Festival del queso rodante
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Festival del queso rodante. Peculiar cacería de orden lácteo en la que, a diferencia de las cacerías ordinarias, los cazadores acaban más perjudicados que la propia presa, que en este caso se trata de un [[queso] de 6 libras.
Historia
Las primeras referencias escritas de un evento de este tipo fueron a mediados del siglo XIX, aunque no se sabe exactamente cuándo se originó. Se dice que la tradición del queso rodante formaba parte de una serie de actos festivos que hace dos siglos tenían lugar durante la época estival con objeto de conmemorar la llegada del verano, pero que, con el tiempo, se fueron reduciendo a este único evento.
Celebración
Se celebra el último lunes de mayo, actualmente este festival se celebra en varios lugares de Gran Bretaña, los lugares escogidos para la celebración deben ser pueblos pequeños con pronunciadas y resbaladizas colinas.
La cantidad de participante puede variar, pero deben ser preferentemente hombres entre jóvenes y adultos sin llegar a la vejez, debido a que es una prueba muy dura.
En total, se celebran hasta cuatro carreras. Los corredores, valientes y desvergonzados a partes iguales, suelen llevar atuendos llamativos y estrafalarios para tan gran ocasión.
Competencia
La competencia consiste en hacer rodar un queso colina abajo y los competidores deben tratar de alcanzarlo antes de que llegue a la base de la empinada elevación.
Cada uno de los competidores conoce las características de la competencia y sus consecuencias, cuya seguridad no parece poder garantizarse ya que pueden sufrir golpes, torceduras, fracturas y otras que pueden llegar a ser muy peligrosas para la salud.
La pendiente por la que echan a rodar los quesos es tan empinada que éstos llegan a alcanzar velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora, convirtiéndose en auténticos proyectiles capaces de causar daños considerables a cualquier cosa que se encuentre en su camino.
Siempre se utiliza la misma variedad, un doble queso Gloucester de aproximadamente 3 kilos de peso.
Premio
Se realizan varias carreras en cada edición, correspondientes a categorías distintas: cuatro o cinco cuesta abajo en persecución del queso, quien primero alcance la meta, se llevará a casa el enorme queso.
Apresarlo en movimiento es físicamente imposible, teniendo en cuenta que se suelta con un segundo de ventaja y la velocidad que alcanza; lo único que pueden hacer los osados corredores es lanzarse colina abajo con el mismo ímpetu y someterse a la ley de la gravedad y los caprichos de la colina. Entre el desnivel, el barro y la hierba, mantenerse en pie es pura casualidad, por lo que la mayoría de participantes acaban dando con sus huesos en el suelo y rodando descontrolados por la falda de la colina. Al pie de la misma se sitúan los llamados catchers, unos hombres más bien fornidos cuyo cometido es agarrar y detener a los despendolados que lleguen a la meta con excesiva inercia.
Tampoco faltan nunca a la cita el personal sanitario y las ambulancias, que han de atender a un gran número de contusionados y heridos, algunos de estos accidentados logran cruzar la línea de llegada antes que nadie, pero lo hacen tan magullados y en un estado tan catastrófico que levantar el pesado queso les resulta tarea imposible, todos los participantes consideran que algunos arañazos y moratones son, en el mejor de los casos, un precio razonable por alzarse con la pieza y el reconocimiento de los espectadores.
