Heredad de Aguas de Arucas y Firgas
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Heredad de Aguas de Arucas y Firgas . Ha sido la encargada de construir el entramado de acequias y cantoneras de repartos de aguas que actualmente se están utilizando no solo por ella misma, sino para el uso de cualquier agricultor, e incluso, el propio Consejo Insular de Aguas vierte sus aguas en ellas. De la Heredad fueron las aguas del abasto público durante muchísimos años, dejando siempre partidas para que los vecinos de toda la zona pudiesen coger el líquido, esencial para sus necesidades, sin costo alguno. En su momento, fue la Heredad la encargada de pagar los estudios de los repartos de las aguas, evitando agravios entre los agricultores.
Sumario
Qué son las Heredades
Heredades de aguas era el nombre que recibían los conjuntos de propietarios de un determinado manantial o de una explotación de aguas, y, a veces, de los terrenos sobre los cuales se asentaban dichos recursos hídricos. Los edificios de heredades (a veces llamados simplemente heredades) son los lugares en los cuales se tomaban decisiones respecto a la gestión del agua. En ellos se administraba el agua de lluvia y de los nacientes que debía ser repartida entre los distintos regantes. Eran comunes en muchas municipalidades de las Islas Canarias.
Historia y organización
El concepto de heredad o heredamiento de aguas nace cuando se desvincula este recurso de la tierra, a la que estaba asociada anteriormente, convirtiéndose así en un bien inmueble, independiente de ella. Este cambio se produce a partir del siglo XVI, en el que se fundan algunas de las heredades más importantes de Canarias entre las que se encuentran:
- La Heredad de Aguas de Las Palmas que es la más antigua de Canarias. Fundada el 26 de julio de 1501 por orden de los Reyes Católicos para asegurar el suministro de agua de El Real de las Palmas, y más tarde de la ciudad surgida a partir de él.
- La Heredad de Aguas de Arucas y Firgas que comenzó a construirse en 1909 a partir de planos del arquitecto modernista Fernando Navarro, y se completó en 1912. Ocupa un edificio señorial de 420 metros cuadrados situado en la ciudad de Arucas.
- La Heredad de aguas de Moya que está situada en el número 5 de la calle León y Castillo, en la Ciudad de Moya. Antiguamente era llamada Heredad de los chorros, propios y del laurel (en referencia al Barranco del Laurel, de donde provenía parte de su agua.
Durante casi tres siglos, entre 1529 y 1823, las heredades fueron presididas por los alcaldes de aguas, y luego por los alcaldes constitucionales (entre 1823 y 1866), aunque a veces se producían confluencias entre ambos cargos. Los trabajadores de esta institución recibían el nombre de funcionarios y cobraban un sueldo elevado. Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, las heredades de aguas se transformaron en comunidades de regantes, siguiendo la legislación estatal del agua. También se crearon nuevas comunidades de regantes, ya que la demanda de agua se encontraba en aumento en ese momento, coincidiendo con la aparición de nuevos cultivos de caña dulce, tomate y plátano.
Arquitectura
En la fachada de los edificios de heredades habitualmente hay un gran reloj, que se utilizaba como referencia para medir el tiempo que cada socio podía emplear para extraer agua de una fuente. También servía de referencia para el resto de la población en la organización de sus actividades diarias.
Fundación de la Heredad de aguas de Arucas y Firgas
La Heredad de aguas de Arucas y Firgas ha sido, desde su fundación en 1505, mucho más que una comunidad de regantes que gestionaban los recursos hídricos de gran parte de Gran Canaria. Durante más de cinco siglos, la gran acción económica desarrollada, unida a las relaciones sociales, culturales y humanas, han consagrado a esta entidad como depositaria de un patrimonio integral, que abarca cultura (con sus componentes históricos, arqueológicos, arquitectónicos, etnográficos, artísticos e inmateriales), así como recursos patrimoniales geológicos, medioambientales y paisajísticos, que la convierten en una de las reservas patrimoniales más importantes de esta isla. A esto se une un inmenso patrimonio humano que se ha ido acumulando en documentos y edificios, tradiciones y costumbres que han ido configurando la economía hidráulica de Gran Canaria.
Demandas de colaboración económica
La historia de la Heredad está llena de solicitudes y demandas de ayuda económica para llevar a cabo todo tipo de proyectos y acciones: construcción de las Carreteras de Firgas, Trasmontaña, de Valleseco a Valsendero; de puentes como el de Tenoya (1834); de donativos para paliar las hambrunas de 1847, 1848, 1856 y 1865 o los efectos del cólera en 1847 y 1852. También para paliar los efectos de las plagas de langosta como la de 1893. Para la reedificación de Templos en Arucas (1854) o Firgas: de cementerios como el de Firgas (1854, 1898 y 1904), construcción del Puerto de la Luz y de Las Palmas (1858), de la Plaza de Firgas (1867); del Teatro de Las Palmas y Teatro Pérez Galdós (1867), del nuevo Mercado Municipal de Arucas (1879); del alumbrado público en Vegueta (1895); petición de ayudas a varias a familiares de soldados de las guerras de Cuba, África o la Guerra Civil Española, para un asilo de ancianos (1906), obras de caridad individuales y colectivas o ayudas a colegios e instituciones de toda Gran Canaria. Constan también las aportaciones para las Casas Consistoriales de Las Palmas y para la sede de la Real Audiencia (1877), la construcción del Aeródromo de Las Palmas-Gando, actual Aeropuerto de Gran Canaria por nombrar sólo algunas de las más destacadas contribuciones.
Sede social
Antiguamente la Heredad no disponía de local social. Sus Juntas se celebraban en diversos lugares como domicilios particulares, en la Ermita de San Sebastián, en la Plaza de San Juan o en la Casa del Mayorazgo. La edificación de la sede social de la Heredad se empezó en el año 1909 y se terminó el 10 de Marzo de 1912. Este edificio fue realizado a raíz del desapropio, de la “Casa de Repartos de la Heredad”, que estaba situada frente al edificio actual, y de la propia cantonera llamada Real, a consecuencia del paso de la Carretera Las Palmas- Arucas- Moya- Guía, proyecto del Ilustre Don Juan León y Castillo. El edificio fue y sigue actualmente destinado, al reparto de sus aguas y sala de sesiones, al igual que también, se albergó durante algún tiempo a la sede del Ayuntamiento del municipio, al estar el mismo en obras. También se han realizado muchas labores dentro del mismo, ya que en otra época se llegó a utilizar para examinar de Bachiller a los alumnos del Colegio de La Salle, al igual que otro sinfín de actos. Hoy día se sigue utilizando para otras actividades sociales. Al hacer su edificación también se pensó en poner otro reloj que tuviera la misma relevancia que el de la Iglesia, en este caso fue traído desde Alemania y costó 450 marcos. Actualmente el mismo marca el ritmo de la vida ciudadana como lo hiciera antaño junto con el resto de sus funciones de distribución del agua. Los estudios, planos y presupuesto del edificio fueron realizados por el Arquitecto Don Fernando Navarro, por valor de 50.120 pesetas. La obra se realizó conjuntamente, con el proyecto de la nueva Iglesia Templo Parroquial y la Iglesia de Cardones. El Ayuntamiento ha tramitado, la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del centenario edificio de esta institución, que cuenta con dos presas y unos 70 kilómetros de redes de distribución de agua de Arucas, Valleseco, Moya y Firgas, con una capacidad para distribuir casi 2.000 litros cada 24 horas.