Idolo de Bayamo (escultura)

Idolo de Bayamo
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Datos Generales
País:Bandera de Cuba Cuba
Datos de la Escultura


El Ídolo De Bayamo.Figura un cuerpo humano muy toscamente trabajado, sentado sobre sus talones con las manos cruzadas en las rodillas que tocan en su base. Esta escultura data de las culturas subtainas. 

Detalles sobre el encuentro del Ídolo

En la hacienda Valenzuela, del Licenciado Don Manuel Desiderio Estrada, un negro cavando con un azadón encontró una piedra que semejaba una figura humana. Este huyó enseguida a contarle a sus compañeros que todos eran bozales. Estos la examinaron y como uno de ellos dijo que se parecía a las imágenes que se ponían en las iglesias, todos en su ignorancia dieron por sentado que era un santo y a su modo la adoraron, disponiendo enseguida a avisar al amo que se encontraba en la ciudad. Este hizo sacar la piedra con mucho cuidado, la cual es de una dureza igual al mármol, de 14 ½ pulgadas de alto y tiene un peso de dos arrobas cuatro onzas. Figura un cuerpo humano muy toscamente trabajado, sentado sobre sus talones con las manos cruzadas en las rodillas que tocan en su base. Los contornos del rostro estaban bastante acabados aunque groseros y sin proporción, boca muy grande, ojos ídem, barba saliente, frente chica y muy fornida, las orejas confundidas con el pelo que forma una especie de moño, los hombros muy unidos al cuello y estrecha la espalda.

Esta fue la primera información que se conoció sobre el hallazgo de esta pieza, publicada por el diario El Faro Industrial, editado en la Habana el día 22 de junio de 1848. La información hacia referencia a la ciudad de Bayamo, que era en donde se encontraba la hacienda, que formaba parte de lo que fue el barrio de Bueycito. Después de su descubrimiento y encontrándose ya en manos del Lic. Estrada, el Ídolo, que es como se le denomina a la pieza, fue objeto de interés de Miguel Rodríguez Ferrer, estudioso español considerado como el iniciador de la investigación arqueológica y de la prehistoria en Cuba, quien estudia la pieza y la dona al museo de laUniversidad de La Habana.

Dependencia cultural

El Ídolo fue hallado exactamente en la estancia Eguarrabó de dicha hacienda y su primera relación cultural con la prehistoria de los aborígenes cubanos fue realizada por Andrés Poey en su trabajo denominado “Cuban Antiquities”, 1853, y que a petición suya fue traducido y comentado en la Revista de la Habana en 1855. Poey planteaba la similitud entre el Ídolo y otras piezas cubanas, con materiales de La Española.

Manuel Rivero de la Calle, en su obra “Las culturas aborígenes de Cuba”, 1966, presenta al Ídolo de Bayamo como parte de la cultura ceramista cubana que llaman taína, aclarando que su fase mas temprana es conocida por Rouse y los arqueólogos de la Academia de Ciencias como subtaína, considerando además que sus manifestaciones mas tempranas en Cuba correspondían al año 800 al 850 de nuestra era.

En el título “Prehistoria de Cuba”, de Ernesto Tabío y Estrella Rey, 1966, asignan al ídolo al grupo cultural subtaíno. Estimando y concluyendo que la entrada de los subtaínos en Cuba podría remontarse quizás alsiglo VIII de nuestra era y que algunos grupos de ellos persistieron y vivieron de modo más o menos precario hasta fines del siglo XVI de nuestra era.

El museo teniendo en cuenta las opiniones reflejadas en las obras referenciadas anteriormente, considera que la técnica utilizada en esta obra era del dominio de los grupos ceramistas cubanos desde su llegada a nuestra isla y que en general permaneció hasta los momentos de la transculturación indo-hispánica. Observando la expresión de la parte antropomorfa del ídolo correspondiente a la cabeza, encontró en la misma cierta similitud con las formas correspondientes a la etapa más tardía del grupo subtaíno y en lo que serian las orejas se puede observar un tratamiento y una forma tal que coincidía con las manifestaciones taínas, observándose con claridad la presencia del lóbulo de la oreja perforado con la inclusión de un adorno.

