Hábitos de Conducta Social

Hábitos de Conducta Social
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Hábitos de Conducta Social. Ellos constituyen modos de actuar, formas de cortesía y respeto. Manifestaciones de la cultura que se han asentado sólidamente en nuestra conducta.

La conversación y la discusión

Procuremos hablar correctamente. La buena pronunciación y articulación de las palabras, la claridad y la forma natural de emitirlas son factores esenciales de la conversación. Es necesario hablar en un ritmo adecuado. Incorrecto hacerlo con demasiada prisa o con desesperante lentitud. Al conversar no es correcto acercarse demasiado al interlocutor. Los que los hacen no tienen en cuenta las normas higiénicas. No esta bien gesticular o hacer movimientos exagerados No debemos abandonar la conversación sin solicitar y obtener permiso. Cuando alguien se preocupe por nuestra salud, debemos responder en este sentido. Evitemos contestar con la misma pregunta para que no queden ambas sin respuestas. Evitemos asumir actitudes poco respetuosas cuando alguien nos habla, como desviar la vista, mirar el reloj insistentemente, leer, escribir, tener apartes y cambiar sonrisas o señas con otros. Cuando conversamos en colectivo, mientras una persona habla, las demás deben atender. Evitemos en todo momento interrumpir a la persona que habla .Si estamos en desacuerdo con lo planteado, esperemos paciente nuestro turno. Cuando la necesidad de interrumpir sea necesaria lo haremos con delicadeza, y nos disculparemos en todos los casos. En las discusiones, conviene defender correctamente nuestras ideas, sin apasionamientos. La serenidad con que discutamos contribuye a que nos entendamos mejor. Cuando es nuestro interlocutor el que incumple esta norma. Debemos se tolerantes con él. Hemos de dominar los arrebatos de ira. Educar el carácter es parte esencial de nuestra educación. Es incorrecto criticar a las personas en su ausencia. En nuestra sociedad la crítica y la autocrítica son elementos educativos para rectificar errores. En las comidas, cuidaremos el tema de la conversación. Deben evitarse los temas que resulten desagradables y los asuntos que puedan suscitar discusión.

En las visitas

Al llegar al lugar de visita, toquemos suavemente a la puerta aun cuando esta se encuentre abierta. Mientras esperamos es incorrecto mirar hacia el interior del local, ya sea por la puerta o por las ventanas. Debe recibirse a los visitantes correctamente vestidos, hacérseles pasar de inmediato y ofrecerles asiento. Si es necesario hacerlos esperar, nunca será fuera de la casa. Cuando seamos recibidos, saludaremos a la persona que nos atiende, y al pasar al interior, a todos los presentes. Cuando no conocemos a alguien que nos recibe, nos identificaremos de inmediato. Para pasar al interior de la casa esperaremos a que se nos invite. No es correcto penetrar en otras habitaciones sin pedir y recibir permiso. Cuando visitemos a una persona que no nos espera procuremos ser muy breves. La persona visitada debe mostrarse hospitalaria pero en ningún momento manifestará desagrado por la visita . Es correcto si pasado un tiempo prudencial esta se excusa para cumplir obligaciones o compromisos por cuanto no se tenía conocimiento de nuestra visita. El horario y la duración de la visita dependerán del grado de familiaridad , del carácter de la visita y del interés de ambas partes. Al recibir una visita , debemos recoger los paquetes y objetos que lleven en las manos para colocarlos en un lugar apropiado.. Al saludar, debemos esperar a que la persona de mayor jerarquía extienda la mano. El hombre debe esperar que la mujer sea la que extienda la mano. Los niños no deberán intervenir en la conversación de los adultos durante las visitas. La despedida debe dirigirse a todos los presentes. Escoge momentos que no coincidan con los horarios de almuerzo, comida o sueño.

En el trabajo

Saludemos amablemente a nuestros compañeros al llegar al centro trabajo, y despidámonos cortésmente en el momento de retirarnos. Expresemos solidaridad y simpatía a las personas que visiten nuestro centro o puesto de trabajo. Al entrar a un local, una oficina, un despacho, etc., pidamos permiso o toquemos a la puerta con corrección. Debemos pasar solo después que se nos autorice. Al pasar por una puerta debemos dejarla tal y como la encontramos. Evitemos molestar o distraer a los demás desde nustro puesto de trabajo. No es correcto interrumpir con comentarios al que está concentrado en su labor. Seremos atentos y corteses con el compañero que requiera algo de nosotros. Si no es posible acceder a su petición, nos justificaremos correctamente. Deberá siempre agradecerle la intención y el esfuerzo del compañero que nos haya ayudado.. Cuando vayamos al puesto de trabajo de otro compañero, cuidemos de no desorganizar sus cosas. Las herramientas o instrumentos de trabajo de otros compañeros requieren de nuestro cuidado. No deberá utilizarse el puesto de trabajo o instrumentos de una persona sin que previamente esta nos haya autorizado. Tenemos la obligación de cuidar todos los medios que se han puesto a nuestra disposición. Al final de la jornada, será correcto dejar limpio y ordenado nuestro puesto de trabajo. Los hábitos de puntualidad y el cumplimiento rigurosote las normas del trabajo son aspectos de la conducta que van más allá de la educación formal. Tienen una gran influencia en el respeto que debemos ganarnos dentro del colectivo.

