El árbol bello (cuento)
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El árbol bello. El abuelo de Antonio compro un pequeño árbol con su nieto en el mercado, el niño no estuvo de acuerdo con la compra ya que la planta le parecía fea con sus hojas casi marchitas.
Sumario
Datos del autor
Silvia García Ruiz escritora española que nació en 1984 y empezó a escribir desde su infancia. Vive en Málaga con su pareja, quien le anima a seguir escribiendo, compaginando la escritura con su trabajo habitual. Pasear por la orilla del mar le inspira a crear nuevos personajes y tramas para sus novelas. Sus historias de amor son refrescantes y amenas, situadas cada una de ellas en diferentes lugares y tiempos históricos.
Obtuvo el Primer Premio Zafiro de la Novela Romántica en 2012 con su obra Jugar con fuego. Desde entonces ha seguido publicando otras novelas románticas como Mi perfecto sapo azul, Hasta que el amor nos separe o Mi príncipe canalla.
Valores
Paciencia, no juzgar por las apariencias
Cuento
Antonio fue con su abuelo a hacer la compra al mercado de la ciudad. En los puestos del gran mercado había multitud de cosas: verdura, carne, peces, naranjas, balones, cubos de playa y también árboles. En ese tenderete fue donde se paró el abuelo Nicanor. El abuelo tocaba con sus manos las hojas de un viejo árbol al que miraba embelesado:
- ¡Abuelo! Vamos a ver los coches de aquel puesto del fondo. - No, Antonio. Espera un momento, quiero comprar una planta para nuestro jardín y estoy a punto de elegir este árbol. - ¡Este no abuelo! Es muy feo y tiene un color raro.
El abuelo le contestó sonriente: - ¡Ay pequeño Antonio! Si esperas un tiempo este árbol será muy hermoso. Solo necesita paciencia y cariño.
Antonio levantó los hombros en un gesto de no saber de qué le hablaba su abuelo mientras éste pagó el árbol y entre los dos lo llevaron a casa.
Desde ese día el abuelo regaba el pequeño arbolito todas las mañanas con gran cariño, quitándole las hojas secas y vigilando que los perros no escarbaran en la tierra. El niño daba un paseo por el jardín y miraba al resto de los árboles que le parecían mucho más grandes y bonitos que ese.
Al cabo de varias semanas el árbol empezó a perder sus hojas oscuras y se fue cubriendo de verdes hojas nuevas. Pasado más de un mes Antonio salió al jardín como de costumbre a jugar a fútbol. Le dio una patada tan fuerte al balón que este salió volando por los aires hasta quedar a los pies de un frondoso árbol de tronco duro y marrón, preciosas florecillas rosas y enormes hojas verdes.
El niño no pudo evitar sonreír y empezar a gritar: - ¡Abuelo! ¡Sal abuelo! ¡Ven a ver esto! - ¿Qué quieres Toño? – Nicanor se acercó a su nieto con paso lento-. - Mira qué bonito. - Sí que lo es, sí. - ¡Qué bien huelen sus flores! Voy a cortar una para el jarrón de la abuela. - ¿Ves Antonio? No debemos juzgar las cosas por su apariencia…Tienes que aprender que la belleza de las cosas, al igual que la de las personas, está en su interior.
Fuentes
http://www.cuentoscortos.com/cuentos-originales/el-arbol-bello


