Claudia Muñíz

Claudia Muñiz
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Nacionalidadcubana
OcupaciónActriz

Claudia Muñiz. Es una actriz cubana, intérprete de varias películas de diferentes de géneros. Es reconocida en su país, aun siendo muy joven ha dedicado su vida a la actuación.

Películas

  • 7 días en La Habana
  • De lo que no hablan los muertos
  • Los dioses rotos
  • Marina
  • Jirafas

Los Dioses Rotos

Los Dioses Rotos es una película cubana del 2008, escrita y dirigida por Ernesto Daranas Serrano. La trama presenta una reflexión en torno a perspectivas éticas y morales de un grupo de personajes pertenecientes a distintos niveles socioculturales, entre quienes las clasificaciones de “positivos” y “negativos” no resultan sencillas de imponer. Drama social, suspense y tragedia comulgan en una historia interesada en resultar amena, universal y consecuente con la realidad a la que se debe.

Los Dioses Rotos (Argumento)

Laura es una profesora universitaria que investiga sobre el famoso proxeneta cubano Alberto Yarini y Ponce de León, asesinado a balazos por sus rivales franceses que controlaban el negocio de la prostitución en La Habana de comienzos del siglo XX. Interesada en demostrar la vigencia del legendario personaje, se adentra en una de las zonas más complejas de la realidad habanera de hoy.

“Jirafas” de Kiki Álvarez

Jirafas

Realizada en régimen de cine independiente o de cooperativa, “Jirafas” es un largometraje que nos intenta acercar a los cambios que acomete la actual sociedad cubana desde el punto de vista de unos jóvenes que están inicialmente enfrentados por el disfrute de una propiedad y que dramatizan los límites mientras están intentando conseguir una postura propia en la vida.

La tragicomedia nos presenta a una pareja, Lía y Manuel, que viven ilegalmente en una casa cerrada, mientras Tania está intentando recuperar los derechos sobre ese espacio que tu tío le dejó y por eso se propone desalojarlos. Los inquilinos intrusos no están dispuestos a marcharse y Tania decide atrincherarse en el piso alto de la casa. El film se exhibió en enero en el Festival de Rotterdam y recientemente fue galardonado con el Spirit Award del Festival de Brooklyn.

El tema de la propiedad no es el exclusivo de la película porque, aprovechando esa circunstancia anómala, el guión despliega toda una relación de contenidos que tienen que ver con la convivencia: las relaciones laborales, el acceso a la vivienda, los deseos encontrados, el machismo, los secretos, la invasión de la intimidad, el consumismo y la economía precaria.

Los tres protagonistas, unos más que otros, tienen que ir cediendo en su postura inicial y son las amenazas externas lo que acabará uniéndolos: un inspector de la vivienda ronda la casa y los quiere desalojar porque no están cumpliendo las leyes. El profesional personificaría lo ya establecido, oficialismo y burocracia, y los ocupantes aquellas fuerzas vivas que emergen en esta segunda década del siglo XXI en Cuba y que quieren entender su realidad de una manera diferente a la de sus mayores para construir su identidad como generación. Más tarde aparece un ciclón que les obliga a permanecer en la casa y esa será la oportunidad definitiva para unirse en comunidad. Un 90% del film ha sido rodado en interiores, en el domicilio de Kiki Álvarez, y en las escenas de fuera de la casa, el realizador ha dibujado algunas situaciones pintorescas excesivamente estereotipadas que aportan poco a la historia, posiblemente pensando en una visión más internacional de la película (revistas de famoseo, turista libidinoso,…). La sociedad cubana está en el ojo del ciclón porque tiene la sensación de que por fuera todo se está moviendo a una velocidad vertiginosa. “Jirafas” ha sido rodada en régimen de cooperativa, los actores no cobraron y se repartirán los beneficios derivados de la distribución de la película siguiendo el modelo propuesto en Cuba por Humberto Solás. Claudia Muñiz es además de protagonista, la autora del guión; Yasmany Guerrero debutó para largometraje en La noche de los inocentes (2007) de Arturo Sotto y Olivia Manrufo, la otra protagonista, en Tres veces dos (2004) y en Una Rosa de Francia del español Manuel Gutiérrez Aragón, además de una larga trayectoria en la televisión. Enrique Álvarez tampoco es un debutante ya que en 1991 dirigió su ópera prima “Sed”, una versión de Esperando a Godot y posteriormente ha tenido varias incursiones en cine.

