Causas del subdesarrollo latinoamericano

Causas del subdesarrollo latinoamericano
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Concepto:Una nación o región subdesarrollada sería la que no cuenta con cierta cantidad de riqueza.



Causas del subdesarrollo latinoamericano. Una nación o región subdesarrollada sería la que no cuenta con cierta cantidad de riqueza, servicios o capacidades productivas.

La idea del subdesarrollo tiene su origen en los economistas alemanes del siglo XIX y principios del XX, quienes discutían la idea de Adam Smith según la cual todas las regiones, profesiones y poblaciones pueden progresar económicamente a un ritmo parecido. Independientemente de lo muy complicado que ha resultado la definición del término, el subdesarrollo es un problema mundial al que se le han atribuido multitud de factores; pero sin acuerdo sobre si son o no influyentes, como la raza, si pueden considerarse genéricos o específicos, como la religión, si han sido creados por otras naciones, caso de los colonialismos, o si por el contrario serían algo propio de las poblaciones subdesarrolladas, como la culpabilización de los otros.

Problema

Como problema que se considera, el subdesarrollo provoca innumerables repercusiones negativas en formas de carencias sanitarias, alimenticias o de seguridad ciudadana entre muchas otras. Sin embargo, como tantos otros fenómenos de amplio espectro, implica también aspectos positivos para toda la población o, al menos, para una parte de la misma. A la desorientación existente se suma la dificultad para encontrar una solución válida para todos o la mayoría de los países y regiones que lo sufren. Como se verá, las propuestas y proyectos emprendidos han sido varios, casi tantos como los fracasos cosechados, pese a que algún éxito si se ha logrado, especialmente para los pueblos del sureste asiático.

Impacto

El impacto del subdesarrollo en una sociedad y sus miembros, es bien reconocida y evidente hasta para el observador más diferente. El caso latinoamericano es bien claro. En la generalidad de los países de la región se observan una nutrición inadecuada, oportunidades educaciones inferiores,y, últimamente el aumento de la aguda pobreza que, todas, son las características más salientes del subdesarrollo.

Mientras el efecto parece bastante fácil de notar, sus causas están sujetas a muchos debates y frecuentemente oportunismo ideológico. En términos generales, el “imperialismo” o la “dominación económica” por los países industrializados, son para la mayoría de los pueblos en graves dificultades, las causas demoníaca de la situación anteriormente planteada. Considero que el mal de los países latinoamericano, es el imperio, sea por la evolución de los tiempos, sea por el esquema de globalización internacional, el problema radica en conseguir mercados, Lamentablemente, con la excepción de Chile, Brasil, y, tímidamente Argentina y Uruguay, en el resto del continente continúa ejerciendo influencia la teoría de la dependencia ante Washington en sus respectivas políticas.

Realidades

En el repaso histórico de los tiempos, es imposible negar que Latinoamérica ha sido bloqueada por una relación explotadora impuesta sobre ella, como una víctima desventurada e inútil, incapaz de hacer mucho más que reaccionar a las fuerzas externas. Los intereses del mundo desarrollado han sido y son servidos en cierto modo, manteniendo al resto del mundo en situación de pobreza.

El intercambio comercial se practica con mayor intensidad y continuidad entre los países desarrollados, que entre los desarrollado y los subdesarrollados. Manejando estadísticas de Naciones Unidas, Japón, Canadá y los “grandes” de la Unión Europea, son más importantes en términos comerciales para los Estados Unidos, que todo el comercio combinado con América Latina.

Causas

Muchos gobernantes y sus asesores, creen que América Latina puede ser sacada del lúgubre estado de subdesarrollo en que está viviendo: falta de trabajo, desnutrición, pérdida de los principales valores morales, aumento de la delincuencia, “reino” de la drogadicción, paraíso de la corrupción, etc., con “esporádicas dosis” liberales de ayuda extranjera y modestos cambios de intercambio y comercio, por ese camino se encontraría la solución. Pero ha llegado la hora en que muchos países de América Latina -como receptora de inversión extranjera que por demás jamás administró- ha llegado, al fin, a comprobar que el asunto como estaba planteado nunca fue tan simple. Ni Chile con el cobre y el guano manejado por ingleses y estadounidenses (provocador de la Guerra del Pacífico); ni el café colombiano y brasileño cotizado desde Suiza; ni la azúcar desde Amsterdam; ni las minas de estaño de Bolivia de los Aramayo y Patino desde Londres; ni el petróleo paraguayo (causante del conflicto de la guerra del Chaco); ni la ganadería argentina y uruguaya, su precio fijado en el mercado de Smithefield ni la lana según la cotización que convenía el “lobby” de Sydney; y así otros productos de las “Américas proveedoras” , como en la época del coloniaje lo fueran el oro y la plata y el palo brasil; más tarde la hebea, productora del caucho.

