El secuestro del coronel Pina

Secuestro del Coronel Pina
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Fecha:Principios de marzo de 1926
Lugar:Jagueyal, Venezuela


El secuestro del coronel Pina, hecho histórico ocurrido en Cuba en 1926.

Las ideas anarquistas y reformistas.

En 1929 aún persistían las ideas anarquistas y reformistas en el seno del movimiento obrero local, aunque en el sector azucarero ya echaba sus raíces el trabajo gremial que había sembrado Enrique Varona.

El gremio de Júcaro continuaba permeado por la estrechez ideológica de sus principales dirigentes. Los azucareros habían sido reprimidos violentamente y era casi imposible la organización sindical. Ello explica el porqué de la relativa calma del movimiento obrero azucarero hasta la década del 30.

No menos interesante resulta la curiosa contradicción que a partir de 1929 comienza a originarse entre la compañía azucarera yanqui y los intereses ferroviarios que acaparan la atención de los obreros y otros sectores como colonos, comerciantes, pequeña burguesía y políticos ante la fachada nacionalista que pretendía mostrar el ferrocarril con la aplicación de la Ley Tarafa, al intentar monopolizar el tiro de azúcar hacia los puertos.

El fenómeno inter-monopolios creó una gran división obrera entre ferroviarios, portuarios y azucareros, que lucharon cada uno por su cuenta en defensa de sus intereses.

El litigio en cuestión se basó en que la compañía azucarera Cuban Cane pretendía la autorización para efectuar los embarques de azúcar y miel de los centrales Violeta, Morón y Velazco por el subpuerto de Palo Alto a lo que se oponía tercamente la Empresa Ferroviaria, la que se aferraba a la Ley Tarafa. Para los ferrocarriles el negocio no sólo era llevar el azúcar y las mieles de los ingenios citados para Nuevitas, sino también los de Stewart, Jagüeyal y Algodones que lo hacían por Palo Alto.

Los Ferrocarriles Consolidados acusan a la compañía azucarera de violar la Ley Tarafa y presionan para que sea eliminado Palo Alto. Esto significaba una pérdida cercana al medio millón de dólares por el sólo concepto de pagos de flete para los intereses azucareros. Esta fue la razón que provocó en toda la región de La Trocha un enorme movimiento de protesta contra los ferrocarriles y a favor de la Cuban Cane.

Exportar por Júcaro y Palo Alto beneficiaba a todo el municipio, pues daba vida económica a la región. La industria azucarera representaba para el ayuntamiento avileño más de la mitad de sus presupuestos en ingresos. Cerrar estos puntos significaría el cierre de 287 establecimientos comerciales y la merma para el gobierno local de más de 39 000 pesos. De ahí el enorme revuelo causado por las disputas.

Los centrales del norte de la actual provincia (Morón, Violeta y Velazco) tenían que necesariamente cruzar por el crucero de Quesada para poder llegar a Palo Alto. Los Consolidados no permiten entonces el cruce por sus vías en este punto, quedando interrumpido el camino de hierro.

La Cuban Cane prepara almacenes adicionales para azúcar y mieles, almacena su producción y presenta recursos de apelación al Tribunal Supremo de Justicia. En medio de aquella situación y producto de la crisis capitalista mundial las agencias internacionales de prensa anunciaban que la Cuban Cane Co. hacía una nueva corporación en junta de accionistas a fin de solucionar los problemas financieros que la afectaban. Una nueva corporación tomó los activos y pasivos, surgiendo entonces la Eastern Sugar INC., que mantiene como administrador del central Stewart a Gumersindo Camacho y de Armas. El cambio era una consecuencia del crack bancario en los EE.UU. El litigio aumentó. Los ferrocarriles hacen desaparecer caminos públicos y presionan para hacer desaparecer de Júcaro los llamados “almacenes flotantes”.

La desaparición del Central Jagueyal

El 10 de octubre de 1929 se celebró en el central Stewart una gran asamblea. Se dan cita trabajadores de Palo Alto, Júcaro, Jagüeyal y los del propio batey con el motivo de exigir que se continuara embarcando por el litoral sur. (4)

En nombre de los jucareños habló Eurístides Nerey, abogando porque se hiciera cuanto fuese necesario para conseguir que se cumpliera estrictamente la última disposición del Secretario de Hacienda. También usó de la palabra, entre otros, el director del periódico avileño El Pueblo. Se pasaron telegramas al Presidente de la República. Los ferroviarios levantan entonces el crucero de Quesada y el de Domínguez (Pitajones). Los azucareros no se quedan con los brazos cruzados y entonces construyen en Quesada un elevado con su respectiva vía férrea. El 7 de diciembre, amparados por la legislación los Consolidados destruyen el mencionado terraplén aéreo. Queda interrumpida totalmente la comunicación. Como el Jagüeyal tenía la mayoría de sus cañas sembradas para la parte norte, ello impide la realización de la zafra en l930.

Un escalofriante telegrama se recibía por esos días en el batey, donde se ordenaba al administrador liquidar a todos los obreros y empleados. Se paralizaba para siempre el Jagüeyal, trayendo enorme miseria y hambre para toda la zona y región. Pero no sólo era el litigio lo que había provocado tan drástica medida. Eran también las consecuencias de la gran crisis del mundo capitalista que atacaba con total crudeza la economía de un país semicolonizado.