Marina, nueva película cubana filmada en Gibara

Marina

Una nueva película cubana, Marina, del director Enrique Álvarez, comenzará a proyectarse próximamente en el circuito de estrenos de esta capital, lo cual provocó un encuentro entre algunos de sus realizadores y actores con la prensa nacional, en el Centro Cultural Fresa y Chocolate del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).

Encabezados por su director, se encontraban presentes Mario Limonta y las jóvenes actrices Claudia Muñiz y Marianela Pupo Fournier, así como Javier González, que tuvo a su cargo la producción de la cinta.

Álvarez narró como surgió la idea de esta película durante una visita que realizara al poblado de Gibara, sede fundadora del Festival de Cine Pobre que creara y dirigiera hasta su muerte, el ineludible cineasta Humberto Solás.

Comentó que escogió esta ciudad como locación principal pues es un sitio que lo impactó mucho al descubrirlo porque “parece un lugar aislado del resto del país y con una arquitectura impresionante”. Declaró igualmente que Marina había sido muy estimulada por los organizadores del Festival de Cine y que existía ya la idea de que se filmaran otras películas en Gibara y convertir esa ciudad en un escenario cinematográfico muy particular.

Hace aproximadamente un mes, luego de una primera presentación en La Habana, el filme se proyectó en Gibara y en un cercano pueblo de pescadores que fue también otro de los espacios de filmación; acerca de este hecho, que respondió a un deseo de su director, el mismo confesó: “fue una hermosa experiencia, una de las más bonitas que he tenido como realizador, en cuanto a la cercanía con el público y a que la gente se viera a sí misma reflejada en la obra”.

Más adelante Álvarez explicó que su objetivo era contar una historia sencilla, la de una joven que vuelve a su lugar natal luego de siete años en La Habana, y se encuentra que su padre ha muerto y que en su casa viven unas personas damnificadas; a partir de ahí el espectador comienza a ver Gibara a través de la mirada de la protagonista que está tratando de reencontrarse con su propia identidad.

Claudia Muñiz, es esta protagonista y a su vez compartió la concepción del guión con el realizador acerca de lo cual expresó haberlo asumido como un juego sin la seriedad de “hacer un guión” y que considera que el hecho de no tener los conocimientos exactos de una especialidad permite a veces desarrollar una creación más libre.

Por su parte el realizador retomó lo enunciado en una reciente entrevista en la que confesara que Marina no es un filme de tesis ya que le parece importante defender un cine muy sencillo, muy apegado a las historias y que había sido de su interés trabajar con los actores y que estos construyeran sus personajes.

En ese sentido el curtido actor Mario Limonta, quien encarna a un viejo pescador, al ser interrogado acerca de las bases que escogió como construcción para su personaje: declaró ”a mí me hicieron el cuento de que una ballena había aparecido en Gibara y que los pobladores no se atrevían a hacer nada, hasta a que un cocinero cortó un pedazo, lo frió, se lo empezó a comer y entonces todo el mundo hizo lo mismo y ni los huesos dejaron.

A partir de ahí yo empiezo a identificarme un poco con este personaje que es posible que haya tenido una vida llena de inquietudes pues cuando muere se descubre, entre otras cosas, que es pintor y también hablé mucho con los pescadores, los cuales son muy fabuladores; ya yo tenía la experiencia de mis conversaciones con otros pescadores de Cojímar y todo esto lo uní al cuento de la ballena que fue el leitmotiv fundamental que me hizo entrar en la piel de este hombre, que cada vez vive más en su propio mundo, que a pesar de estar enfermo de muerte, sigue pescando y que establece una relación especial con la protagonista, le cuenta cosas de su pasado como el hecho de que un buen día llegó a Gibara, se enamoró y se quedó para siempre”.

Limonta consideró que la película es una linda historia de amor muy bien contada “y lo que más me interesa es que a nuestro pueblo le guste”.


Marina es una producción del ICAIC con la colaboración de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños y el Festival de Cine Pobre Humberto Solás.

Fuentes