Evitemos gazapos y gazapitos
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Evitemos gazapos y gazapitos. Libro donde el intelectual cubano José Zacarías Tallet aborda diferentes errores al escribir o al hablar el idioma español en Cuba.
Sinopsis
Una recopilación depurada de los gazapitos y gazapos que durante muchos años han sido publicados en las secciones de igual nombre (la primera en el desaparecido periódico El Mundo, y la segunda en la revista Bohemia), conforman esta obra. En ella aparecen, si no todas, las dudas - simples o complejas - que con más frecuencia se les presentan a los estudiantes y a todos aquellos interesados en un cabal conocimiento de nuestra lengua española.
Datos del autor
José Zacarías Tallet (Matanzas el 18 de octubre de 1893). Poeta y periodista cubano, considerado una de las figuras trascendentes de la poesía contemporánea. Premio Nacional de Literatura (1984). Fundador de la Liga Antimperialista (1925) y del Grupo Minorista. Fue codirector, junto a Rubén Martínez Villena en Venezuela Libre, coeditor de la Revista de Avance, subdirector y editorialista del periódico Ahora (1933-1935), y jefe de la redacción de la revista Baraguá. Además integró la redacción de El Mundo (1926), donde fue sucesivamente traductor de cables, jefe de cables y director del magazine dominical. También trabajó en El Noticiero Mercantil (1935) y El País (1943). Fue redactor de la revista "El Bobo" (1941), dirigida por Eduardo Abela. Colaborador en las revistas Social, Chic y Carteles. Ocupó cargos de dirección en la Asociación de Repórters de La Habana. Tras el triunfo de la revolución trabajó como editorialista en El Mundo y durante muchos años fue en Bohemia el redactor de la sección Gazapos. Fue subdirector y profesor de la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling. Director de esa escuela de forma provisional en 1959.
Criterios sobre la obra
F. Vladimir Pérez Casal, periodista cubano:
Ataques recibió por supuesto, porque llevó “el lenguaje de la calle” al texto poético y “…rompió lanzas de manera creciente y galopante contra aquellas retóricas, y mostró su aprehensión al diario acontecer partiendo de una interacción participativa con su sociedad. No había más que salir a los solares de La Habana y compartir con los bailadores de rumba y guaguancó; bastaba ponerse en contacto con el ambiente de corrupción y desesperanza que se estaba expresando en cualquier lugar”.
Me pregunto entonces ¿es justa la fama? No. Porque no creo que Tallet haya pretendido ser famoso, no la buscó y quizás solo por momentos obtuvo reconocimientos, sin embargo; “…mantuvo su poética joven e ingeniosa, zumbona y aguda hasta los últimos años de su larga vida, quizás porque siempre tuvo el extra de un humor subterráneo, de varios colores, hasta llegar al sarcasmo por la cruel y mordaz ironía” ”