György Kurtág
György Kurtág  | |
|---|---|
 | |
| Datos generales | |
| Fecha de nacimiento: | 19 de febrero de 1926 Lugoj |
| Ocupación: | Compositor, pianista, profesor de música, profesor universitario y libretista |
| Información artística | |
| Género(s): | Música clásica |
| Instrumento(s): | piano |
| Premios otorgados: | Premio Grawemeyer de Composición Musical 2006 |
György Kurtag. Compositor de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, de origen rumano nacionalizado húngaro.
Síntesis biográfica
Nace el 19 de febrero de 1926 en la ciudad de Lugoj, asentamiento húngaro-alemán que fue cedido a Rumania por el tratado de Versalles en 1919.
Kurtág hablaba rumano, húngaro, alemán, francés e inglés, aprendió ruso para poder leer a Dostoievski en su idioma original y griego antiguo.
De niño tocaba el piano a dúo con su madre, a los 13 años, escuchó la Sinfonía "Inconclusa" de Schubert que le inspira a convertirse en compositor.
En 1945, se dirige a Budapest con intensión de estudiar piano con Bartók, pero éste había fallecido; en 1946 entra a la Academia de Música de Budapest donde estudia composición con Farkas y Veress, piano con Kadosa y música de cámara con Weiner y alli se hace amigo de György Ligeti.
En 1947 se casa con la pianista Márta Kinsker, luego Marta Kurtag a quien conoce estudiando en la Academia de Música de Budapest, ambos realizan regularmente recitales de su música a dúo.
En 1948 se convierte en ciudadano húngaro, tras el levantamiento de 1956, Kurtág puede ir a París durante un año de 1957 a 1958 donde estudia composición con Olivier Messiaen y Darius Milhaud.
De regreso a Hungría inicia su obra como compositor y en 1959 escribe su Cuarteto para cuerdas. En 1968 es nombrado profesor de música de cámara en la Academia Listz de Budapest, (hasta su jubilación en 1986) en ese año escribe su concierto para soprano y piano titulado Opiniones de Peter Bornemisza, op. 7, en el q se destaca la influencia de la escuela de Viena, y en 1969 escribe el ciclo En memoria de un crepúsculo de invierno para soprano, violín y címbalo que le da fama internacional.
Su pasión por la poesía le conduce a trabajar en el campo de la lírica, introduciendo textos literarios en sus piezas para conjunto instrumental y voz, rasgo distintivo de su música, hace su propio estudio detallado de la música de Anton Webern; trabaja con la psicóloga Marianne Stein, quien le aconseja concentrarse en elementos musicales básicos con parámetros claramente definidos, se replantea el proceso de composición y renombra la primera pieza que escribió tras su regreso a Budapest, el cuarteto de cuerda, como su Opus 1.
Aunque nunca ha enseñado composición, ha sido un incansable profesor y entrenador de música de cámara y piano, entre sus alumnos en la Academia Liszt de Budapest están András Schiff y Zoltan Kocsis.
Su obra refleja la forma en que funciona su mente, ningún sistema o dogma, solo las emociones humanas elementales, expresadas a través de medios que hablan directamente a los sentimientos más internos del oyente.
En una oportunidad dijo: “Sólo entiendo la música cuando la enseño, aunque la escuche o la toque yo mismo, no es lo mismo que trabajar en ella y tratar de entenderla para los demás, simplemente amo la música".
Obra
Su composición más conocida es Mensajes de la difunta R. V. Trousova de 1981, sobre veintiún poemas de Rimma Dalos, entre las obras líricas, En memoria de un crepúsculo de invierno de 1969, para soprano, violín y címbalo; Cuatro canciones sobre los poemas de Janos Pilinszky, op. 11 en 1975; Siete canciones, op. 22 en 1981, para soprano y címbalo; Homenaje a Luigi Nono, 1981; Fragmentos de Kafka, op. 24, 1985-1986, para soprano y violín; y ¿Cuál es la palabra?, op. 30 en 1991, para voz y conjunto instrumental, con texto de Samuel Beckett.
En sus composiciones instrumentales destacan la sinfonía fúnebre Stele (1944); Quinteto de viento (1960); Ocho dúos para violín y címbalo (1969); Juegos para piano (1973-1976); Homenaje a Mihály András. Doce microludios para cuarteto de cuerda, op. 13 (1977); Casi una fantasía, op. 27 (1988), para piano y conjuntos instrumentales; y Officium breve in memoriam Andrae Szervansky, op. 28 (1988- 1989), para cuarteto de cuerdas.
En 2006, gana el Premio Grawemeyer de Composición Musical.