Reunión de Mar del Plata

La IV Cumbre de las Américas, a realizarse en la ciudad extremadamente vigilada de Mar del Plata ante la presencia del Presidente George Walker Bush, dará motivo a un intercambio muy severo entre la reunión de los Presidentes y la III Cumbre de los Pueblos. Mar del Plata será escenario de una confrontación entre los gobernantes en” soledad” (altamente custodiados) y los inquietos pueblos del continente latinoamericano. (El ridículo se presenta cuando se solicita a Uruguay que vigile frontera Chui-Chuy ante la presencia de población fija y pacífica palestina).

El objetivo del Encuentro de Mar del Plata, se fijarán las posiciones de Bush, Lula, Chávez y Kirscher, es discutir entre todas las diferentes actividades las mejores soluciones para la afirmación de la democracia; el diseño de acciones que lleven a concretar las mejores alternativas para una verdadera integración latinoamericana basada en la igualdad y el respecto de los pueblos, fundamentalmente los indígenas; los derechos humanos en el amplio sentido del término y el medio ambiente.

En segundo término, no puede quedar fuera de la agenda los temas de la Deuda Externa, la Pobreza y, para que lo preocupa a los Estados Unidos; la militarización seguida del proyecto del “staff “ de la Casa Blanca , respecto a la “guerra preventiva”.Por algo vino anteriormente la Sra. Condolezza Rice y ahora, a 6 días de la visita a Montevideo de Chávez, llegue a hablar con el Presidente Vázquez (y quizás con los Comandantes del Ejército), el creador de la “guerra preventiva” Mr. Donald Rumshfel.

Pero esta reunión de Mar del Plata, también ha llamado a otros personajes: los 400 marines que desembarcaron en el Chaco Paraguayo, en ciudad menonita de Mariscal Estigarribia, a 200 kilómetros de la frontera boliviana. A vista está que se va ampliando, estratégicamente, el proyecto Puebla-México, El Salvador, Aruba, el Plan Colombia (Washington firmó hace unos días una nueva partida de fondos de ayuda para la segunda fase) desde años, cuenta con la base de Manta que vigila la frontera amazónica de Colombia, Venezuela, Ecuador y Brasil. Ahora otra en el Chaco paraguayo, corazón del continente sudamericano, (Plan Triple Frontera). Pronto podría llegar a la Patagonia, donde los amigos del “lobby” de la Casa Blanca, ya han adquirido más de 1.600.000 hectáreas.

El ajedrez sudamericano se enfrentarán en el balneario argentino dos contendores, acompañados de sus respectivos lacayos: : Bush con su descreído ALCA y el discurso del terrorismo en América Latina. Chávez con su “proyecto bolivariano” y la riqueza del petróleo venezolano.

Libre comercio hemisférico

Del cual tanto se habló en la I Cumbre de la Américas realizada en Miami, no figura en la agenda de Mar del Plata. Este punto ha quedado en la órbita de los vice presidentes de Estados Unidos y Brasil, ya que fueron los únicos gobiernos que iniciaron negociaciones que hoy se encuentran paralizadas El resto de América Latina no existe. Sus gobiernos en riguroso silencio, sobreviven como simples espectadores en todos los temas que realmente deberían interesar a los países productores de alimentos y la colocación de sus productos. El MERCOSUR como el CAN, según expresión del cancilller brasileño Amorín, están pinchados. Estados Unidos “sugirió” (¿?) a Uruguay a discutir el tema subsidios fuera de la órbita de la OMC, donde la Cancillería había enviado una nota.