Descripción general del ídolo de Bayamo

Desde el punto de vista escultórico el museo define que es una figura corpórea, masiva, de gran expresión y técnica de ejecución muy simple. Se encuentra realizada en piedra arenisca gris verdoso, semidura, de forma y contornos propios o naturales, sobre la cual el tallista aborigen concibió y esculpió por percusión, abrasión y pulido esta pieza antropomorfa. ¿Por qué antropomorfa? Pues la obra esta compuesta por una parte cefálica muy humanizada (la cabeza) de caracteres masculinos y otra menos diferenciada pero animal, que se corresponde al cuerpo, extremidades y posición de un batracio (rana o sapo), en actitud de reposo, o sea que se encuentra apoyado sobre las extremidades posteriores y el cuerpo inclinado hacia arriba, con la característica posible de tener incluida una representación del sexo masculino erecto.

Constituye una figura masiva de conjunto general un tanto piramidal y de perfiles redondeados, en donde la cabeza ostenta los ojos abiertos, formados por dos cuencas vacías, cóncavas y circulares; la nariz en cambio está acusada en relieve con el lomo anguloso y las fosas nasales marcadas; la boca sin labios, cóncava pero de contorno oval alargado y los extremos hacia abajo en rictus no placentero sino de esfuerzo. El contorno mandibular parece muy acusado, la porción mentoniana también esta definida así como los pómulos.

El cuello es fuerte y corto. Las orejas están tratadas con un concepto mas geométrico o estilizado, en los pabellones de las mismas pueden apreciarse formas anulares muy aplanadas, indicativos de adornos, aretes u orejeras. La parte inferior de los pabellones son como rectángulos situados verticalmente con cierta inclinación. También se observa en la pieza un detalle formal mutilado situado en el vertex, precisamente entre los pabellones auriculares, su descripción cierta se imposibilita dada la forma de su fractura que no ha dejado elementos de juicio sobre su conformación original, no obstante puede inferirse que dicho detalle o forma pudo estar relacionado con alguna especie de tocado mínimo, un micromoño o atado minúsculo del cabello.

En los miembros superiores se han representado los hombros y omóplatos con un área extendida y suave concavidad, especialmente el dalo derecho, el izquierdo aparece en relieve. Los brazos y antebrazos están tratados en relieve muy bajo, igualmente las manos en las cuales es presumible que estuvieran representados los dedos; entre los que puede notarse una forma alargada vertical a la que pudiera atribuirse la representación esquemática del sexo masculino erecto. Las extremidades posteriores han sido ejecutadas con poco detalle, así mismo muslos y piernas, por lo cual no es apreciable la constitución y mucho menos la factura de los pies.
Por la parte posterior se observa una cresta central rama con indicación de estar dividida transversalmente en porciones de contornos notablemente rectangulares, que refiere una representación esquemática de la espina dorsal, parte anatómica que casi siempre es tenida en cuenta por el escultor indo cubano a la hora de esculpir la figura humana.
Tanto el perfil lateral posterior como el interior y el ensanchamiento de la base de la figura son debidas no a la talla de escultura o trabajo humano precisamente, sino a la forma original del bloque de piedra que encontró y escogió el tallista conveniente para plasmar su concepción de la obra a ejecutar.

En general, exceptuando cabeza y hombros, toda la figura carece de detalles anatómicos musculares, y el modo general empleado era el de la talla directa, no debió tener un modelo previo sobre el cual guiarse para el tallado de su escultura, pero ello no impide que la misma exprese el mensaje que logró imprimirle su autor.

Fuentes

  • Casa de la Nacionalidad.