Fábrica de tabaco La Corona

Fábrica de tabacos La Corona
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Cuba
Fundación:1845
Propietario/a:José Cabargas
País:Cuba
Dirección:calle Cuba número 129, en La Habana intramuros Bandera de Cuba Cuba

Fábrica de tabaco La Corona. Célebre marca de tabacos cubano.

Historia

En el año 1845 José Cabargas, dueño de un pequeño taller de tabaquería situado en la calle Cuba número 129, en La Habana intramuros, crea la que fue célebre marca “La Corona”. En 1882 la marca fue adquirida por Manuel López, propietario de “La Vencedora” ubicada en la calle Monte, que después se trasladó a Figuras número 28.

Tres años más tarde López entra en sociedad con Segundo Álvarez, destacado asturiano, por su vasta experiencia de más de 30 años en la industria del torcido. 1885 Álvarez queda como único propietario de “La Corona” y se une al igualmente asturiano Perfecto López y constituyen la significativa firma “Álvarez, López y Compañía”y en 1889 se trasladan al fastuoso edifico conocido como Palacio de Aldama situado en la calle Reina y Amistad, actual sede del Instituto de Historia de Cuba.

Ese mismo año la prospera compañía “Henry Clay and Bock Company Limited” emporio y simiente de la futura primera empresa monopólica adquiere parte de las acciones de “La Corona”. Desde ese momento hasta 1898 la dirección de la fábrica es compartida por Segundo Álvarez con el empresario alemán Gustav Bock . Al final Segundo tiene que claudicar y vender sus acciones a la compañía inglesa “Havana Cigar and Tobacco Factories Limited’’, propietaria a su vez de la ‘‘Henry Clay and Bock Company Limited’’. Más tarde pasa al fuerte consorcio norteamericano ATC o sea la monopólica “American Tobacco Company ‘’del multimillonario James Buchanan Duke.

En 1900 introduce en el mercado las marcas “Mi Corona “ y “Dos Coronas”.

Dos años más tarde instala en la capital cubana su subsidiaria “Havana Commercial Company” que sería identificada por el pueblo como el “Trust Americano” que venía con el mismo objetivo de adquirir cuanta fábrica de tabaco fuera posible, como había hecho su dueño en Estados Unidos.

Así el edificio de La Corona se convirtió en “El Palacio de Hierro” por su estructura construida y por contener una gran cantidad de torcedores procedentes de las firmas que adquirió el monopolio norteamericano.

Fuente

Información enviada por el investigador Raúl Martell Álvarez (Julio 2018)