Horno de carbón vegetal

Horno de carbón vegetal
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Método para convertir la leña en carbón vegetal.

Horno de carbón vegetal. Instalación rústica para quemar la leña en ausencia de oxígeno, para convertirla en carbón vegetal (también llamado carbón de leña), que resulta un excelente combustible, fundamentalmente para usos domésticos. El carbón vegetal es un material sólido, quebradizo, poroso con un contenido de cerca del 80 % de carbono.

Antecedentes

Desde los comienzos de la humanidad en que el hombre aprendió a usar el fuego, advirtió que en las hogueras donde se quemaba leña quedaban trozos de madera carbonizada que a su vez constituían una excelente fuente calorífica cuando se incendiaban. Pronto lograron dominar la técnica de producir carbón por métodos similares a los que aún hoy se utilizan. También empleaban el polvo de carbón como pigmento en las pinturas rupestres. Además de su uso para la cocción de alimentos, el carbón vegetal resultó imprescindible para fundir los minerales desde el surgimiento de la edad del hierro (700 a.n.e.), después sustituido por el carbón mineral (coque). También se le empleó para producir pólvora.

Aunque actualmente su uso ha ido desapareciendo, desplazado por la electricidad y derivados del petróleo, aún aproximadamente el 13 % de la energía mundial se basa en el empleo de la madera y el carbón vegetal como combustible para el uso familiar. Sin embargo, el aprovechamiento de la energía calorífica que contiene es ineficiente.

En Cuba el carbón vegetal se produce en grandes cantidades por su alta demanda en el mercado internacional para emplearlo en restaurantes para la cocción de determinados alimentos (por ejemplo: “a la brasa”, en cocinas y barbacoas).

Características

Carbón vegetal.

Un horno típico para producir carbón vegetal, consiste en una pila cónica de trozos de madera que se recubre con tierra y se enciende para efectuar la combustión a temperaturas entre 400 y 700 ºC, en ausencia de oxígeno, con lo cual se queman o evaporan las materias volátiles, quedando el llamado carbón vegetal o de leña.

El poder calorífico del carbón vegetal oscila entre 29.000 y 35.000 kJ/kg, y es muy superior al de la madera con la cual se produce, que oscila entre 12 000 y 21 000 kJ/kg. Las maderas más utilizadas en Cuba para producir carbón son el patabán y la yana en zonas pantanosas costeras, y el marabú en las sabanas, debido a que son de corazón duro y dan un carbón consistente y altamente energético.

El hornero, después de encender el horno, debe vigilarlo atentamente día y noche para evitar que en la cubierta de tierra se produzcan aberturas por las cuales penetre el aire, pues esto implicaría que la madera produzca llamas y se pierda el horno. El horneo puede durar de 15 a 20 días. Cuando la boca del horno termina de producir humo (tras varios días de quema), eso significa que ha concluido el proceso. Entonces el hornero retira la tierra y procede a la separación del carbón por tamaños y después se envasa en sacos.

Principales partes del horno

Los partes fundamentales de un horno típico para producir carbón vegetal son:

Pila de leña. Consiste en los trozos de madera que se van colocando en posición vertical con una pequeña inclinación hacia dentro, formando un cono. Un horno de carbón de 30 a 40 m de perímetro en su base contiene un volumen de 70 a 80 m3 de leña.

Respiraderos. El eje del horno se deja libre, formando un pequeño conducto vertical que sirve para eliminación de los gases. A veces también en la cubierta de tierra se abren pequeños respiraderos ocasionales.

Cubierta. La madera se cubre totalmente con una capa de tierra seca, de unos 20 cm de espesor, que evita la penetración libre del aire.

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