Graziela Barroso

Graziela Maciel Barroso
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Graziela Masiel Barroso.jpg
Fecha de nacimiento11 de abril de 1912
Lugar de nacimientoMato Grosso, Bandera de Brasil Brasil
Fecha de fallecimiento5 de mayo de 2003
Lugar de fallecimientoRío de Janeiro, Bandera de Brasil Brasil
Nacionalidadbrasileña
CampoBotánica
Conocido porhaber sido una autoridad sobre la flora brasileña
SociedadesAcademia Brasileira de Ciências
CónyugeLiberato Joaquim Barroso

Graziela Barroso. Botánica conocida como la «primera dama de la botánica» en Brasil, al ser la primera mujer en hacer un curso de grado en esa área en su país. Internacionalmente reconocida, por haber sido una autoridad sobre la flora brasileña, responsable de la catalogación de numerosas especies procedentes de distintas regiones, muchas de las cuales llevan su nombre.

Síntesis biográfica

Graziela Maciel nació el 11 de abril de 1912 en Corumbá, situada en Mato Grosso, la región centro-oeste del país. Como la mayoría de las jóvenes de su época, Graziela fue educada para ser ama de casa; se casó muy pronto, a los 16 años en 1928, con Liberato Joaquim Barroso (1900-1949), un agrónomo funcionario del Ministerio de Agricultura cuya influencia fue decisiva en su trayectoria profesional, en la medida en que él le transmitió un gran entusiasmo por la botánica y le proporcionó los conocimientos básicos de la materia.

Durante los primeros años de vida en común viajaron mucho por todo el país, recolectando abundante material al que analizaban, describían e identificaban, al tiempo que el interés de la joven Graziela crecía maravillada ante la belleza de los especímenes hallados, parte de los cuales eran desconocidos para la ciencia.

A principios de la década de 1940, Liberato Barroso fue transferido por el Ministerio de Agricultura al Jardín Botánico de Río de Janeiro (BGRJ) como director del Departamento de Horticultura. A partir de esas fechas la familia, que tenía dos hijos, fijaría su residencia en esta capital. Unos años después, en 1944, Graziela Maciel Barroso fue contratada por la dirección del Jardín como aprendiz dedicada a clasificar una amplia colección de semillas que su marido había plantado.

Tres años después, en 1945, el jardín convocaba un concurso público con el fin de contratar a un o una naturalista para la institución. En esa época todavía no se había creado la Facultad de Biología, por lo que no se exigía un título universitario ni ninguna especialidad. Graziela Maciel Barroso, decidió presentarse al examen, pese a ser la única mujer en hacerlo.

Haciendo caso omiso de los prejuicios por ser mujer:

«me presenté y lo superé muy bien, salí en segundo lugar y, a partir de 1946 trabajé como naturalista con mi marido en botánica sistemática»

.

En los primeros años de su carrera, Graziela Maciel Barroso se dedicó a investigar las plantas de la familia Compositae, también conocida como Asteraceae (una familia de plantas que comprende las margaritas y plantas con flores semejantes), identificando ocho nuevos géneros y más de ochenta especies de ese importante grupo de vegetales, que representa la familia de angiospermas (plantas con flores) de mayor riqueza y diversidad biológica. Con posterioridad, la científica ampliaría sus estudios sobre sistemática y morfología a otras familias de plantas florales. Hacia finales de la década de 1940, recibió su primer reconocimiento cuando una especie de las compuestas, Senecio barrosianus, fue «bautizada» con su nombre.

Paralelamente, se dedicó al estudio de la lengua alemana, motivada sobre todo por la importancia de este idioma en la botánica brasileña de esa época; aprendizaje que continuó durante toda su vida, como consta en innumerables traducciones hechas para sus colegas y estudiantes, incluidas en el Portal Gpv.br (se trata de una página web que tiene como fin el reunir en un solo lugar los servicios e información sobre todas las áreas del gobierno brasileño).

En 1949, Graziela Maciel Barroso tuvo la satisfacción de describir por primera vez un género nuevo. No obstante, su vida sufrió un duro golpe porque en ese mismo año murió su marido, quedándose viuda con solo 37 años de edad. Gracias a su gran entereza, supo superar la situación y continuar con su activo ritmo de producción científica. A partir de entonces empezó a destacar como experta en taxonomía vegetal, incluso sin haber adquirido aún formación universitaria, hecho que ocurriría más tarde.

En 1958, con 47 años, decidió matricularse en la Universidad del Estado de Guanabara (hoy Universidade Estatal do Rio de Janeiro, UERJ, una de las instituciones de enseñanza superior más prestigiosas de Brasil). Cuando cursaba el segundo año de carrera, otra desgracia se cernió sobre su vida, la muerte de su hijo, que era piloto, en un trágico accidente de aviación. Nuevamente, Graziela Maciel Barroso lograría convivir con una dura situación que la afectó profundamente, continuando con sus estudios. Una vez más demostraba su entereza, y en 1961 se graduaba con honores en la universidad.

Graziela Maciel Barroso llegó a ser una autoridad en la flora de Brasil. En ningún momento abandonó su formación como bióloga, y en 1973 con 60 años defendió su tesis doctoral, un espléndido estudio centrado en las especies de plantas dentro de la familia de las compuestas o asteráceas existentes en Brasil Por otra parte, siempre se mantuvo muy activa en la enseñanza, tarea que consideraba parte fundamental de su profesión.

