Ganesha (dios hinduista)

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Ganesha
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Religión o MitologíaMitología hinduista
Venerado enIndia

En el hinduismo, Ganesha es un antiguo dios de la India, y uno de los más populares en ese país. Tiene forma de un joven varón obeso con cabeza de elefante.

Ganesha es considerado el amo de la sabiduría.

Es el primogénito del dios Shiva y de la diosa Parvati. Sus tres esposas ―en la machista cultura hinduista está permitida la poligamia: un varón que mantiene a varias mujeres― son Bharati, Riddhi y Siddhi.

El culto a Ganesha está ampliamente difundido fuera de la India en toda Asia y en años recientes ha llegado a países occidentales. A su cohorte de entorno se les denomina ganapatyas (los seguidores de Ganapati).

Nombres

Ganesha también escrito como Ganesa o Ganesh y a veces llamado Ganapati (conductor de las huestes celestiales), es una de las representaciones de dios más conocida. También es llamado Vinayaka (destructor de obstáculos), Vinayagar y Vinayakudu, en otras lenguas de la India actual.

Etimología

El nombre Ganesha es un compuesto sánscrito, una unión de la palabra gaṇa (‘grupo’ o ‘multitud’) con la palabra īśa (‘amo’ o ‘señor’).4

El nombre Ganapati (en letra devanagari: गणपति; en letra AITS: gaṇapati) se compone de la palabra gaṇa (‘grupo’) y la palabra pati (‘señor, soberano, esposo’).5

Típicamente su nombre lleva el prefijo Shri que es un título Hindú de respeto. Shri Ganesha es usualmente representado como alguien de piel color roja, con una gran barriga, cuatro brazos, una cabeza de elefante con un solo colmillo y montando un ratón.

Representación

En su cabeza se ve un halo (que representa su condición divina).

Este dios sonriente siempre aparece acompañado por su montura preferida, un ratón.

Las figuras de Ganesh son representadas usualmente con cuatro brazos para simbolizar su divinidad, aunque existen figuras con 6, 8, 12 y 16 brazos cada una cargando un objeto o símbolo diferente, existiendo un número de hasta 57 objetos o símbolos en las distintas representaciones que existen de Ganesha.

La mayoría de las representaciones del dios tienen cuatro brazos, en cada mano lleva un atributo distinto que puede variar, pero generalmente se trata de:

  • una soga, para conducir a sus devotos (como ganado) hacia el sendero espiritual.
  • un hacha, para cortar las ataduras perecederas de los devotos.
  • un laddu (dulce hecho con harina de garbanzo, mantequilla frita, leche condensada y frutas secas), que es su dulce preferido y que usa para recompensar a sus devotos por sus actividades espirituales.
  • una maza de oro decorada (que representa el autocontrol).
  • una trompa de caracol, cuyo sonido alegra a sus devotos
  • un pedazo de comillo roto como pluma para escribir el Majábharata que le dicta Viasa
  • una mano extendida en el varadá mudrá (‘gesto de bendición’) para impartir gracias a sus devotos.

Origen

Ganesha surgió como una deidad inconfundible y de forma claramente reconocible entre el siglo IV y V n. e. ―hace 1500 años―, durante el Imperio gupta, aunque heredó rasgos de los precursores védicos.

Su popularidad creció rápidamente y en el siglo IX d. C. ya era incluido entre las cinco principales deidades del smartismo (una religión hinduista ortodoxa brahmánica). En este período surgió una religión llamada ganapatia, quienes adoran a Ganapati como la suprema deidad.

Las principales escrituras dedicadas a Ganesha son el Ganapati-atharva-sirsa, el Ganesha-purana y el Mugdala-purana. En su honor se recita la oración «Ganesha-chalisa».

El dios de la buena fortuna

En términos más generales ya que Ganesha elimina todos los obtaculos de nuestro camino material y espiritual, es considerado por todos los hinduistas como el dios de la buena suerte, quien otorga prosperidad y fortuna en todos los ámbitos de la vida. Es por esto que se le invoca antes de iniciar una actividad importante, ya sea mundana o espiritual, para que todo obstáculo sea eliminado y la buena fortuna se alcance fácilmente en todo lo que se realice, claro esta que esto solo sucede si lo que se desea alcanzar es bueno y puro, ya que de otra forma sera Ganesha mismo quien a través de todas las huestes celestiales que existen y que están a su cargo ponga todo tipo de obstáculos e impedimentos para que no se realice o alcance nada que sea para fines egoístas, dañino para nosotros mismos o para los demás o simplemente no auspicioso. De esta misma forma Ganesha nos protege de todo ambiente de negatividad, violencia, envidia u odio si se le invoca con este fin.

Invocación a Ganesha

Para invocar a Ganesha, los hinduistas siguen las reglas básicas de un ritual religioso dedicado a cualquier divinidad. Antes de la invocacion se realizan las siguientes recomendaciones:

Tomar un baño, lavarse la boca y ponerse ropas limpias.

