Francisco Tostado de la Peña
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Francisco Tostado de la Peña. España, s. m. s. xv – Santo Domingo (República Dominicana), 1528. Hacendado y escribano.
Síntesis biográfica
Llegó a Santo Domingo con la flota del comendador Nicolás de Ovando en 1502. Fue de los primeros en construir casa de piedra en la ciudad de Santo Domingo, la cual tiene una ventana en estilo Gótico Tardío que es única en América. En esta casa se hospedó Lucas Vásquez de Ayllón en su segunda llegada a la isla.
Se casó con Catalina Velázquez de Ladrada con quien procreó seis hembras y dos varones; uno de los varones, Cristóbal de Tostado, que nació en Santo Domingo hacia 1514, teniendo en 1528, catorce años, heredó el título de escribano de su padre, entonces por real cédula presentada al Cabildo de Santo Domingo en 1528 se le autorizó a ejercer; su hermana Luisa de Tostado casó con el contador Álvaro Caballero. Tostado de la Peña tuvo también un hijo con una india y lo legitimó alegando que ambos eran solteros cuando lo procrearon.
Fue propietario de un ingenio de caña de azúcar a orillas del río Nigua. El 4 de mayo de 1513 se asocia comercialmente a Diego Caballero, Hernando Caballero, Gonzalo de Velosa, Gonzalo de Guzmán y Cristóbal de Santa Clara para arrebatar a Juan Fernández de las Varas el almojarifazgo de la Isla Española.
Fue el escribano que instrumentó el acta cuando el juez de residencia Pedro Ibáñez de Ibarra recogió las varas de los jueces e inició la residencia de los oficiales designados por el virrey Diego Colón, firmaba sus actas sólo como Francisco Tostado.
Estuvo en Concepción de La Vega Real cuando el repartimiento de Alburquerque y Pasamonte en 1514, según consta en la probanza de Gaspar de Astudillo del 3 al 10 de febrero de 1515.
El Rey, el 13 de febrero de 1515, se dirigió al escribano Tostado desde Madrigal autorizando por Real Cédula la entrega de los bienes que custodiaba y que eran propiedad de los sucesores del juez de residencia Ibáñez de Ibarra.
Tostado fue firmante de la Relación de algunos vecinos de La Española denunciando los males que sufre la isla y pidiendo remedios para evitar su ruina, dirigida a los padres jerónimos a finales de 1517.
Véase también
Fuentes
1. [1]