El papel de la élite gobernante latinoamericana

El papel del político de nuestros tiempos y -fundamentalmente de esta continente- es visto por sus pueblos desconfianza. En términos generales, no representan un liderazgo constructivo y responsable, caracterizado por respecto a todas las clases sociales y las ideologías. En algunos países como en el Uruguay de hoy, no saben identificarse con toda la nación, considerada ésta como una comunidad consistente de toda nuestra escasa población. Tomando en consideración las posiciones disímiles, especialmente las relaciones entre América Latina y Estados Unidos, es necesario crear una política regional imparcial (no en base a premisas ideológicas) que necesariamente tiene que ser una política de perspectiva.

Si en la reflexión final, que sin lugar a dudas provocará estas dos reuniones en Mar del Plata (la IV de los gobernantes y la III de sus pueblos), se reconoce el desequilibrio existente entre el “imperio” y los latinoamericanos, en base a sus diferencias en intereses y prioridades geopolíticas, se podría abrir el camino para una cooperación o complementación más directa a distintos niveles entre las dos regiones.

América Latina debe aprender a dialogar internacionalmente, como está en vigor en otras partes del mundo (Europa-Comunidad árabe, con la ASEAN, con la Convención de Lomé.) Pero para llegar a esta instancia tan importante es necesario que a través del sinnúmero de acuerdos regionales, semi-regionales, bilaterales, que los países latinoamericanos mantienen, suspenden, reanudan, muchas veces en base a una “política de ilusiones pasajeras” , debe existir un objetivo compartido, sin ansias de liderazgo ni regional ni internacional. Debe regir un diálogo sincero, sin base ideológicas de las manidas “izquierda” y “derecha”, sino en una polarización interna o regional, basada en conceptos reales compartidos que puede volverse en ciertos momentos vulnerable a la luz de cambios políticos; mientras que las relaciones económicas son capaces de mantener mayor estabilidad ya que los intereses materiales de las partes están de por medio.

Luego de siglos de guerras de ambiciones, donde Europa fue el escenario por siglos, realizaron los gobernantes un profundo autoanálisis que luego compartieron en sus bases principales:las exigencias económicas del mundo actual han variado sustancialmente. América Latina debe recordar y profundizar las palabras de Gorbachov expresadas en esos instantes: “Europa ha de ser una casa común donde estén asegurados para siempre la paz, la libertad, el desarrollo y la riqueza”.


Dominación y subdesarrollo

Durante mucho tiempo se pretendió convencer a los pueblos de Iberoamérica de que sus males residían en su incapacidad de absorción de las influencias modernizantes de los países más desarrollados. La recomendación entonces era la total apertura de puertas para la difusión de capitales, tecnología, instituciones y formas culturales provenientes de las mayores potencias capitalistas.

Nuestro subdesarrollo era atribuible a la perduración de elementos tradicionales, arcaicos, feudales, que tienen origen en la conquista española. El desarrollo capitalista, la estrecha ligazón al sistema capitalista mundial, se planteaba como la solución para nuestros males.

Pero se nos recomendaba paciencia: el subdesarrollo era la antesala del desarrollo, una etapa similar a la que todos los países actualmente avanzados pasaron en su momento. Con paciencia y subordinación a los consejos de aquellos países, algún día veríamos florecer pujantes nuestras economías, instituciones y cultura. Actualmente, los latinoamericanos hemos comprendido que la raíz del atraso radica justamente en nuestra estrecha vinculación al sistema mundial capitalista. El subdesarrollo no es la antesala del desarrollo, sino la consecuencia del desarrollo de otras potencias. El desarrollo y el subdesarrollo son claramente visualizados como las dos caras de una misma moneda: somos subdesarrollados porque otros son desarrollados.

La dependencia hacia las potencias desarrolladas, la dominación que éstas ejercen sobre nosotros, se torna la clave de nuestros problemas. André Gunder Frank ha estudiado esta relación entre el desarrollo de las potencias capitalistas y el subdesarrollo de los países latinoamericanos, enunciando dos hipótesis básicas. La primera expresa lo que nosotros terminamos de afirmar: que el subdesarrollo de América Latina es el resultado de su participación en el proceso de desarrollo capitalista mundial.