Tener una fotografía o un ídolo o un yantra (dibujo geométrico, como un mandala) de Ganesha en un altar.

Realizar ofrendas de agua, flores, incienso, velas, frutas, dulces, comidas o cualquier cosa que el devoto considere especial o de valor.

Es más propicio invocarlo por las mañanas antes del mediodía y durante el período de la luna creciente (desde la luna nueva hasta la luna llena).

Mantra de Ganesha

Los mantras son palabras o frases normalmente escritas en sánscrito (el antiguo idioma de la India) que fueron escritas por los grandes religiosos indios. Los mantras son conjuros mágicos.

Generalmente, por cábala matemática, los hinduistas pronuncian los mantras un número fijo de veces: 11, 21, 51 o 108 o múltiplos de 108. El rosario hinduista (yapa-mal) tiene 108 cuentas.

Mitología

En la mitología hindú, la cabeza de elefante del dios Ganesha es el resultado de una espantosa tragedia. Hace mucho tiempo, la diosa Parvati, esposa de Shiva, dio a luz a Skanda, su primer hijo. Fue tal su alegría, que de sus senos empezó a manar leche sagrada. Con la mezcla de ese néctar divino y la pasta de sándalo con la que se untaba el cuerpo, la diosa modeló a su segundo hijo, Ganesha, a quien confió la protección de su palacio. Lleno de celo, Ganesha impidió al mismo Shiva que accediera a la morada de su esposa.

Presa de una cólera terrible, Shiva cortó allí mismo la cabeza del joven testarudo. Parvati, desesperada por este acto de barbarie, amenazó con destruir todo el universo. Para apaciguar el rencor de su esposa, Shiva le prometió que cortaría la cabeza de la primera criatura que pasara cerca del palacio y la colocaría en el cuerpo del divino niño. Esa primera criatura fue un elefante que paseaba por el lugar y así es como terminó con una cabeza de elefante encima de un cuerpo de niño.

Con su vientre rechoncho y su aire bonachón, suscita la simpatía popular. Protege el hogar y trae suerte en las empresas comerciales, por lo que se le suele ver en los comercios y encima de la puerta de las casas. Ganesha también es la divinidad de los estudios y de los intelectuales: es el símbolo del conocimiento, y los estudiantes indios lo invocan para aprobar sus exámenes. Asimismo, representa la armonía entre el hombre y el universo en una simbiosis perfecta.

La fuerza del elefante queda así asociada a la habilidad del minúsculo roedor, una alianza inédita destinada a vencer todos los obstáculos de la existencia.

El aniversario del nacimiento de Ganesha se celebra con una gran fiesta anual festejada por todos los hinduistas del mundo. El Dios elefante es muy glotón, razón por la que se le presentan numerosos alimentos

Los elefantes en el budismo

El elefante se considera un animal sagrado y venerado en la India desde la época védica (hacia el siglo VII a. n. e.). En el nacimiento del mundo, Brahma ―que en la religión hinduista se considera el dios que creó el universo― creó a Airavata, antepasado de los elefantes y el primer elefante creado. Sus poderosas piernas serán los cuatro pilares que sustentarán el peso del universo. Más tarde, la montura de Indra, divinidad hindú que preside el rayo y la guerra, estará representada por un elefante. El elefante también tiene un papel fundador en el budismo indio. Sucedió que, quinientos años de la era cristiana, una hermosa noche de verano, la reina Maya, una virgen dotada de gran belleza, recibió la visita de un elefante blanco. El animal penetró en la cámara real llevando delicadamente en la trompa una flor de loto.

Según otras versiones, la reina Maya soñó que el elefante blanco, que procedía de la Montaña de Oro, entraba en su cuerpo. Este animal onírico tenía seis colmillos, que corresponden a las seis dimensiones del espacio indostánico: arriba, abajo, atrás, adelante, izquierda y derecha. Los astrólogos del rey predijeron que Maya daría a luz un niño, que sería emperador de la tierra o redentor del género humano. Aconteció, como se sabe, lo último. Nueve meses después de ese sueño, la casta reina dio a luz a Buda en los apacibles jardines de su palacio.

Desde entonces, en el sureste de Asia se venera al elefante blanco. El color blanco significa humildad y el número seis es sagrado. El elefante blanco es en realidad de un color gris claro y goza de un verdadero culto en Laos, antaño llamada "reino del millón de elefantes", en Myanmar (antigua Birmania) y en Tailandia.

Los budistas de estos países consideran a los elefantes albinos, especies rarísimas que padecen una despigmentación generalizada, reencarnaciones de Buda. Por esta razón se les prodiga todo tipo de honores y tienen derecho a recibir la mayor atención por parte de los hombres. En Myanmar, el elefante blanco recibe los mejores alimentos, servidos en bandejas de oro y plata. Algunas mujeres han tenido el inmenso honor de amamantar a un elefantillo blanco.

Fuentes