El cura cazador de Gerea (cuento)
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El cura cazador de Gerea. Cuento para niños de todas les edades, una cocinera debía preparar la cena para el cura de la parroquia, pero probó tanto de la cena tan apetitosa que termino por comerla toda.
Sumario
Personajes
Un cura, predicador y servienta
Valores
Ingenio
Cuento
Había una vez en el pueblo de Gerea, en Vizcaya, un cura al que le gustaba mucho la caza y que era además un buen cazador.
Con motivo de las fiestas del pueblo esperaba la visita del predicador y por eso salió a cazar algo para la cena. Volvió con dos perdices hermosas que le dio a la sirvienta:
- Prepara estas dos perdices que hoy viene a cenar el predicador.
Mientras los dos curas estaban en la iglesia la sirvienta empezó a preparar la cena. Olía tan bien el guiso que no pudo evitar probarlas. Cogió un pedazo, y otro y otro y otro más… y a lo que quiso darse cuenta no había dejado nada.
- ¡Pero si no queda nada y el cura y el predicador están a punto de llegar! ¡Madre mía qué voy a hacer yo ahora!
Mientras tanto el predicador, que ya había terminado el sermón en la iglesia, decidió adelantarse al cura que todavía seguía con la misa y fue yendo hacia su casa.
Tenía tanta hambre el predicador que entró directo a la cocina dispuesto a comer algo. Pero en cuanto entró lo primero que vio fue un cuchillo largo y afilado que había encima de la mesa. Le entró la curiosidad sobre para qué usarían el cuchillo y entonces apareció por allí la sirvienta.
- ¿Para qué usáis ese cuchillo tan largo y oxidado?
Y en ese momento la sirvienta tuvo una brillante idea…
- No se lo puedo decir predicador…. si se entera el cura…. - ¿El cura? ¿Para qué quiere el cura un cuchillo como este? - Pues... ¡Para cortarle las dos orejas! - ¡Dios mío!
El predicador salió corriendo a la calle tapándose las orejas como un loco.
Llegó al rato el cura y al no ver al predicador por ningún lado, preguntó a la sirvienta.
- ¿Aún no ha venido el predicador? - ¡Ay señor cura! ha venido y se ha llevado corriendo la cena no ha dejado ni una sola perdiz - ¿Cómo? - dijo el cura atónito
El cura salió rápidamente a la calle y pudo verlo a lo lejos monte arriba corriendo
- ¡No te lleves las dos hombre! ¡Devuélveme aunque sea una! - le gritó el cura - ¡Ni una ni dos!
Contestó el predicador mientras se sujetaba las orejas con las manos.
Fuentes
http://www.cuentoscortos.com/cuentos-populares/el-cura-cazador-de-gerea-geriko-abade-kazaixe
