del Neolítico. Una de las comunidades agrícolas más antigua y extensa fue Çatal Hüyük, localizada en la actual Turquía.

Sus muros circundaban treinta y dos acres, y tal vez la población llegara a los seis mil habitantes en su mejor momento (entre el 6700 y el 5700 a. n. e.). La gente vivía en casas modestas de adobe, edificadas tan próximamente unas de otras, que sólo formaron unas pocas calles. Para llegar a sus casas, sus habitantes tenían que caminar por las azoteas y luego entrar en sus casas a través de un orificio en el techo. Los arqueólogos han descubierto que se cultivaban hasta doce productos en Çatal Hüyük, incluyendo frutas, nueces y tres variedades de trigo. La gente cultivaba sus propios alimentos y los guardaba en los almacenes de sus casas. Los animales domesticados —en especial, el ganado— proporcionaban carne, leche y pieles. La excedencia de alimentos también hizo posible que sus pobladores se dedicaran a otras actividades distintas de las agrícolas.

Determinadas personas se convirtieron en artesanos y fabricaron armas y joyería, que comerciaban con los vecinos, dando acceso de esta forma a los habitantes de Çatal Hüyük a un mundo más amplio alrededor de ellos. En Çatal Hüyük se han encontrado lugares de culto religioso con figuras de dioses y diosas domésticos, así como diversas estatuillas de figuras femeninas. Dotadas de senos y asentaderas muy prominentes, estas “Madres Tierra” tal vez representaban de manera simbólica la fertilidad de la tierra y la de las madres humanas. Tanto los relicarios como las estatuillas son indicadores del creciente papel que desempeñaba la religión en las vidas de estas personas del Neolítico.

La revolución agrícola del Neolítico tuvo consecuencias de largo alcance. Una vez que la gente se hubo asentado en villas o ciudades, construyeron casas para protegerse, así como otro tipo de estructuras dedicadas al almacenamiento de bienes. Como comunidades organizadas, almacenaron alimentos, acumularon bienes materiales y comenzaron a practicar el comercio. La gente comenzó también a especializarse en ciertos oficios, por lo que se desarrolló la división del trabajo.

La alfarería se fabricó con arcilla y se endureció al fuego. Las vasijas se utilizaron para cocinar y para almacenar granos. Las cestas tejidas también se usaron para almacenamiento. Las herramientas de piedra se refinaron, conforme se utilizaban cuchillos de pedernal en la fabricación de hoces y azadones para su uso en la labranza. En el transcurso de la era neolítica, gran parte de las plantas alimenticias que están todavía hoy en uso se comenzaron a cultivar. Más aún, fibras vegetales provenientes de plantas como el lino y el algodón se usaron para producir los hilos con que se tejía la ropa.

El cambio hacia una agricultura sistemática experimentado en la era neolítica también tuvo consecuencias en la relación entre el hombre y la mujer. El hombre tomó la responsabilidad de trabajar en los campos y domesticar los animales, actividades que lo mantenía lejos de su casa. La mujer permanecía en su hogar cuidando a los niños, tejiendo ropa, elaborando queso a partir de leche, y llevando a cabo todos las tareas que requería la organización de la casa y familia.

Cultura

Las ruinas están protegidas con un techo.

Los pobladores de Çatal Höyük enterraban a sus muertos dentro de la aldea: han sido encontrados restos humanos en hoyos debajo de los suelos de las estancias, especialmente bajo los hogares, las plataformas de las habitaciones principales y las camas. Los cuerpos eran plegados al máximo y, a menudo, introducidos en cestos o envueltos en esterillas rojas. Los huesos desarticulados de algunas tumbas sugieren que los cuerpos pudieron ser expuestos al aire libre durante un tiempo, antes de ser recogidos y enterrados. En ciertos casos, las tumbas han sido removidas y las cabezas de los individuos separadas del esqueleto, pudiendo haber sido usadas dichas calaveras de manera ritual, ya que algunas han sido encontradas en otras zonas de la comunidad. Varios cráneos fueron emplastados y pintados con ocre para recrear la cara humana, una costumbre más característica de los sitios neolíticos de Siria y de Jericó, que de yacimientos más cercanos.

Se han hallado restos de hasta cuarenta edificios (repartidos entre nueve de los niveles de la población) que parecen dedicados a sepulcros y santuarios. En los muros de estos santuarios se encontraron frescos que mostraban escenas de caza, danzas rituales, hombres con penes erectos, representaciones en rojo de los ahora extintos uros (Bos primigenius o toro salvaje) y ciervos, así como buitres precipitándose sobre figuras descabezadas.

Un fresco que aparentaría ser la aldea con los dos picos gemelos del Hasan Daği al fondo se cita frecuentemente como el “mapa más antiguo del mundo” y la primera pintura paisajística. Pero algunos arqueólogos cuestionan tal interpretación: Stephanie Meece, por su parte, argumenta que el fresco es más parecido a la piel de un leopardo que a un volcán, a un diseño geométrico decorativo que a un mapa.

Modelados en relieve, en los muros de estos “santuarios” hay personajes femeninos (mujeres en posición de dar a luz y la figura de la Diosa Madre dominando animales), cabezas de animales, como leopardos, cabras, osos y, destacando entre todos ellos, los bucráneos de arcilla provistos de verdaderos cuernos de toros (abajo, a la izquierda). Las características figurillas de mujer hechas de arcilla o piedra, y descubiertas por todo el asentamiento, dentro y fuera de sus muros, incluso en el interior de recipientes para conservar el grano, pertenecen a los niveles superiores del yacimiento (los más recientes).

Aunque según algunos investigadores, no se han encontrado aún templos claramente identificables, es indiscutible que las tumbas, los murales y las figurillas sugieren que la población de Çatalhöyük poseía una religión compleja, rica en simbología y que se reunían en ciertas salas, abundantes en tales hallazgos, que serían capillas o zonas de encuentro.

Fuentes