En las asambleas y reuniones

Llegaremos a tiempo a las asambleas o reuniones convocadas. La puntualidad es un hábito que dice mucho no solo de nuestra disciplina y del valor que damos a la actividad, sino también del respeto y consideración que debemos a los demás. Permaneceremos en el local durante toda la sesión .Si en caso excepcional necesitamos salir, lo correcto es solicitar autorización. . No es correcto saludar si llegamos tarde, ni interrumpir la reunión para excusarse. Aguardaremos el momento oportuno. Los compañeros que presiden una reunión merecen la atención, el respeto y una actitud disciplinada en el transcurso de la actividad. Al terminar la reunión o asamblea; es una regla de cortesía esperar a que el orador se retire primero y después lo hará el público asistente. Las visitas de compañeros invitados, dirigentes, entre otros, deben ser recibidas con demostraciones de simpatía y respeto. Al pedir la palabra, lo haremos de modo discreto. No comenzaremos a hablar sin que el auditorio esté preparado para atendernos. Escuchemos en silencio, con atención y sin interrupciones, a la persona que habla. No debemos mostrar impaciencia, aun cuando tengamos una respuesta inmediata. Cuando valoremos la conducta o las opiniones de otro compañero, nuestras palabras deben estar bien medidas y su tono bien controlado. No debemos dar lugar a interpretaciones erróneas de nuestra intención constructiva.. La atención al que habla y el respeto a todos los presentes se manifiesta a través de la postura adoptada en el asiento. Si nuestra cabeza cuelga o está recostada, si hacemos vagar la vista, y nos balanceamos, etcétera, daremos una demostración de poco interés y de falta de educación. Debemos ser receptivos a las observaciones críticas y capaces de comprender cuándo causamos irritación con nuestras formas de expresarnos. Debe evitarse toda conversación con una parte de los integrantes de las reuniones o asambleas. Estas “Micro-reuniones” demuestran falta de respeto.

En conversaciones

Manejar la voz es muy importante. No es nada grato mantener una conversación con quien hiere los oídos. Hablar alto es sinónimo de mal gusto, poca delicadeza y mala educación. Escucha, observa y verás lo inadecuado y reprobable que resulta expresarse a gritos con el fin de ser atendido. Todo lo contrario; te prestarán más atención si sabes mantener el tono grato, si las inflexiones de tu voz son precisas y de acuerdo con lo que deseas expresar. La voz se educa. Leer en voz alta, modulando las palabras, pronunciando bien, constituye un excelente ejercicio para alcanzar este objetivo.

Errores frecuentes

Gritar en lugar de hablar. El que grita confiesa el fracaso de hacerse oír. Presupone una relación viciada: tratar de imponerse por el tono de la voz y no por los argumentos. El grito trae el insulto, la falta de respeto. Es una escalada peligrosa. Interrumpir al que esté hablando. Quien interrumpe no escucha, solo piensa en lo que él quiere decir. Espera tu turno y haz que el tuyo sea respetado. Adivinar el pensamiento. Adelantarse a suponer qué es lo que quieren decir los demás. Creer firmemente que es así, negando a las otras personas toda posibilidad de rectificar, cortando la palabra. interrumpe la comunicación. Pensar y juzgar automáticamente. Seguir un esquema mental preconcebido, derivado de un equivocado aprendizaje, condiciona una respuesta de contraataque (la agresividad se destaca). Ser impaciente, controlador, dominante, impulsivo. Querer que las cosas se hagan y digan a tu manera, olvidando que en toda verdad hay matices y enfoques variados que se deben respetar para vivir en armonía y comprensión. Hablar de varias cosas a la vez. Cuando se discute no resulta aconsejable introducir variados elementos que alejen del motivo principal. La densidad de temas puede transformar la discusión en una pelea. No discutir tonterías. Ser claro, preciso, específico. No vale la pena amargarse por cosas intrascendentes que verdaderamente no trascienden. No dar golpes bajos. Traer a colación rencores pasados, dar rienda suelta a la amargura sin base; burlarse, amenazar, manipular. El objeto de una comunicación es relacionarse, transmitir un mensaje, informar al otro de la opinión personal. Convencer de algo, conseguir colaboración, comprensión, tolerancia. No es triunfar ni humillar.

Fuentes.

civica.cubaeduca.cu/medias/.. danialacubana.bloguea.cu/.../normas-de-comportamiento-conducta-soci..