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Colibacilosis enteroadherente
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Cepa de Colibacilosis enteroadherente en los cerdos .jpg
Estas cepas no producen toxinas, penetran en el glicocalix del enterocito y destruyen las micro vellosidades

Colibacilosis enteroadherenteEstas cepas no producen toxinas, penetran en el glicocalix del enterocito y destruyen las micro vellosidades. Ellas afectan más al colón que al intestino delgado. La diarrea post destete, ocurre entre los 5 y 10 primeros días del destete. Los cerdos afectados presentan diarreas profusas verdosas, carmelitosas o hasta acuosas. La diarrea teñida con sangre es muy poco común, como tampoco lo es la presencia de mucus. La diarrea puede persistir por un período de 5-7 días y los animales morir por deshidratación septicemia. Algunos animales presentan fiebre (40 a 40,5 ºC) y otros verse deprimidos y anoréxicos. Si esta forma pasa a la cronicidad los animales muestran un retraso permanente. La mortalidad suele oscilar en alrededor del 10 % si no existen otras complicaciones.

Cuadro clínico

El período de incubación es generalmente unas horas (12-14).

Forma septicémica

La forma septicémica se presenta con relativa poca frecuencia en los cerditos, el curso es por regla general, sobreagudo o agudo, muriendo los cerditos en 24-96 horas con muy escasa sintomatología, sólo una discreta hiperemia de la piel, con fiebre de 40-41 ºC y el rechazo a mamar. Este suele ocurrir cuando el calostro no fue adecuadamente consumido y el animal es inmunodeficiente.

En la forma entérica se pueden reconocer 3 formas clínicos diferentes: una que ocurre neonatal, es decir, en las dos primeras semanas de vida, otro próximo al destete (de 3 a 4 semanas de vida y otro al destete.

En la forma neonatal los síntomas comienzan con estupor, los cerditos dejan de mamar, pierden vitalidad, presentan fiebre alrededor de 40 ºC, se nota cierta apatía a los estímulos, hay diarreas acuosas de color blanquecino claro o grisáceo o amarillo cremoso, fétidas y pertinaces, deshidratación por la pérdida de líquidos, congestión de la conjuntiva ocular, la mortalidad puede llegar al 70 % y los que sobreviven retardan el crecimiento.

En la forma anterior al destete las heces suelen ser grises o blanquecinas, líquidas. Los animales se encuentran emaciados y con evidente retardo en el crecimiento, con el pelaje erizado. La mortalidad puede comportarse en alrededor del 20 %.

En la posterior al destete, la diarrea suele ser gris o carmelitosa, muy acuosa. Los animales suelen estar muy deprimidos y deshidratados. La mortalidad no suele sobrepasar el 10 % pero muchos animales quedan caquécticos.


Cuadro anatomopatológico

En la forma septicémica los cerditos suelen poseer buen estado general y algo de cianosis en las extremidades. Los órganos suelen aparecer congestivos, el bazo aumentado y hemorragias petequiales pueden aparecer sobre mucosas y serosas. Con cierta frecuencia puede observarse, además, neumonías y enteritis.

En el cuadro de la diarrea neonatal o próxima al destete suelen ser muy parecidos. Los animales aparecen deshidratados, con el estómago con leche coagulada y presencia de algunas áreas de infarto. El intestino delgado suele estar dilatado y algo transparente con gases. Microscópicamente puede encontrarse o no atrofia de la vellosidad intestinal.

En la diarrea después del destete, La deshidratación es manifiesta, los ojos muy hundidos y las extremidades cianóticas. El estómago y el intestino delgado poseen contenido acuoso y la mucosa suele estar muy hiperémica con algo de mucus. En otros órganos puede existir hiperemia pasiva por el choque vascular


Epizootiología.

Los cerditos de 0-21 días de edad son los más susceptibles aunque pasada esta edad es frecuente también encontrar animales afectados principalmente inmediatamente después del destete.

Los cerdos enfermos constituyen la principal fuente de infección, los cuales eliminan al agente etiológico con las heces fecales y estos contaminan los suelos, las instalaciones, el agua de bebida y los alimentos.

Otra fuente importante son los adultos (madres) que son portadores asintomático del germen.

La transmisión a través del agua de bebida y/o los alimentos contaminados, o por intermedio del cordón umbilical en las primeras horas del parto constituyen los factores de mayor importancia en el mantenimiento de la cadena epizoótica.

Los vectores representan un papel nada despreciado en la transmisión, e incluso el hombre de forma mecánica coadyuva directamente en las manipulaciones de animales.

