Isidro Menéndez Posada
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Isidro Menéndez Posada. Fue un jurista y eclesiático salvadoreño, responsable de la primera codificación de leyes salvadoreñas.
Sumario
Síntesis biográfica
Nacimiento
Nació dentro de una familia de ascendencia española en el entonces pueblo de San Pedro Metapán, actual ciudad de Metapán, en el departamento de Santa Ana, el 15 de mayo de 1795, como tercer hijo de Francisco Xavier Menéndez y Teodora Posada.
Estudios universitarios
Desde muy niño se trasladó con su familia a la ciudad de Guatemala, en cuyo Colegio Tridentino recibió el título menor de bachiller en Filosofía. Tras ingresar a la Real y Pontificia Universidad de San Carlos se graduó de Licenciado en Jurisprudencia Civil (1818), se incorporó como Abogado de la Real Audiencia, obtuvo sus hábitos de presbítero secular (1819), fue nombrado coadjutor de la Iglesia del Calvario cuyo párroco era el presbítero, doctor y prócer José María Castilla y se doctoró en Derecho canónico (1820).
Pensamiento liberal
Isidro Menéndez fue una de las altas personalidades que juraron el Acta de San Salvador el 21 de septiembre de 1821 y en 1823 fue electo diputado a la Asamblea Nacional Constituyente de las Provincias Unidas de Centramérica en representación del departamento de Sonsonate. Fue uno de los diputados más activos en la redacción de la Constitución Federal de Centroamérica aprobada el 22 de noviembre de 1824.
En 1825 apoyó la decisión del gobierno del Estado de El Salvador de crear el obispado de San Salvador y nombrar como obispo al Dr. José Matías Delgado.
Cargos desempeñados
Trabajó como diputado, senador federal y representante plenipotenciario de los estados de Nicaragua y Los Altos en Quetzaltenango entre 1839 y 1848 ante el gobierno salvadoreño.
En 1832 fue ministro general del gobierno de El Salvador. En 1839 fue electo presidente de la asamblea legislativa ordinaria que se reunió en la capital provisional de San Vicente y cumplió labores como delegado salvadoreño en la convención de Santa Rosa Los Llanos (Honduras), que buscaba reorganizar la Federación Centroamericana.
Tuvo que viajar exilado a Costa Rica, junto con el general Francisco Morazán el 5 de abril de 1840 y al año siguiente recibió de la comisión gubernamental la tarea de elaborar el Código de procedimientos y el Formulario de actuaciones y cartulación y de adaptar los códigos penal y civil de esa república centroamericana, de cuya Asamblea Legislativa llegó a ser vicepresidente en 1842.
A su regreso a El Salvador en 1842 mantuvo discrepancias con el obispo Jorge de Viteri y Ungo, costándole el exilio en Puebla de los Ángeles (México), en el que fue propuesto como provisor y vicario de Chalchicomula.
Retorna al país en mayo de 1845 y en abril de 1846 fue electo miembro de la Junta de Instrucción Pública, rector de la Universidad y de su anexo, el Colegio de La Asunción, al igual que catedrático universitario de Cánones. En diciembre de 1847, el Poder Ejecutivo nacional aprobó los primeros estatutos de la Universidad de El Salvador, redactados por el Dr. Menéndez.
Fue dignatario de la Catedral de San Salvador en 1848, por sus coetáneos fue presiado un fogoso orador, ante quienes ocupó el púlpito sagrado en varias ocasiones. De esas intervenciones, la biblioteca latinoamericana de la Universidad de Texas en Austin (Texas, Estados Unidos) conserva un par de Discursos pronunciados en la Catedral de San Salvador, el 15 de septiembre de 1846 y 1847.
Publicó la Recopilación de Leyes Patrias, compilación sistemática de todas las leyes vigentes en el país desde el período español, federal y republicano, el 9 de enero de 1855
El 24 de febrero de 1858 fue nombrado ministro de Gobernación por el presidente Miguel Santín del Castillo, pero a causa de problemas de salud renunció en julio de ese mismo año.
Su obra mas importante en El Salvador es la primera “ Recopilación de las leyes del Salvador” trabajo que le fue encomendado por el Presidente José María San Martín, dicha recopilación abarca las leyes en vigencia desde la creación de la República hasta el 2 de julio de 1854.
Muerte
El 3 de diciembre de 1858, aquel presbítero y doctor para quien el celibato sacerdotal constituyó siempre una ofensa a la divinidad y a la naturaleza humana, yacía grave en su residencia conventual, apestado por el cólera morbus que causaba destrozos en todo el país. Al entrar la noche, una comisión formada por el general Fabio Morán, el doctor Jeremías Menéndez y Mariano Calderón partió rumbo a Sonsonate, para hacer que el médico Dr. Darío Mazariego asistiera al notable enfermo. Para cuando la comisión retornó, el padre Menéndez estaba ya en tránsito hacia la eternidad.