Diplodia natalensis

Diplodia natalensis
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Agente transmisor:Diplodia natalensis Pole EvANS maydis
Región más común:condiciones eco­lógicas desfavorables

Diplodia Natalensis Enfermedad Vegetal La Diplodia Natalensis es una enfermedad vegetal que conduce a enfermedades graves de la corteza de la planta , que van acompañadas de una secreción de goma.

Nombre Científico


Diplodia Natalensis

Síntomas


En dependencia de las condiciones existentes (variedad, tipo y clima) se puede diferenciar entre dos formas de esta enfermedad. En la forma menos grave se desarrolla una capa muerta de la corteza, que sufre temporalmente de gomosis, pero más tarde puede recuperarse. La forma más grave se manifiesta en grandes áreas de corteza dañada con coloración negra y necrosis de la ma­dera que se encuentra debajo. En el caso de árboles débiles o de condiciones eco­lógicas desfavorables, la podredumbre del corazón de la madera puede producir la muerte de la planta.

Causa


Los síntomas de la gomosis Diplodia y un tipo de podredumbre de los frutos son causados por Diplodia natalensis. Aparte de eso, este hongo, al asociarse con varias especies del género Pbomopsis, puede dar lugar a un tipo mucho más grave de gomosis observada en los limoneros de California y Florida.

Medios de Lucha


Medios de lucha.Para proteger los cítricos de la gomosis, los cultivadores dispo­nen de una serie de medidas preventivas como lo es la selección de la variedad y del lugar apropiados para la plantación así como la prevención de cualquier tipo de daño mecánico, especialmente en los árboles jóvenes. Contra varios tipos de patógenos de la gomosis también han tenido éxito injertos sobre bases resistentes. En aquellos lugares donde predomina la podredumbre de la parte inferior del tronco han sido útiles los injertos a la altura de unos 50 cm, en los naranjos agrios o limoneros agrios. AI sembrar las plantaciones cítricas se recomiendan las siguientes medidas; Mojar los plantones junto con la tierra que cubre sus raíces en una disolución del caído bor­delés, no sembrarlos muy profundos y regarlos con el caldo bordelés antes de que se fijen sus raíces. La siembra debe efectuarse de tal manera que el agua de lluvia no se deposite en la unión del patrón e injerto ni en la región del cuello. Para el tratamiento directo de los árboles mayores se recomienda la pulveriza­ción o el espolvoreo de las partes infectadas con fungicidas (preparados de cobre, zineb, maneb) que, en el caso de que fuera necesario, contienen cal. El tratamiento con polvo tiene que repetirse más a menudo que la pulverización (al menos cada 4 meses). Las partes afectadas de los árboles gravemente infectados deben recor­tarse hasta que quede únicamente el tejido sano. La herida resultante de este pro­cedimiento se desinfecta con una solución de permanganato potásico (2 cuchara-ditas por litro de agua) y más tarde, cuando la cicatrización ha empezado, debe protegerse la herida con cera para árboles o una pasta bordelesa, albayalde o una emulsión de asfalto. .

Fuente


Fröhlich G. y Rodewald W.: Enfermedades y Plagas de las plantas tropicales Descripción y Lucha. Editorial Leipzig. German Democratic Republic. 1970.