Hiperpirexia térmica

Hiperpirexia térmica
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Trastorno profundo del mecanismo de la regulación de la temperatura,que se caracteriza por fiebre alta y colapso y, a veces, por convulsiones, coma y muerte.

Hiperpirexia térmica (Insolación, Golpe de calor, Fiebre térmica, Siriasis). Trastorno profundo del mecanismo de la regulación de la temperatura, que se caracteriza por fiebre alta y colapso y, a veces, por convulsiones, coma y muerte.

Etiología

Los factores causales son una exposición prolongada a temperaturas excesivamente altas, o la acción directa de los rayos de un sol que caliente mucho, en combinación con el ejercicio y falta de circulación de aire. Son más susceptibles los individuos de más de 40 años de edad y aquellos que presentan enfermedades generales.

Sintomatología

El comienzo puede ser súbito o bien seguir a quejas de debilidad, dolor de cabeza, vértigo, anorexia, náuseas y molestia precordial. Una disminución o cesación de la perspiración puede preceder al ataque en varias horas. El enfermo se encuentra congestionado, con piel caliente y seca. Puede haber crispación muscular o calambres. Es evidente la pirexia. El enfermo se encuentra angustiado e indiferente a su medio; las pupilas están al principio contraídas, y después dilatadas; los reflejos tendinosos, disminuidos; la frecuencia del pulso puede ser de 160 o más; la respiración de 20 a 30; y la presión sanguínea puede estar ligeramente elevada, con la ampliación de la presión del pulso. La temperatura se eleva rápidamente hasta 40,5-41 grados celcios o más aún. Pueden aparecer convulsiones y vómitos de tipo cerebral, que son indicios de gravedad. A continuación puede desarrollarse un shock profundo con colapso circulatorio, que generalmente persisten hasta la muerte.

Diagnóstico

Puede establecerse un diagnóstico de presunción de hiperpirexia por calor, siempre que una persona que haya estado expuesta a altas temperaturas presente pirexia sin que resulte aparente ninguna otra causa. La meningitis, la malaria y la neumonía pueden causar confusión, pero la hiperpirexia por calor representa un caso agudo de urgencia, por lo que siempre que se obtenga una historia de exposición excesiva al calor deberá emprenderse el tratamiento sin dilación.

Pronóstico

La hiperpirexia constituye una seria amenaza contra la vida. La mortalidad puede llegar hasta un 20% y depende en parte de la duración del estado agudo antes de instituir el tratamiento. Una temperatura rectal que exceda de 41 grados celcios, representa un grave signo pronóstico. Temperaturas superiores a los 42 grados celcios producen alteraciones irreversibles en el cerebro . La edad avanzada, las enfermedades cardiacas y renales y el alcoholismo crónico disminuyen las posibilidades cardiacas y renales y el alcoholismo crónico disminuyen las posibilidades de recuperación.

Tratamiento

Están indicadas medidas de tipo heroico, que deben instituirse inmediatamente. Si la temperatura rectal llega a 41 grados celcios o más, esta indicado un baño en agua muy fría, o bien el uso de una manta empapada en agua; se dará masaje vigoroso en la piel hasta que la temperatura descienda. La temperatura rectal debe comprobarse cada diez minutos sin dejar que baje de 38,9 grados celcios. Es necesario la asistencia constante de una enfermera o un médico. Más tarde puede desarrollarse hipotermia, que si es intensa exige la aplicación de calor y combatir el colapso. Una vez reducida la temperatura se instala al enfermo en una habitación fresca, bien ventilada, con un ventilador eléctrico dirigido hacia la cama. Se continúa con el masaje, ya que combate la vasoconstricción inducida por el baño frió, acelera la pérdida calórica y estimula el retorno de la sangre periférica enfriada, al cerebro y otras vísceras excesivamente calientes. Si tiene tendencia a recurrir la elevación de la temperatura, debe repetirse el método de refrigeración. El empleo de sábanas mojadas con ventilación forzada, la aplicación de esponjas empapadas en agua muy fría y la fricción con hielo, solo son suficientes en los casos leves. No debe administrarse morfina ni epinefrina. Los sedantes están contraindicados excepto si hay convulsiones y en este caso puede administrarse 0,2 a 0,5 gm. De amobarbital sódico por vía intravenosa. Pueden estar indicados los líquidos, también por vía intravenosa, en caso de colapso circulatorio, pero deben emplearse con precaución. Como guía de la terapéutica son esenciales las determinaciones frecuentes de electrólitos en sangre. El enfermo deberá permanecer en cama durante varios días, siendo de aconsejar un periodo más prolongado aún de convalecencia, especialmente si el enfermo padece alguna enfermedad orgánica.


Fuentes

Cuarta edición en Español: “El manual merck” de diagnostico y terapéutica.


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