Combate de Jobal (30 de julio de 1958)

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Combate de Jobal
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Fecha:30 de julio de 1958. Intento de captura y destrucción de la tropa enemiga que escapa de Arroyón.
Descripción:
Combate dirigido por el comandante René Ramos Latour (Comandante Daniel).


El combate de Jobal se libró el 30 de julio de 1958 entre el Ejército Rebelde y el ejército batistano. En el combate perdió la vida el comandante René Ramos Latour (Comandante Daniel). No obstante, se alcanzó el propósito estratégico de la operación, que era desalojar a la tropa enemiga de su posición y liberar ese vasto sector de la premontaña.

Comienzos

La vanguardia enemiga fue sorprendida por los disparos de los fusiles rebeldes y de la ametralladora 30 -manejada por Orlando Avilés- que desde el inicio causaron las primeras bajas enemigas.

Transcurrida una media hora, los rebeldes advirtieron que el volumen de fuego enemigo disminuía, lo que aprovecharon para exhortar a los guardias a la rendición.

El Comandante Daniel ordenó un alto al fuego y con un grupo de combatientes salvó la distancia que lo separaba del camino. Desde allí pudieron observar que de los 32 hombres que componían la punta de vanguardia, solo uno estaba en pie, aunque con las piernas heridas; los demás se encontraban muertos o heridos graves, entre ellos un teniente.

El Comandante Daniel dispuso que algunos combatientes trasladaran a los heridos hasta la casita junto al camino, y con el resto de los hombres comenzó a avanzar temerariamente hacia el grueso de la tropa enemiga, que no cesaba de disparar. Lograron avanzar unos 100 metros hasta el rancho donde vivía el campesino Manuel Rodríguez Erdoyza.

Daniel decidió emplazar junto al rancho la ametralladora 30 y un fusil automático Browning. La aparente disminución del fuego enemigo fue debido a que el comandante Finalé había ordenado desplegar su batería de obuses a unos 500 metros apenas de las posiciones rebeldes.

La artillería comenzó entonces un fuego directo sobre nuestras líneas. En el aire, la aviación ametralló y bombardeó con insistencia. Esa tarde participaron en la mortífera descarga de bombas, cohetes y balas calibre 50 sobre las posiciones rebeldes, dos bombarderos B-26, dos cazas F-47 y dos cazas a reacción T-33.

Mientras tanto, el Batallón 20 al mando del capitán Caridad Fernández, el asesino de Manzanillo, culpable entre otros crímenes del asesinato de Juan Manuel Márquez a raíz del desembarco del yate Granma, había salido del Cerro en auxilio de la tropa de Arroyón pero poco después caía en la emboscada dispuesta en Cuatro Caminos por las fuerzas de Guillermo y Lalo Sardiñas.

En Jobal

Tras un intenso combate fue contenido el avance de este refuerzo que poco después se retiró.

En Jobal, los rebeldes siguieron combatiendo con energía y lograron detener la retirada de la tropa del Ejército, a pesar de la lluvia de proyectiles de obuses calibre 75 que caía sobre sus posiciones.

Desde el mismo borde delantero de la línea rebelde, protegido malamente por la pared de yaguas del rancho de Manuel Rodríguez, el Comandante Daniel disparó y animó sin cesar a los hombres a su alrededor.

Una parte de sus compañeros estaba compuesta por santiagueros procedentes de las filas clandestinas de esa ciudad, de quienes el Comandante Daniel había sido también el comandante en la lucha del llano, y quienes le profesaban una especial admiración por la forma brillante en que asumió la dirección del Movimiento 26 de Julio y la lucha en Santiago después del asesinato de Frank País, justo un año atrás, el 30 de julio de 1957.

Un obús enemigo impactó directamente sobre el rancho donde estaba ubicado el comandante Daniel. La explosión no lo mató al instante, pero fueron tan graves las heridas y tan fuerte las hemorragias que el heroico jefe guerrillero quedó exánime. El obús hirió también de gravedad a Orlando Avilés. Los dos combatientes fueron retirados por sus compañeros hacia una cañada, entretanto, se corrió la voz, con timbres de angustia, entre las filas rebeldes: «Han matado al comandante, han matado al comandante».

La aparente muerte del Comandante Daniel, su querido jefe, provocó el desconcierto entre los rebeldes. El fuego contra el enemigo mermó. Algunos comenzaron, incluso, a retirarse; otros, entre ellos Pinares, Fernando Vecino y Rigoberto Fernández (conocido como Rigo Montañés), repuestos rápidamente, trataron de reorganizar la resistencia rebelde. Pinares vociferó a pleno pulmón para inyectar nuevos ánimos a los abatidos combatientes.

Los gritos sobre la muerte del líder rebelde fueron escuchados en las líneas enemigas, lo cual indujo al jefe de la tropa a redoblar el esfuerzo por escapar. Esto, más el debilitamiento general de la resistencia, provocó, al cabo, que los guardias lograran flanquear las posiciones rebeldes y consiguieran proseguir su retirada en dirección a Cerro Pelado.

Ante la superioridad del enemigo, lo descubierto de su posición y la situación de desaliento creada entre las filas rebeldes, Pinares ordenó la retirada.

Después del combate contra el refuerzo, Lalo Sardiña y Guillermo replegaron sus posiciones hacia la loma de Estrella Bello, y el enemigo pudo completar su ya desorganizada retirada, no sin antes sufrir nuevas bajas.

Resultado

El cuerpo casi sin vida de Daniel fue llevado a la casa de Antonio Estrada, en El Hormiguero, desde donde de inmediato se mandó a buscar un médico rebelde a las Vegas de Jibacoa. Daniel Muere finalmente a las 6:00 de esa misma tarde.

René Ramos Latour fue herido de gravedad y posteriormente muere el mismo día, fue sepultado en la finca del campesino Francisco Estrada, en El Hormiguero, al triunfo de la Revolución sus restos fueron trasladados a Santiago de Cuba por sus familiares el 14 de febrero de 1959.

Consecuencias

No se logró el objetivo de ocupar y destruir la tropa enemiga de Arroyón. No obstante, se alcanzó el propósito estratégico de la operación, que era desalojar a esa tropa de su posición y liberar ese vasto sector de la premontaña.

El enemigo sufrió no menos de 20 muertos y 17 heridos. Otra de sus unidades quedaba diezmada y desmoralizada. La batería de obuses estuvo a punto de caer en manos de los guerrilleros, en el parte de guerra redactado y leído por Radio Rebelde, el 1 de agosto, se comunicaba lo relacionado al Combate de Jobal y la muerte de Daniel y René Ramos Latour

Fuentes