El hombre de la multitud

El hombre de la multitud
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Título originalThe Man of the Crowd
Autor(a)(es)(as)Edgar Allan Poe
GéneroRelato corto
Primera edición1840
PaísEstados Unidos


El hombre de la multitud, (The Man of the Crowd, el nombre original en inglés) su autor el escritor norteamericano Edgar Allan Poe (1809-1849), es un relato corto publicado por primera vez 1840. El cuento fue publicado simultáneamente en los números de diciembre de las revistas Atkinson's Casket y Burton's Gentleman's Magazine. Este número fue el último para el Burton´s. Más tarde sería incluido en la colección de la editorial Wily & Putnam's titulada Tales by Edgar A. Poe.

Valioso testimonio acerca del espíritu que animaba la vida en Londres , a lo largo de sus páginas, Poe describe con efectiva intensidad los movimientos y contradicciones que sellaron el nacimiento de la moderna ciudad, constituye, un aporte indudable al conocimiento de la ciudad y la vida urbana en aquella época.

En el cuento un narrador sin nombre persigue por simple curiosidad a otro hombre, durante dos días seguidos, a través de un populoso Londres; al principio el narrador se encuentra en un café de Londres observando y analizando a la gente que pasa. Comienza a contar la historia después de haber pasado una enfermedad. Quizá esto sea lo que provoca que el narrador del relato sea tan susceptible a los detalles y le permita definir a una persona solamente por sus características físicas.

Sinopsis

El relato se inicia con la siguiente cita del moralista francés Jean de la Bruyère: “Ce grand malheur, de ne pouvoir être seul” , tomada de su obra Caractères. Dicha cita puede traducirse: “Qué gran desgracia la de no poder estar solo.” La misma cita puede encontrarse en el primer cuento de Poe, Metzengerstein.

Tras superar una enfermedad no definida, el narrador pasa el tiempo en un café londinense. Fascinado por la multitud que observa pasar a través de la ventana, imagina y deduce por detalles como sus ropas, sus rasgos faciales o sus maneras y actos: su oficio y al grupo al que pertenecen dentro de la sociedad así como el lugar donde viven e incluso se atreve a imaginar y deducir temas más sombríos de sus vidas; considera los distintos tipos y personajes (nobles, amanuenses, comerciantes, abogados...) y se siente bien observando e imaginando las vidas de esas personas que pasean por esa calle en ese momento; razonando que están en absoluto aislamiento, a pesar de vivir apiñados en la gran ciudad. Al caer la tarde, el narrador se fija en un anciano decrépito de unos sesenta y cinco o setenta años, de escasa estatura, flaco y aparentemente muy débil. Vestía ropas tan sucias como harapienta. El narrador, lleno de curiosidad, decide dejar el café y seguir a este hombre. Éste conduce al narrador por tiendas y comercios, sin comprar nunca nada, hasta acabar en una zona muy pobre de la ciudad, para regresar otra vez al corazón de la misma. La persecución se prolonga a lo largo de toda la noche y todo el día siguiente. Finalmente, exhausto, el narrador se enfrenta cara a cara al extraño anciano, quien, sin darse cuenta de haber sido seguido, pasa de largo. El narrador sospecha, al verlo perderse de nuevo entre la multitud, que debe de ser un terrible criminal, llamándolo “el hombre de la multitud”.


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