Helia Bravo Hollis
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Helia Bravo Hollis fue una de las científicas más importantes de México, e incluso de América Latina. Sus aportes se mantienen vigentes gracias a su contribución a la biología y botánica. Conocida como “maestra Bravo”, dedicó su labor al estudio de los cactus.
Esta científica es considerada la primera mujer bióloga de México, lo que la convirtió en pionera en esta ciencia. Esto se evidenció durante toda su carrera con diferentes obras, como por ejemplo, con la fundación del Jardín Botánico de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Biografía
Helia nació el 30 de septiembre en 1901, en la Villa de Mixcoac, Ciudad de México. Sus abuelos maternos vinieron de Inglaterra y los abuelos paternos vivían en Guanajuato. Su madre Carlota Hollis y su padre Manuel Bravo amaban la naturaleza. Por esos paseos familiares fue que empezó a amar la naturaleza.
Su padre murió poco antes de ella cumplir 12 años, pues fue fusilado por simpatizar con el presidente Francisco I. Madero, que un año antes había sido asesinado, en 1913. Este hecho complicó la vida de Helia, quien ya se había destacado en su educación primaria. Al graduarse de bachillerato tuvo que iniciar estudios en Medicina para poder canalizar su interés, dado que todavía no estaba abierta la carrera de Biología en la universidad. Tan solo un año después, en 1925, logró cambiarse de carrera y formarse en aquello que realmente despertaba su vocación.
En el año de 1931 recibió el título en la Maestría en Ciencias Biológicas. En su momento realizó el trabajo de investigación “Contribución al conocimiento de las Cactáceas de Tehuacán”, que sería su tesis de grado.
Recién graduada, recibió el honor de ser invitada a trabajar como bióloga en el Instituto de Biología que estaba comenzando a ejercer su labor. Tan solo un año después se convirtió en la jefa de la sección de Botánica y se encargó del herbario.
Se casó con un compañero de la escuela, José Clemente Robles, quien se convirtió en médico y uno de los primeros neurocirujanos de México. Sin embargo, después de 13 años de matrimonio se divorciaron sin haber tenido hijos.
En la década de 1950 fue profesora de botánica en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional y después en el Instituto de Biología de la UNAM. Fue cofundadora de la Sociedad Mexicana de Cactología. Viajó a regiones muy calurosas y desérticas del país para estudiar la flora regional y autóctona; organizó una colección viva de cactáceas y otras plantas suculentas, con el fin de registrar cambios en los períodos de floración y en el desarrollo.
Publicaciones
En 1937 publicó el libro “Las Cactáceas de México”. Participó en la creación de la Sociedad Mexicana de Cactología de la que fue su presidenta y también en la creación del Jardín Botánico de la UNAM. Una sección de este precioso jardín lleva su nombre. Durante su vida académica escribió una gran cantidad de artículos científicos.
Legado
Helia inició la fundación del Jardín Botánica de la UNAM, en 1959 la cual dirigió durante la década de 1960. Sabía comunicar entusiasmo y pasión por el estudio y logró el respeto de quienes trabajaban con ella.
Honores
A lo largo de su vida ha obtenido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales a su labor científica. En 1985 la UNAM la designó Doctora Honoris Causa e Investigadora Emérita. La Princesa Grace de Mónaco la distinguió con el “Cactus de Oro, en 1980. El último honor se lo otorgó el expresidente Ernesto Zedillo por su labor en la Reserva de la Biósfera de Metztitlán.
Muerte
A los 90 años y en plena lucidez, se retiró del Instituto de Biología de la UNAM, por problemas de salud. Su extraordinaria labor científica abarca más de 160 publicaciones, dos libros, describió 60 clasificaciones taxonómicas y realizó 59 cambios de nomenclatura.
Helia Bravo Hollis falleció en 2001, unos días antes de cumplir los cien años
