El halcón y la flecha (Película)

El halcón y la flecha
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Aventuras de capa y espada | Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
88  min
Otro(s) nombre(s)The Flame and the Arrow
Estreno1950
GuiónWaldo Salt
DirectorJacques Tourneur
Dirección de FotografíaErnest Haller
PaisBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos

El halcón y la flecha (Filme). es un logrado ejemplo de lo que tiene que ser una buena película de aventuras ubicadas en la época medieval: confrontación clásica entre el bien y el mal, el tipo heroico pero humano en lucha con un poderoso malvado poseedor de extensas tierras pobladas con descontentos vasallos.

Sinopsis

Un hombre llamado Dardo (Burt Lancaster), vive en las montañas, y es enemigo desde siempre del Duque Urbis, conocido como el Halcón, porque le ha robado a su mujer y ha secuestrado a su hijo. Este noble, en nombre del emperador, tiene totalmente dominados a los habitantes de los pueblos de la Lombardía. Un día, y para llevar a cabo su particular venganza, Dardo secuestra a Anna (Virginia Mayo), sobrina del Duque, y le propone cambiarla por su hijo.

Reparto

Premio

  • 1950: 2 nominaciones al Oscar: Mejor fotografía (Color), banda sonora (drama o comedia)

Críticas

Espíritu libre

El halcón y la flecha es uno de los paradigmas del cine de aventuras y uno de los títulos que encumbró al gran Burt Lancaster, permitiéndole llevar a la gran pantalla sus extraordinarias dotes para el mundo del circo.

Hay películas que adoro que a bastante gente no le gustan, directores que me entusiasman y comprendo que hay a quienes aburren, filmes que me apasionan y que soy consciente de que pueden no llegar a gustar. Pero con esta no: no conozco a nadie (ni creo que exista) a quien no le guste El halcón y la flecha. Más o menos, pero gusta. Y si redujeramos el cine a entretenimiento, a diversión, a quien aburra esta película (y no exagero) que vaya al psicólogo.

Filme de corte clásico y aroma a sábados tarde en la uno (de rtv, por supuesto), está caracterizado por un ritmo frénetico y altas dosis de humor, además de notarse la fiable mano del maestro Tourneur. Cuenta la revuelta contra el invasor protagonizada por Dardo y sus inseparables (especialmente Piccolo) en la Lombardía del siglo XII.

A destacar, evidentemente, la creación que lleva a cabo Lancaster de Dardo, una mezcla de Robin Hood y Guillermo Tell: mujeriego, atlético, algo soberbio, emanando una pulsión sexual que hasta a mí me vuelve loco.

A su lado, su compañero de acrobacias, Nick Cravat y una brutalmente atractiva Virginia Mayo (que al año repetiría género en El hidalgo de los mares, que tampoco puede no gustar. Bueno, la película y la Mayo).

El film será recordado, especialmente, por los números circenses protagonizados (sin dobles) por los dos actores y con los cuáles se habían ganado la vida, y por abrir una nueva vía en la futura carrera de Lancaster. Actor éste al que conviene reivindicar como uno de los más grandes.

Memorable film de aventuras medievales

Film realizado por Jacques Tourneur. El guión, de Waldo Salt, sitúa la acción en un marco de hechos reales. Se rueda en exteriores de Corriganville y Ray Corrigan Ranch (Simi Valley, CA) y en los platós de Warner Studios. Es nominado a 2 Oscar (música y fotografía). Producido por Harold Hecht y Frank Ross, se estrena el 9-VII-1950 (EEUU).

La acción tiene lugar en la Lombardía (Italia), entre 1155 y 1190. El arquero Dardo Bartoli, "La flecha" (Lancaster), vive ajeno a los movimientos de resistencia contra la ocupación germánica, hasta que el malvado conde Urbis (Allenby) secuestra a su esposa y a su hijo Rudi.

