Central Héctor Rodríguez

Central Héctor Rodríguez. Villa Clara
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Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
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Siglas o Acrónimo:CENTRAL
Fundación:1918
Apertura:Primera mitad del siglo XIX
Disolución:1995
Tipo de unidad:Central Azucarero
Ministro/a:MINAZ
Propietario/a:MINAZ
País:Bandera de Cuba Cuba
Dirección:Sagua la Grande, Cuba

Central Santa Teresa (después de la nacionalización CAI Héctor Rodríguez). Central Azucarero perteneciente a la provincia de Villa Clara, antes nombrado "Central Santa Teresa". Actualmente permanece activo y es de gran importancia en la producción azucarera en la provincia de Villa Clara.

Historia

El central Santa Teresa, ubicado en la comunidad de Sitiecito (Sagua la Grande), Villa Clara, era el número 55 del país por su capacidad de producción ascendente a 300 000 @ de caña diarias. Tenía un rendimiento industrial bajo, 3 700 trabajadores en zafra y 705 caballerías de tierras propias. Existen discrepancias sobre el año de su fundación que unos sitúan en 1832, otros en 1836 y otros en 1824, atribuida a Tomás Ribalta. Había pertenecido en 1860 a María Luisa Calvo; de 1874 a 1883 a Cornelio C. Coppingesz; en 1889 a Juan de Oña, cuya viuda, Carmen Ribalta, lo heredó en 1891, pasando a sus herederos que, tras quebrar, se puso bajo la administración judicial. La firma estaba presidida por por Juan Pedro Mora, Delfín Tomasino, vicepresidente y Ricardo Amezaga, tesorero. Según el “Portafolio Azucarero” publicado en 1914, en ese entonces pertenecía a la “Compañía Azucarera de Santa Teresa”, controlaba 363 caballerías de tierras (16 sembradas de caña por la administración y 99 repartidas entre 123 colonos), el resto estaban destinadas a potreros o desahuciadas por el uso intensivo de muchos años. Se sembraban las variedades de caña cristalina y cinta, y como era costumbre en la mayoría de los ingenios cubanos de la época no se empleaban para su cultivo ni regadío ni fertilizantes.

Para el transporte de la caña se servía de una red de 1 km de ferrocarril de vía ancha y 22 de vía estrecha; 26 fragatas de vía ancha y 140 de vía estrecha, con tres locomotoras de vía estrecha de 150 caballos de fuerza cada una. Durante la zafra de 1913 molió 157 000 @ de caña por día para lo que se sirvió de un transbordador para dos conductores con dos desmenuzadoras y dos juegos de tres trapiches; 18 defecadoras de 1 200 galones, dos triple efecto de 11 000 pies de superficie calórica; cinco tachos de punto de 800 sacos; 16 cristalizadores abiertos de 1 680 sacos de cabida y uno al vacío, de 200 sacos; 28 centrífugas y una batería de calderas con 2 232 caballos, compuesta de 6 Babcock & Wilcox y dos de Root en cuatro hornos. En 1913 fabricó 163 696 sacos de azúcar de 325 libras y en la del año siguiente 108 816. Para la primera zafra mencionada molió 20 021 200 @ de caña para un promedio de 30 000 @ por caballería; en la de 1914 molió sólo 12 980 510 @ con el mismo rendimiento de caña por caballería. Tras estar sin moler entre 1933 y 1936 se reorganizó ese año como “Compañía Azucarera Sitiecito SA”. Sus propietarios eran José Fernández García, quien era el presidente, y Juan Pedro Mora – Oña, vicepresidente, lo vendieron en enero de 1940 a la familia Gómez Mena, constituyéndose el 6 de abril de ese año la “Compañía General de Ingenios SA”, presidida por José Gómez Mena Vila (1). El 20 de diciembre de 1944 Alfonso Gómez Mena, su presidente; Francisco García Gómez, su tesorero; Mateo Guillermo de Salazar Paglieri y Antonio Crescente Ríos renunciaron a sus cargos y fueron sustituidos por Olga y Gloria Gómez Mena Vivanco como presidenta y vicepresidenta. Sin embargo, poco después los renunciantes se reintegraron a sus puestos.

Al final del período republicano burgués los hermanos Gómez Vivanco perdieron la propiedad. El 6 de diciembre de 1957 se vieron obligados a entregar las 2/3 partes de las acciones en garantía a la deuda de $700 000 con “Luis G. Mendoza y Compañía” quien los refaccionaba desde hacía años. Al no saldarse la deuda el 30 de junio de 1958 el acreedor estableció un procedimiento ejecutivo ante el juzgado que decretó el embargo y la administración judicial, pasando desde entonces esa firma de corredores a hacerse cargo de los gastos de operación del central bajo la razón de “Compañía Azucarera Vivanco”. En 1958 la situación del central era extremadamente difícil debido a sus altos costos de producción que se elevaban a más de 60 centavos por saco producido. Al producirse el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 el central fue nacionalizado por el nuevo Gobierno de la Isla que lo renombró como central Héctor Rodríguez. En la actualidad es uno de los centrales del país que aún se mantiene moliendo.

Fuentes