La segunda proposición afirma que los países satélites logran su mayor desarrollo industrial capitalista clásico cuando y allí donde sus lazos con la metrópoli son más débiles. Señala dos tipos de aislamiento, el primero de los cuales reconoce como causa la guerra o depresión en la metrópoli. Cinco crisis aportan pruebas a su hipótesis: la depresión europea del siglo XVII, las guerras napoleónicas, la primera guerra mundial, la depresión de la década del 30 y la segunda guerra mundial.

En el mismo sentido, el historiador argentino José María Rosa atribuye a las dificultades de la metrópoli española para garantizar una frecuente comunicación con sus colonias, el incipiente desarrollo industrial registrado en América española desde el siglo XVII; "América tuvo que bastarse a sí misma. Y ello le significó un enorme bien: se pobló de industrias para abastecer en su casi totalidad el mercado interno." (Rosa, Defensa y Pérdida de Nuestra Independencia Económica.)

La Independencia y la apertura al libre comercio, permiten la invasión de las potencias europeas, fundamentalmente de Inglaterra, que busca nuevos mercados para su producción manufacturera, desalojando a las rudimentarias industrias locales. Ante la limitación de nuestros mercados, los empréstitos ingleses constituyen el único medio para abrir los circuitos comerciales; la nueva metrópoli nos facilitaba, en préstamos bastantes onerosos, los medios para pagar las mercancías que ella misma nos enviaba.Sin embargo, entre mediados de 1820 y hasta 1850 aproximadamente, se observarán una serie de intentos de desarrollo autónomo.

A pesar que se había producido la apertura de los puertos de América al libre comercio, todavía Gran Bretaña no estaba en condiciones de garantizar la regularidad de sus flotas hasta puntos tan distantes, lo que recién ocurrirá en la segunda mitad del siglo XIX, cuando se generalice la utilización de los barcos a vapor. La endebles de los vínculos con Gran Bretaña en este período se corresponde con la falta de consolidación de las clases dominantes locales.

En esta situación se verifican una serie de intentos de desarrollo autónomo que, usualmente, protegen las industrias artesanales a través de aranceles aduaneros. Es el caso de Rosas en Argentina, que en 1835 dicta una Ley de Aduanas que defiende la producción de vastas zonas interiores afectadas por el librecambio.

En Colombia, entre 1826 y 1848 se lleva a cabo una política proteccionista en apoyo de la industria basada en pequeños talleres. El gobierno de Lucas Atamán, en México, llegará más lejos, otorgando préstamos para instalar industrias, especialmente textiles; se forma el Banco de Avíos, cuyo capital se integraba mediante un impuesto a las importaciones de algodón. Pero, en todos los casos, la mitad del siglo XIX marca el límite, pasado el cual los liberales se afianzan e imponen una política complementaria de los intereses de Gran Bretaña, que ya estaba en condiciones de subordinar férreamente a nuestros países.

El segundo tipo de aislamiento contenido en la hipótesis de Frank es el de aquellas regiones que por razones geográficas estuvieron débilmente vinculadas al sistema mercantilista y capitalista. El ejemplo típico es el Paraguay, que, sin posibilidades de utilizar las vías de navegación, promueve un desarrollo que, con el tendido de redes ferroviarias y la introducción de la industria siderúrgica hacia 1865, lo sitúa entre los países más avanzados de América del Sud. Luego de la derrota en la guerra de la Triple Alianza viene la imposición del libre cambio y la penetración inglesa.

Con la afirmación de la "modernidad occidental", terminó en Paraguay el desarrollo autónomo, constituyéndose en uno de los países más pobres del continente. Cuando las metrópolis restablecen los lazos comerciales e inversionistas y recuperan el control de áreas que intentaron afirmar su soberanía, el desarrollo previo es aplastado o canalizado en direcciones que consolidan la dependencia de los centros hegemónicos.

Las formas de dominación abarcan todas las instancias de nuestras sociedades, el control de los gobiernos, las Fuerzas Armadas, la economía, las organizaciones sindicales, instituciones culturales y medios de difusión. En esta ocasión analizaremos fundamentalmente la penetración económica, y la acción de los monopolios, como uno de los puntos de partida fundamentales para las demás acciones del neocolonialismo.

