Cementerio de San Carlos
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Cementerio San Carlos. Enclavado en la ciudad de Matanzas, Cuba, fue inaugurado el 2 de septiembre de 1872. Necrópolis en la que se hallan los restos de notables figuras de la cultura cubana, tales como Bonifacio Byrne y José Jacinto Milanés. El pórtico tiene una estructura rectangular y un carácter monumental con un lenguaje formal clásico. Se pueden encontrar obras de herrería que encierran gran valor artístico y magníficas construcciones funerarias. Es este uno de los lugares más representativos de la cultura de Matanzas, a través del cual se puede conocer gran parte de la historia de la Atenas de Cuba.
Historia
Fundada en 1693, Matanzas no contó con su primera iglesia hasta pasados dos años. Fue construida de forma muy rudimentaria, por lo que los enterramientos eran efectuados en los terrenos circundantes. Esta primitiva iglesia, que se encontraba situada frente a la actual Catedral, hacia la esquina de Jovellanos y Milanés, fue derrumbada en 1730, a consecuencia de un feroz huracán que azotó a la ciudad el 19 de octubre de dicho año.
No es hasta 1735 que se habla de la actual parroquia, la cual queda definitivamente concluida a mediados del Siglo XIX. La iglesia que se terminó de construir en 1751 era sólo una planta elemental, por lo que los atrios eran muy reducidos. En esos atrios tuvieron lugar los enterramientos a partir de entonces. Aunque este cementerio parece haber tenido poco uso, sus límites se excedían del templo.
El 28 de enero de 1872, unos meses antes de la inauguración del cementerio, se hizo pública la ley que establecía la obligación de dar sepultura decorosa a las personas que no fueran católicas. El permiso para construir un cementerio habilitado para personas no católicas era expresamente expedito por la ley de 29 de abril de 1855, según la cual, en todas las poblaciones se permitiría construir cementerios para el uso de quienes no profesasen la doctrina de la Iglesia Apostólica Romana.
Estructura
El cementerio fue inaugurado el 2 de septiembre de 1872. Cuenta con un área general aproximada de 135 000 m2. Las obras funerarias ocupan un área de 116 754 m2. Su principal maestro de obras fue Francisco Sosa Vélez. El pórtico tiene una estructura rectangular de carácter monumental, con un lenguaje formal clásico, tamizado por la grandilocuencia que imprimió el eclecticismo al neoclásico predominante en el Siglo XIX. Las rejas y verjas evidencian el alcance del trabajo de forja y fundición en Matanzas.
Los principales materiales empleados en las construcciones funerarias —mausoleos, panteones, bóvedas— fueron el mármol, el granito, el barro cocido y las losas esmaltadas. La herrería, la estatuaria, la arquitectura y la escultura conmemorativa, y los poéticos o satíricos epitafios dotan a la necrópolis de altos valores artísticos e históricos.
Héroes del ayer
En el Cementerio San Carlos se encuentran los restos de relevantes personalidades de la cultura cubana, tales como Miguel Failde, José Jacinto Milanés, Bonifacio Byrne, Juan Guiteras Gener, Armando Carnot, Arturo Echemendía, Claudio Dumas.
Se hallan, además, los restos de los independentistas mambises, General Clemente Gómez y Antonio López Coloma, así como, de los líderes revolucionarios caídos en las luchas contra los gobiernos neocoloniales, Julio Ruffín, Juan Ripoll, Julián Alemán, René Fraga Moreno, Franklin Gómez y Miguel Sandarán.
Curiosidades
Las campanas obedecen a un sistema de señales para comunicarse con los empleados:
1- Cuando llega un entierro se dan 4 toques con la campana grande que indican que el cadáver es un adulto y será sepultado en bóveda.
2- Si va para tierra sonará solo un campanazo grande, esto le advierte al sepulturero los instrumentos que debe llevar.
3- Si se trata de un menor, además de los 4 campanazos grandes, se agrega uno con la chica y si fuera para tierra, 2 campanazos, uno con la grande y otro con la chica.
Sobre una de las tumbas puede leerse el siguiente epitafio: "Dios sobre todas las cosas. Nunca digan que fui bueno; sigan siempre sonando el cuero. Otros con más; hicieron menos." Roberto Andux, 1915.
Con el Triunfo de la Revolución, el cementerio pasó a manos del pueblo y todos los servicios son gratuitos a partir del 23 de enero de 1962 en que se pone en vigor la Ley 998.