Defensora de la naturaleza de Brasil

Graziela Maciel Barroso se distinguió también por su valiente y enérgica defensa de la pujante belleza natural de Brasil. Desde la década de 1960, junto a compañeros ecologistas, se dedicó a la preservación de los espacios naturales y a la lucha contra la deforestación, incendios y demás desastres ambientales, como muestran diversos periódicos de la época. Entre quienes colaboraron en esta tarea se encontraba el célebre artista plástico y paisajista brasileño Roberto Burle Marx (1909-1994), que alcanzó un gran renombre internacional como arquitecto paisajista. La extraordinaria artista botánica Margaret Mee (1909-1988), especializada en plantas de la selva amazónica de Brasil, fue igualmente una activa defensora de los inigualables entornos naturales del país.

Entre Maciel Barroso y Burle Marx nació una estrecha amistad apoyada en la admiración mutua en la que, por un lado, el paisajista se amparaba en los conocimientos de la botánica y, por el otro, ella respetaba al artista que exaltaba la belleza de las plantas. Junto a Margaret Mee participaron en diversas excursiones por hermosos parajes casi inexplorados de Brasil, descubriendo nuevas plantas en sus entornos naturales. Muchos de estos hallazgos fueron introducidos por primera vez en el paisajismo.

Vocación por la docencia

Tras la lectura de su tesis doctoral, Graziela Maciel Barroso amplió su actividad docente e impartió clases en disciplinas de cursos de posgrado, además de dirigir maestrías y doctorados en diversas universidades. De hecho, formó a la mayoría de los botánicos brasileños que hoy están en activo.

Cuando en 1966 se creó en la Universidad de Brasilia el Departamento de Biología Vegetal, Graziela Maciel Barroso fue cordialmente invitada para ser la Directora del citado departamento e impartir las clases de botánica. La científica aceptó y permaneció en este centro hasta 1969. También dio clases en otras universidades y, además, mantuvo su preocupación por transmitir conocimientos botánicos a públicos más amplios, ofreciendo hasta un centenar de cursos por todo Brasil.

En 1969 retornó al Jardín Botánico de Río de Janeiro, donde impulsó nuevos proyectos de investigación con excelentes resultados. A pesar de terminar su doctorado con 60 años, Maciel Barroso dirigió 60 tesis de maestría y 15 de doctorado (Portal Gpv.br 2020).

Enfrentamiento a la dictadura militar

En algunas ocasiones en que la policía osó entrar en el Departamento de Botánica, protegió con arrojo a los alumnos de las detenciones, tuvo el valor de protestar contra el despido de profesores, y en todo momento luchó en defensa de las libertades democráticas. Tras el final de la dictadura, se le reconoció esa firmeza democrática.

Jubilación con arraigo social

Tras su jubilación en 1982, Graziela Maciel Barroso tuvo que dejar el Jardín Botánico, aunque esto no implicó que disminuyera su ritmo de trabajo. Más bien al contrario, estableció un laboratorio en su residencia desde el cual continuó identificando y clasificando plantas para quienes se lo solicitaban, que eran muchos. Tampoco abandonó su entusiasta dedicación al alumnado, permaneciendo vinculada a los cursos de posgrado y a la dirección de proyectos de maestría y doctorado. Las huellas de su trabajo pueden seguirse en incontables cuadernos, ficheros y hojas sueltas en los que anotaba variadas observaciones, así como en los diversos soportes donde ordenaba y fijaba semillas, hojas y demás materiales de origen vegetal.

En el mes de septiembre de 1987, con la colaboración del Consejo Nacional de Investigación, realizó una fructífera estancia en el Jardín Botánico de Londres (Kew Gardens) y en el Museo Británico, cuya finalidad era estudiar sus ricas colecciones vegetales y sus excelentes herbarios. Tras regresar a su país, continuó activamente implicada en diversas líneas de investigación.

Muerte

El 5 de mayo de 2003 fallecía en Río de Janeiro a los 92 años. Un mes antes, había sido elegida para incorporarse a la Academia Brasileira de Ciências, pero recibió esta condecoración post-mortem.

Publicaciones

En una época en que no había en Brasil libros especializados, Maciel Barroso, además de los numerosos artículos publicados en revistas especializadas, elaboró una de las principales obras de referencia sobre botánica de la época. Fue autora de los tres volúmenes del libro Sistemática de angiospermas do Brasil, editados respectivamente en 1978, 1984 y en 1986. Con posterioridad escribió el libro Frutos e sementes – morfologia aplicada à sistemática de dicotiledóneas, que salió a la luz en 1999 .

El libro, Sistemática de angiospermas do Brasil, tuvo una enorme aceptación entre la comunidad especializada; se convirtió en una referencia internacional sobre el tema y ha sido utilizado en todas las universidades brasileñas, elevando a Maciel Barroso a la categoría de mejor catalogadora de plantas de su país. Además de estos valorados volúmenes, publicó 65 artículos en revistas de investigación, identificó 11 nuevos géneros y 132 especies de planta.

Honores

Reconocida en Brasil y también en el extranjero, Graziela Maciel Barroso recibió durante su vida diversos homenajes como, por ejemplo, la Ordem do Mérito Científico, otorgada por la presidencia de la república, o la valiosa Medalla Botánica del Milenio (Millennium Botany Award, EE. UU.), quizás el galardón más relevante de todos, ya que fue la única brasileña con esa condecoración que se entrega a botánicos y botánicas dedicadas a la formación de personas en este área.

El homenaje más original recibido por la botánica tuvo lugar durante un carnaval, cuando la Escola de Samba Unidos da Tijuca, Rio de Janeiro, la invitó a participar en su desfile en conmemoración de los 189 años del Jardín Botánico.

Fuentes