José Luis Vilela de Acuña

José Luis Vilela de Acuña
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Datos personales
Fecha de nacimiento19 de marzo de 1953
Lugar de nacimientoLa HabanaBandera de Cuba Cuba
NacionalidadBandera de Cuba Cuba
Carrera
DeporteAjedrez

José Luis Vilela de Acuña. Maestro Internacional de ajedrez y entrenador cubano

Síntesis biográfica

Nació el 19 de marzo de 1953 en La habana. Maestro Internacional de ajedrez y entrenador cubano. Participó representando a Cuba en dos Olimpíadas de ajedrez en los años 1978 y 1982. Ha escrito la colección de libros Ajedrez para todos.

Desempeño deportivo

En el año 1978 hace su tercera incursión se produce en una partida disputada , en el norteño poblado de Decin, perteneciente a la entonces República Checoeslovaca.

El G.M soviético Gennadi Timoscenko era uno de los dos Grandes Maestros participantes (el otro era el húngaro Lazlo Barczay), además de tener uno de los coeficientes ELO más altos del torneo. La partida frente a él fue una importante fuente de inspiración para el logro a la postre del primer lugar compartido en este evento, que dicho sea de paso constituía mi bautismo de fuego en tierras europeas.

El gran maestro Zaitzev había llegado a la Habana precedido por la aureola de ser uno de los entrenadores del Campeón Mundial Anatoly Karpov. Era lógico esperar que respondiera a la apertura de PD con la variante Tartakower del Gambito de Dama Rehusado. Consciente de la solidez de este sistema, se trazó como meta obtener aunque fuera una mínima ventaja que le permitiera jugar una larga partida.

Logró su objetivo, pero con el handicap de contar con muy poco tiempo disponible en el reloj para las doce jugadas restantes hasta el control. No obstante, el carácter tranquilo y marcadamente estratégico de este final, permite orientarse sin necesidad de calcular grandes complejidades tácticas.

Si bien el medio juego es la fase de la partida en que de forma más plena puede plasmarse la faceta artística de nuestro noble juego, indudablemente es en el final donde más cristalina se nos presenta su vertiente científica.

Fue tal vez esta característica tan íntimamente relacionada con el pensamiento lógico, la que desde joven atrajo su atención hacia el estudio de los finales de partidas. Sin olvidar la didáctica y bien estructurada exposición que encuentra quien por primera vez abre las páginas de esa obra clásica de Reuben Fine, “Finales básicos de ajedrez”.

Los años de práctica ajedrecística, claro está, dan la oportunidad de aplicar, a veces de forma repetida y en la mayoría de los casos de forma creativa, el caudal de conceptos ganados en las largas horas de estudio, y por supuesto, de disfrutar tanto el logro de una victoria sutilmente tejida como el de un empate tras ardua y tenaz defensa.

Fuentes