Centro histórico de Nápoles

Centro histórico de Nápoles
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Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
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Coordenadas40°50'00?N 14°15'00?E
PaísBandera de Italia
TipoCultural
Criteriosii, iv
N.° identificación726
RegiónEuropa y América del Norte
Año de inscripción[[1995]] (? sesión)

Centro histórico de Nápoles, espacio urbano antiguo influenciado por las diferentes culturas que lo ocuparon sucesivamente y que dejaron su marca en la arquitectura y el diseño urbano napolitano. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995.

Descripción

El casco histórico de Nápoles, el más extenso de Europa, alberga testimonios de distintos estilos y períodos que abarcan desde la fundación, en el siglo VIII a.C., de la colonia griega Parténope, hasta la sucesiva dominación romana, desde el período Suevo-Normando hasta el reinado de la Casa de Anjou, desde el imperio aragonés hasta los reyes de Francia, para concluir con el período de Garibaldi y el reino de Italia.

De la ciudad griega original ha llegado poco hasta nuestros días, se pueden apreciar los restos de la muralla defensiva de la zona noroccidental de la ciudad y en otros pocos puntos, como la vía Mezzocannone. Más numerosos, en cambio, son los restos arqueológicos de época romana, cuando junto al asentamiento griego conocido con el nombre de Palépolis (la “ciudad vieja”), surgió la Neapolis (“ciudad nueva”). Cementerios, catacumbas y diversos restos se pueden visitar en los museos y en los yacimientos arqueológicos de la ciudad, como por ejemplo en la zona de San Lorenzo el Mayor.

La caída del Imperio romano asistió al surgimiento de imponentes iglesias, como es el caso de la Basílica de San Jenaro extra-moenia en el barrio Sanità erigida en el siglo V en la zona cercana a las catacumbas de San Jenaro, dedicadas al patrón de la ciudad.

El edificio más famoso de la época Suevo-Normanda es el majestuoso Castel dell’Ovo, construido sobre la precedente villa romana de Lucio Licino Lucullo. Situado en el islote de Megaride, el Castillo es hoy la sede de importantes exposiciones y eventos culturales y ofrece, entre otras cosas, una espléndida vista del golfo de Nápoles, dominado por el volcán Vesuvio.

Período de gran expansión, la sucesiva época de la Casa de Anjou ha dejado a la ciudad de Nápoles importantes obras de indiscutible belleza, muchas de as cuales de estilo gótico-provenzal, predominante en la época. Entre ellas hay que destacar la Catredal nueva, que conserva la célebre Capilla del Tesoro de San Jenaro, las iglesias de San Lorenzo el Mayor, San Domingo el Mayor y Santa Clara, con su magnífico Claustro de las Clarisas, el Castel Nuovo conocido también como “Maschio Angioiono” (Torreón Angevino), la fortaleza y morada nobiliaria de Castel Capuano y el Palacio del Príncipe de Táranto.

El período de dominación aragonesa fue época de fortificaciones defensivas, a esta época corresponde el Palacio Real. Erigido a partir de 1600, el Palacio domina la Plaza del Plebiscito junto a la Basílica de San Francisco de Paula, que recrea las formas del Panteón romano. El edficio es hoy sede de una de las mayores bibliotecas del sur de Italia: la Biblioteca Nacional Vittorio Emanuele III. Fue habitado primero por los virreyes españoles y austríacos, posteriormente por los Borbones y finalmente por la familia Saboya, centro geográfico y símbolo del poder y de las vicisitudes históricas de Nápoles.

El siglo XIX condujo la ciudad a través de un proceso de profunda renovación de los espacios y de la planimetría de la misma, lo que hizo de Nápoles la metrópolis moderna que podemos visitar hoy. Una metrópolis que, como ninguna otra, sabe fundir loa antiguo con lo moderno, sus joyas de arte y de historia con la belleza inolvidable del escenario natural que les sirve de marco. Una ciudad con un alma sumamente peculiar, sin tiempo ni confines.

Lugares de interés

Nápoles es una ciudad muy visitada, no sólo por derecho propio, sino también como punto de partida hacia otros destinos cercanos como Pompeya, el Palacio Real de Caserta, las islas de Capri e Ischia o la Costa Amalfitana. La capital campana posee también un vastísimo patrimonio artístico y arquitectónico, que desde la década de 1990 ha sido relanzado con actividades como el Mayo de los Monumentos y por ser declarada parte del Patrimonio de la Humanidad en 1995.

Palacios históricos y museos

Nápoles es particularmente famosa por sus castillos, palacios y museos.

  • El Castel dell'Ovo (Castillo del Huevo) es parte del bellísimo panorama del Golfo. Se llama así porque, según la leyenda, Virgilio habría escondido en el interior del castillo un huevo que soportaría la estructura del edificio, y que, de romperse, provocaría el hundimiento de la fortaleza, y que la ciudad sufriera grandes catástrofes.
  • El Castel Capuano fue construido por Guillermo I de Sicilia, el primer rey del Reino de Nápoles fundado por los normandos. Su nombre se debe a que está en la ruta que conduce a la ciudad de Capua. Cuando el Sacro Imperio Romano conquistó el reino, la capital se trasladó a Palermo, deteriorándose el edificio a causa del abandono. Pero cuando la dinastía aragonesa conquistó el Sur de Italia y la capital volvió a Nápoles, y se comenzó una gran remodelación del castillo. En los siguientes 500 años, el edificio se utilizó como sede de los tribunales; en la actualidad ofrece un contraste arquitectónico notable, al encontrarse en las inmediaciones de la zona de rascacielos, el Centro Direzionale.
  • El Castillo Maschio Angioino (Torreón de los Anjou), también conocido como Castel Nuovo, fue construido entre 1279 y 1282 por Carlos I de Anjou, todo un récord, siendo el palacio real de su dinastía. En tiempos de Roberto de Anjou, uno de los más notorios mecenas de su tiempo, se hospedaron en el castillo grandes figuras de las artes y las letras, como Petrarca o Boccaccio, que escribió el Decamerón entre sus muros. De esta primera etapa no quedan restos, debido a la reestructuración inmediata a la llegada de los aragoneses.

Galería

Fuentes