Consideraciones históricas sobre la penetración económica en América Latina

De acuerdo con la concepción que hemos esbozado, las fases del subdesarrollo estarán determinadas, en lo fundamental, por los requerimientos económicos de los centros dominantes y por sus proyectos geopolíticos de expansión y seguridad. Desde antes de la Independencia hasta nuestros días, podemos señalar cuatro etapas en la evolución de las economías de los centros hegemónicos.

Capitalismo comercial, capitalismo industrial

(En su faz libreempresista), imperialismo y neoimperialismo. La primera de ellas caracterizada por la preminencia de Portugal y España —que actúan como intermediarias de otras naciones europeas—, las siguientes por la hegemonía inglesa con la que competirán más tarde Estados Unidos, Francia y Alemania, y la última, en la que existirá influencia de los países del Mercado Común Europeo, pero Estados Unidos será el centro imperialista fundamental.

A cada una de estas corresponderán distintas formas de organización de la economía iberoamericana, que transitará desde lo que denominaremos modo dependiente colonial exportador hasta el capitalismo dependiente agro-exportador y el capitalismo industrializado dependiente. Sólo nos han de interesar en este trabajo las etapas de capitalismo monopólico, especialmente lo que se ha dado en denominar "neo-imperialismo", teniendo en cuenta que las tendencias del desarrollo capitalista llevan inexorablemente al dominio monopolice mundial. Como dijera el economista norteamericano Magdoff, "el imperialismo no es asunto de elección para la sociedad capitalista; es el modo de vida de tal sociedad".

Hegemonía británica

Baran y Sweeze describen las notas características de la etapa que se inicia en las potencias capitalistas avanzadas en el último cuarto del siglo XIX: La segunda fase, iniciada a partir de 1880 más o menos, se caracteriza por el dominio del capital financiero. La concentración y centralización del capital conduce a la expansión de la forma corporativa, de los mercados de valores, etc. En este escenario los banqueros copan la iniciativa, promueven combinaciones y monopolios sobre los cuales sientan su dominio y devienen así un sector decisivo dentro de la clase capitalista. Como los banqueros negocian con capitales más que con mercaderías, su interés primordial en los países subdesarrollados consiste en exportar capitales hacia ellos a las tasas más altas de ganancia que sean posibles. Los capitalistas financieros de cada país imperialista quieren establecer un dominio exclusivo donde sus rivales no puedan entrar y dentro del cual sus inversiones permanezcan perfectamente protegidas. No quiere decir, desde luego, que la exportación de capital se contraponga a los objetivos del período precedente —materias primas y mercados— pues, por el contrario, una y otras se complementan a las mil maravillas. Se trata sólo de que en !a teoría Hilferding-Lenin es la exportación de capital la que domina la política imperialista."

Dentro de este panorama general, a partir de la crisis capitalista de 1873, gran cantidad de pequeñas y medianas empresas comienzan a arruinarse y son reemplazadas o absorbidas por grandes corporaciones que centralizan en sus manos la mayor parte de la producción de una rama de la economía (concentración horizontal) o las fases complementarias de un proceso productivo. Así mismo, las grandes empresas, al disponer de mayores capitales, pueden incorporar los nuevos y costosos adelantos tecnológicos, que les proporcionan nuevas ventajas sobre la competencia.

Surgen así los grandes trusts, cartels y otras formas de monopolio. Todas estas son uniones que tienen como propósito unificar o coordinar diversas empresas bajo una sola dirección con el fin de aumentar la tasa de ganancia. Para lograr dicho aumento de beneficio se exportan capitales a países donde haya menor competencia, se pueda pagar salarios más bajos que los exigidos por los sindicatos de los países desarrollados y se pueda producir con los equipos ya superados por el progreso técnico.

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Qué es el Subdesarrollo y quien dijo por primera vez ese término. Fue utilizado por primera vez en el año de 1947 por Harry S. Truman, Presidente de los Estados Unidos en un discurso de ocasión.

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El ALBA

El ALBA pone su objetivo fundamental en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, por lo tanto expresa los intereses de los pueblos latinoamericanos. Mientras el ALCA responde a los intereses del capital trasnacional y persigue la liberalización absoluta del comercio de bienes.

¿Que es desarrollo?

Desarrollo es una forma de cambio social. Para el desarrollo debe concebirse como un proceso multidimensional que implica cambio de las estructuras, las actividades y las instituciones, al igual que la aceleración del crecimiento económico.

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