Por la política de la restricción de las zafras la compañía podía en un sólo central fabricar el azúcar que se le señalaba por la ley. Y eso fue lo que hicieron en función de abaratar los costos de producción. El Stewart comenzó entonces a monopolizar la producción azucarera local.

De la anterior lucha entre los dos pulpos se pueden sacar varias conclusiones:

  • La Ley Tarafa fue un ataque a fondo contra los privilegios que disfrutaban las empresas azucareras yanquis con la utilización de los subpuertos y embarcaderos particulares, a cuya apertura fueron autorizadas, muchas de ellas en los momentos de la aceleración de las inversiones norteamericanas, por los gobiernos corrompidos de turno.
  • Los ferrocarriles no perseguían otra cosa que monopolizar el tiro de azúcar y miel de los centrales con el único propósito de obtener más ganancias, encubriéndose en un aparente nacionalismo.
  • El dinero de los Ferrocarriles Consolidados no sólo llegó a los bolsillos de los legisladores sino de muchos que se convirtieron en agentes propagandísticos de la ley como fue el caso, desde las filas de los trabajadores de Juan Arévalo, el “Mujal” de su época.
  • Los grandes intereses azucareros convirtieron a los trabajadores y otros sectores en un bastión para la defensa de sus ganancias.
  • Sembró una nefasta semilla de desunión entre las filas obreras.
  • Acaparó la atención de los obreros azucareros, mellando el filo de la lucha y contribuyendo a una relativa calma de los movimientos de protestas y huelgas frente a la oprobiosa explotación capitalista.

Al retomar las actividades más significativas que desarrolló el gremio José Martí, de Júcaro se pueden resumir en:

  • Desarrollo de una gran campaña con la finalidad de defender la jurisdicción marítima que correspondía por la ley al puerto, es decir, que todo subpuerto o embarcadero privado que se creara en sus límites, serían monopolizados por ese gremio, que dispondría los trabajos y la fuerza laboral necesaria.
  • Participación en reuniones nacionales con los grandes consorcios norteamericanos en pugna, para sostener una conciliación.
  • Estrecha relación con Juan Arévalo (elemento divisionista del movimiento cubano) y apoyo a la celebración del Congreso Marítimo Nacional de 1930 y presencia en el mismo.
  • Ejecución de un paro laboral de 10 minutos solicitado por la Universidad Popular José Martí el 10 de enero para recordar el 1er aniversario del asesinato de Julio Antonio Mella.
  • Creación y funcionamiento de la llamada Comisión de Inteligencia del puerto (Esta comisión amordazaba al movimiento obrero castrando sus luchas y aspiraciones).

El Secuestro

Grandes conflictos y problemas aquejaron a la sociedad local en estos años, los que se agudizaron como consecuencia de la crisis general del capitalismo y la represión machadista. Dentro de ellos estuvo el secuestro a principios de marzo de 1926 por parte de trabajadores isleños, del rico colono del central Stewart Enrique Pina Jiménez, que dio origen a uno de los crímenes más monstruosos del machadito: la Matanza de los Isleños en Ciego de Ávila, donde más de 44 personas fueron masacradas impunemente por la Guardia Rural.

La actuación de este terrateniente, quien fuera el primer presidente de la Asociación de Colonos el Central Stewart en l924, favoreció a los grandes intereses de la burguesía en la localidad, se convirtió en una de las figuras principales del liberalismo politiquero y apoyó incondicionalmente la horrible inmigración antillana, nueva trata esclavista en pleno siglo XX.

Secundino Rosales, honesto y humilde trabajador agrícola, e inmigrante canario, fue el eje principal del secuestro más espectacular que se dio en Cuba durante esos años. El mismo, después de capturado fue cobardemente asesinado en el cuartel de la Guardia Rural en la ciudad de Ciego de Ávila, en l926.

La masacre que se desató bajo la orden personal de Machado de: “maten isleños en Ciego de Ávila hasta que se les canse el brazo”, sembró el terror en los bateyes y colonias cañeras y coadyuvó a neutralizar los movimientos organizativos de los azucareros.

Fuentes

  • Archivo histórico del central Stewart y del autor. Datos estadísticos y compañías propietarias del central Stewart.
  • Periódico El Pueblo. Diversas ediciones correspondientes a los años 1934 y 1925. En Biblioteca Provincial Roberto Rivas Fraga. Ciego de Ávila. Edición del ll de octubre de 1929, pág. 1.
  • Periódico citado. Edición 15 de diciembre de 1927. Sección Crónica Social.
  • José Ballina P.: Testimonio ofrecido al autor en l985. Fue fundador del poblado del Quince y Medio. En: Archivos del autor.
  • Emilio Contreras C.: Testimonio ofrecido al autor en l980. Trabajador cincuentenario y partícipe en los acontecimientos, en Archivo del autor.
  • Museo Polivalente Municipal Venezuela: Documento original del bono entregado por la Comisión de Resistencia Antifascista por la entrega de dos fusiles Máuser a los patriotas españoles.
  • Libro de Actas del Sindicato Azucarero del central Stewart correspondiente a los años de 1948-1949. En: Archivos del autor.