La aparición de la enfermedad tiende a ser enzoótica, sobre todo cuando las medidas higiénico- sanitarias y de prevención y control son deficientes y también hay que tener en cuenta la introducción de hembras de reemplazo por la posible aparición de otros nuevos serotipos para los cuales las hembras (viejas) no secretan inmunoglobulinas específicas.

Algunos factores relacionados con errores de manejo, tanto desde el punto de vista zootécnico como sanitario, particularmente relacionados con la deficiente administración del calostro antes de las 24 horas de nacidos los animales y las deficiencias vitamínicas y de minerales pueden influir predisponentemente en la aparición de brotes.

Lo mismo sucede en condiciones climáticas extremas de temperatura, humedad relativa y precipitaciones.


Diagnóstico

Observando algunos datos relacionados con la epizootiología de la enfermedad, unido a los síntomas y las lesiones, podemos emitir un diagnóstico presuntivo bastante cerca de la realidad.

La confirmación se obtiene a través del aislamiento bacteriológico que de sospecharse de la forma septicémica debe aislarse el germen de órganos parenquimatosos, sangre y médula ósea de huesos largos.

En caso de la forma entérica el aislamiento debe hacerse a partir del contenido rectal obtenido por hisopaje en animales vivos o del contenido intestinal y de ganglios mesentéricos en cadáveres. Es de capital importancia la serotipificación de las cepas.

Cultivos puros de E. Coli B. Hemolítica F4 (K88) se suele aislar de la parte anterior del intestino delgado, mientras que la F5 (K99) y F6 (987P) de la parte posterior.


Diagnóstico diferencial

Debe ser realizado con la gastroenteritis transmisible del cerdo pero está última afectaría a todas las categorías, con mayor mortalidad sí apareciera en nuestro país.

La salmonelosis y la disentería porcina pueden confundirse, aunque hay diarrea mucosanguinolenta con formación de seudo membranas difteroides y abundante mucus en intestino grueso, además, es bastante evidente los múltiples microgranulomas hepáticos al análisis histopatológico en el caso de la salmonelosis.

Medidas de prevención

Es evidente la importancia de las medidas de prevención en la profilaxis de la enfermedad y dichas medidas deben estar encaminadas al mejoramiento de las condiciones higiénico sanitarias de las instalaciones, al cumplimiento de las normas técnicas, evitar todos aquellos factores estresantes, administración adecuada de dextrana con hierro y suplementos vitamínicos, la ingestión de calostro de los cerditos, buena higiene en el parto y adecuada cura del ombligo.

Se han elaborado vacunas por diferentes fabricantes, algunas que se suministran a la madre y otras a las crías. La vacuna contiene como principios activos las fimbrias purificadas K88 y K99. Al ser inmunizadas, las cerdas gestantes proporcionan suficientes anticuerpos en el calostro, y este, al ser ingerido por los lechones, da lugar a una inmunidad local en el tracto intestinal al neutralizar las bacterias impidiendo su adherencia al intestino.

También se han obtenido buenos resultados para la prevención o disminución de las afectaciones por esta enfermedad con la utilización de probióticos, como los lactobacilos, así como la incorporación de algunos promotores del crecimiento como el carbadox y olaquindox.


Medidas de recuperación.

Estarán encaminadas a romper la cadena de transmisión por lo que la desinfección de objetos e instalaciones con sosa cáustica 2 %, formol 2 %, compuestos de cal, cloro, etc.; unido a la mejora de las condiciones higiénico- sanitarias deben ser los factores de primer orden en la recuperación de los focos.

El tratamiento de los enfermos, separarlos del resto y aplicación de antibióticos y quimioterápicos, rehidratación y estimulantes.

El uso de los antibióticos por vía oral es más efectivo y se han usado el cloranfenicol de 25-30 mg/kg/ 3 días, la Neomicina 25 mg/kg/ 3 días o la estreptomicina en igual dosis.

La zeolita se usa al 20 % en el pienso lo mismo como preventivo que como terapéutico como astringente.

La Sulfametacina, Sulfaguanidina, sulfatiazol sódico, en algunos brotes han dado buenos resultados.

Actualmente la furazolidona (NF – 180) y la oxitetraciclina no deben usarse, pues se ha comprobado su ineficiencia para estos casos, ya que las bacterias han hecho antioresistencia al menos en nuestro país.

Todas las medidas zoohigiénicas encaminadas a eliminar o disminuir la contaminación están recomendadas, tales como eliminación de líquidos residuales, buena disposición de cadáveres, desinfecciones y desratizaciones periódicas.


Fuentes