Infección urinaria en el niño.

Infección urinaria en el niño.
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Campo al que perteneceMedicina.
Principales exponentesDr. José Florín Yrabién. , jefe de Servicio del Centro de Referencia Nacional de Nefrología Pediátrica, perteneciente al Hospital Pediá­trico de Centro Habana. Es especialista de se­gundo grado en Ne­fro­logía y Pediatría, Pro­fesor e Investigador Auxiliar y Máster en Atención Integral al Niño.

Infección urinaria en el niño.

La infección urinaria, denominada también infección del tracto urinario, se define como la invasión, colonización y multiplicación en las vías urinarias, que comprenden desde la pelvis renal hasta la uretra, de microorganismos patógenos con posterior invasión a los tejidos, independientemente de su localización y de la presencia o no de síntomas. En la actualidad se considera la enfermedad infecciosa bacteriana no contagiosa más frecuente en Pediatría y la afección predominante de este aparato en niños..

¿En qué edades de la infancia es más común?... ¿Y en cuanto al sexo?

Se estima que el riesgo acumulativo de padecer una infección urinaria durante la infancia es de 3 a 5 % para las niñas y cerca del 1 % para los varones. Sin embargo, en el primer año de la vida es más usual en el varón por la mayor frecuencia de malformaciones congénitas del riñón y de las vías urinarias y por la presencia de fimosis (estrechez del orificio del prepucio). Después del primer año es más común en el sexo femenino.

¿Se conoce el porqué tiene una mayor incidencia en las niñas que en los niños?

Fundamentalmente por las características anatómicas de la hembra como es la uretra más corta, además por la cercanía del orificio de salida, conocido como meato uretral y la región alrededor del ano, donde se asientan los gérmenes que habitualmente colonizan las glándulas ubicadas en torno a la uretra y que por vía ascendente llegan a la vejiga y a las vías urinarias altas y al riñón.

¿Cuáles son las principales causas que la originan? ¿Y en cuanto a los agentes que la producen?

Las principales causas que la originan son los malos hábitos higiénico-dietéticos co­mo no ingerir suficiente cantidad de líquidos, fundamentalmente agua. Aseo inadecuado de la región anal y genital. También malformaciones del riñón y de las vías urinarias. Los microorganismos que causan esta dolencia son principalmente las bacterias gramnegativas, que provienen del tubo digestivo. Una de las más frecuentes en nuestro medio es la E. coli, causante del 80 al 90 % de estas infecciones. Los hongos, y dentro de estos la Candida Albicans o monilias, infectan generalmente a niños sometidos a tratamiento antibiótico prolongado, inmunodeprimidos y con alteraciones anatómicas o fun­cionales.

¿Qué primeras manifestaciones de­ben darnos una alerta?

Las manifestaciones clínicas varían de acuerdo con la edad del niño. En los recién nacidos y lactantes, los síntomas de pielonefritis o infección urinaria alta son inespecíficos. Estos pacientes pueden presentar fiebre, vómitos, rechazo al alimento, diarreas, irritabilidad y convulsiones. La no ganancia de peso es una expresión frecuente a esta edad. En los niños mayores, malestar general, fiebre elevada con escalofríos, dolor abdominal y lumbar, trastornos digestivos acompañados o no de síntomas urinarios bajos. Las infecciones urinarias bajas son frecuentes en las niñas mayores de dos años y, sobre todo, en la edad escolar y en la adolescencia. Nunca se acompañan de fiebre, se caracterizan por ardor y pujo al orinar, micciones frecuentes y escasas e incontinencia urinaria, así como molestias en bajo vientre.

¿Cómo se establece el diagnóstico?

Por la clínica y exámenes complementarios, en particular por un parcial de orina o cituria que demuestran la presencia de leucocitos y hematíes en la orina. El diagnóstico de certeza o confirmatorio se realiza mediante el urocultivo. Los niños con infecciones re­currentes deben ser sometidos a otras investigaciones como ultrasonido renal. Es imprescindible una adecuada toma de la muestra de orina, con un aseo previo, utilizando diferentes procedimientos se­gún la edad del paciente. En los niños con control vesical se toma la parte media del chorro de orina.

¿Es posible la prevención?

Hay muchas formas de prevenir esta enfermedad. Una adecuada ingesta de agua; no utilizar ropas muy ajustadas o apretadas, sobre todo las licras; evitar los hábitos retenedores de orina; tratamiento de la constipación o estreñimiento. En la hembra se debe orientar a la madre que el aseo genital se realice de delante hacia atrás; prohibir los baños de inmersión en las llamadas “palanganas o bañeras”. Por último, evitar el aseo excesivo que puede favorecer las infecciones bajas, porque se eliminan una serie de mecanismos de defensa que existen en esa región.

Fuente

Infección urinaria en el niño. Consulta médica. Periódico Granma.1 de junio de 2014.