El film es una celebrada obra de aventuras y acción, que incorpora elementos de drama, romance y comedia de humor. El guión parece cortado sobre el patrón de "Robín de los bosques" (M. Curtiz, 1938). La acción se desarrolla a un ritmo intenso, casi frenético, en torno a un personaje generoso, luchador y carismático, admirado por su habilidad como arquero. Es el ídolo de los niños y el líder del pueblo llano. El relato singulariza a varios personajes característicos: el anciano comprometido (Papa Pietro), el joven trovador (Apollo), el amigo fiel (el sordomudo Piccolo), el lider intelectual (farmacéutico Mazzoni), el ambicioso sin escrúpulos (marqués Alessandro de Granazia), el poderoso cruel (conde Urbis, "El halcón"), la madre sacrificada (Nonna Bartoli), el hijo travieso y listo (Rudi), etc.

La historia es sencilla, se explica con trazos rotundos y con admirable concisión. Los diálogos son claros y breves. Los hechos se relatan con elegancia y suavidad, marcas propias del sello de Tourneur. El relato es colorista y alegre, traspira un acertado tono épico y exótico y está salpicado de humor. Reúne las características propias de un cuento: enfrenta el bien y el mal, el protagonista se comporta como un héroe sin dejar de ser humano, su oponente femenina es una mujer joven y guapa que ha de superar dificultades, el mal se manifiesta a través de personajes poderosos y malvados que simbolizan la crueldad y la ambición, el pueblo llano encarna el bien y lucha por ideales colectivos positivos e integradores (libertad, justicia...). Lancaster y su antiguo compañero de números circenses (Nick Cravat) ofrecen varias acrobacias sin dobles, que resultan brillantes y emotivas. Es memorable la escena de la batalla en el castillo. La acción se sitúa en tiempos de Federico I, "Barbarroja", rey de Alemania (1152-1190), que en 1155 invadió Italia y en Roma se hizo coronar emperador por el Papa Adriano VI. Sus tropas destruyeron Milán en 1162.

La música, de Max Steiner, consta de 18 cortes, descriptivos y de acompañamiento. Sobresalen "Main Tittle", "Love Scene" y "Batle In The Castle". La fotografía, de Ernest Haller ("Rebelde sin causa", N. Ray, 1955), ofrece un diligente trabajo de cámara, más atento a la eficacia narrativa que a la espectacularidad. Incluye algunas escenas vertiginosas. Sombrea las imágenes con rojos y marrones intensos.

Los malos no son malos, son tontos

Me cuesta darle la razón a la mayoría porque a veces, sólo a veces y aquí se da tristemente el caso, es difícil tomar distancia y pasar por alto todo lo necesario para poder "ver bien" una película como "El halcón y la flecha". De momento soy el único que escribe en esta dirección, la negativa, y mis razones vienen de la mano de una imposibilidad de creerme nada de lo que he visto y pasar a divertirme porque sí con los números de circo de Lancaster y su compañía. Puede que el día de hoy haya sido el peor para ver esta película, puede que más adelante rectifique, pero hoy sencillamente, no me he podido dejar llevar. Los malos no dan miedo porque no parecen malos, cuando mueren o caen al suelo parecen fichas de dominó, uno detrás de otro, tan absolutamente alejado de la realidad que no he podido pasarlo bien, no, así nunca.

¿Ni Lancaster ni las acrobacias del personaje mudo precisaron de dobles? Puede que sea de un mérito personal incuestionable pero al fin y al cabo, ¿qué más da que sean ellos o no? ¿Eso hace mejor la película? No lo creo. El argumento es débil, sobra tanta sonrisa perfecta y los aplausos y las reverencias que merecen podrán venir de nostálgicos o directamente del público infantil. De mí, desde luego, no.

Burt Lancaster... simplemente genial

Excelente película de aventuras muy en la línea de la mitica Robin Hood, donde una vez más, el polivalente Burt Lancaster vuelve a personificar el papel que tantas alegrías y aplausos arrancó entre el gran público, el de pícaro y justo héroe que defiende los derechos de los más desfavorecidos.

Memorables secuencias de acción realizadas por el intérprete, y su fiel amigo Nick Cravat, humor blanco, casi infantil, y la presencia de la bella Virginia Mayo, (en uno de sus papeles más recordados), son los alicientes que ofrece esta gran e injustamente olvidada obra.

Simplemente espectacular.

Fuentes