José Bonifacio Andrada y Silva
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José Bonifacio Andrada y Silva, de 1763‑1838.Político y naturalista brasileño, considerado el creador de la independencia de su país.
Síntesis Biográfica
En Portugal, donde se educó, fue profesor de geología de la Universidad de Coimbra e inspector general de minas. En ese cargo hizo numerosas investigaciones científicas, descubrió varios minerales nuevos y redactó gran cantidad de memorias. Su labor le valió el nombramiento de secretario perpetuo de la Academia de Ciencias de Lisboa. En 1819 volvió al Brasil. Don Pedro, hijo de don Juan VI, ocupaba a la sazón el puesto de regente, por ausencia de su padre. Como la situación política de esas regiones era ya muy propicia a los sentimientos de libertad y don Pedro alentaba esas ambiciones, las Cortes portuguesas decretaron la vuelta inmediata del regente a Portugal, con la excusa de que perfeccionase sus estudios. En esos momentos Andrada participaba en la junta de gobierno de San Pablo y aconsejó al joven príncipe que permaneciese en el Brasil, desobedeciera a las Cortes de Portugal y formase nuevo gobierno. Aparentemente, la independencia estaba lograda, pero Andrada insistió en la necesidad de un rompimiento total. Anunció a don Pedro que Portugal iba a tomar represalias y éste, convencido, decidió hacerse coronar emperador. En el nuevo gobierno, Andrada fue ministro del Imperio y de Relaciones Exteriores. Desde ese alto cargo le Luchar en beneficio de don Pedro contra los elementos liberales, que deseaban la república y se oponían a los privilegios del soberano. Pero pronto estos mismos opositores convencieron a don Pedro de que su ministro era el verdadero responsable de las dificultades surgidas entre la Asamblea Constituyente y el trono. Andrada abandonó el palacio y pasó a ocupar el puesto de jefe de la oposición. Derrotada ésta y disuelta la Asamblea Constituyente, fue desterrado junto con sus hermanos. En 1829 volvió a su patria, y cuando el emperador, como única solución para pacificar el país, tuvo que expatriarse, Andrada fue nombrado tutor del príncipe heredero, don Pedro II. En 1833, después de ser acusado de conspirar en favor del monarca en el destierro, decidió retirarse a la vida privada. Fallece en el año 1838.