José Martí en El Cerro de Las Pozas
| ||||||
Sumario
Antecedentes
Apenas se habían apagado los gritos de lucha en la manigua cubana, cuando Carlos Socarrás Acosta se ve forzado por la situación imperante a buscar refugio en la manigua. Al respecto existen varias versiones:
- 1ra- por machetear a su cuñado de origen español en el río San Miguel.
- 2da- por abofetear a un oficial español que le faltó el respeto a su esposa en un baile.
- 3ra junto a su hermano Antonio haber participado en la Guerra Grande.
Junto a él va su esposa Antonia Socarrás Barrios y sus hijos. En esta hora difícil contó con el apoyo de 2 de sus mejores amigos, uno apodado el mexicano y otro de piel negra apodado Mambruco; todos ellos con sus respectivas familias. Este sitio conocido hoy por Mambruco, situado en el lindero de las fincas Tres Palmas, Mal Paso y Sitio Ingenio, aún conserva algunas de las matas de lirio silvestres que aromatizaban el entorno de esas viviendas. Cuentan -según la tradición oral- que el mexicano enterró allí mil pesos plata. En este lugar, Socarrás recibía la visita de muchos campesinos que gozaban de su confianza, lo que convierte a esta pequeña comunidad en centro de conspiración y preparación militar para la causa independentista, de esta manera logra reunir bajo su mando una tropa muy bien armada y equipada para empeños mayores. Según testimonios de algunos descendientes de mambises, que lucharon bajo sus órdenes, dan fe que junto a su familia juró que ningún Socarrás entraría como prisionero vivo a un pueblo y el 18 de octubre de 1897, sus hijos Antonio y Miguel, con los grados de comandante y teniente respectivamente, prefirieron morir fusilados y macheteados en la entrada oeste de Bahía Honda antes de incumplir dicho juramento.
En marzo de 1879, José Martí que se hallaba en Cuba desde septiembre de 1878, viaja a Las Pozas con fines conspirativos. Es de suponer que su objetivo era contactar con Carlos Socarrás -quien por su larga estadía en campaña al margen de la ley, conocía como pocos este territorio-, para establecer una importante red de colaboradores, garantizando así la necesaria base social para la lucha que desde New York, organiza el Comité Revolucionario Cubano, encabezado por Calixto García.
El Cerro de las Pozas
El Cerro de Las Pozas es una elevación de 517 metros de altura. Situada en los 22,80° N y 83,26° W , a 8.5 km al sureste del poblado de Las Pozas en Bahía Honda. Este cerro enclavado en el núcleo de la Sierra del Rosario, no debe ser otro que La Sierra Chiquita, aledaña al Pan de Guajaibón y el Asiento de Cacarajícara donde Maceo el 30 de abril de 1896 libró la encarnizada batalla de Cacarajícara.
El Viaje
El viaje se llevo a cabo en 2 etapas: la 1ra por ferrocarril desde la terminal de Cristina, en La Habana hasta San Cristóbal; la 2da, a caballo, desde San Cristóbal hasta el cerro de Las Pozas. El hecho de que Martí estuviera acompañado durante la 2da etapa por una “lucida caballería”, evidencia además, que el viaje fue bien pensado por su significación para la causa cubana. Lo antes dicho permite afirmar que el viaje se realizó entre el 31 de agosto de 1878, que arriba a Cuba amparado en la infausta Paz del Zanjón y el 25 de septiembre de 1879, en que nuevamente es desterrado por sus labores conspirativas. Según Ibrahím Hidalgo Paz, el viaje ocurre en marzo de 1879.
Nuevas investigaciones permiten hacer precisiones acerca de los objetivos del viaje, el nombre de algunos de los participantes y las razones por las cuales el cerro de Las Pozas fue escogido para tan magna cita. Aspectos que fueron celosamente guardados por el Apóstol, sin dudas para proteger la identidad de los patriotas, que debían crear las condiciones para poner la región en pie de lucha, en apoyo a la contienda que se avecina. Su muerte prematura, le impiden dar más luz de los pormenores del viaje.
En este sentido, trabajos posteriores revelan que Martí descendió del tren en el antiguo paradero de San Cristóbal, situado en el kilómetro 102,5 de la vía férrea. En la intersección de la línea del ferrocarril con la calle San Cristóbal -hoy Rafael Peña-, porque era el más cercano al cerro de Las Pozas o Sierra Chiquita -17 kilómetros al sureste-. Además, porque en esos momentos el servicio ferroviario al occidente de La Habana, solo llegaba hasta San Cristóbal motivo por el cual fue construido un viradero de locomotoras para que el tren pudiera regresar. Este viaje de 102,5 kilómetros, por ferrocarril y varias horas de duración, fue el más largo del que se tengan noticias que realizara en Cuba utilizando ese medio de transporte.
La reunión
A tono con su intensa labor unitaria, a los pocos meses de arribar a Cuba, vemos a un Martí “conspirando activamente con Juan Gualberto Gómez, en conexión con el Comité Revolucionario de New York”. En este sentido, queda claro que su objetivo primordial es crear con los compatriotas de la comarca, una célula del Club Central Revolucionario Cubano con sede en La Habana del cual funge como vicepresidente desde el 18 de marzo con el seudónimo de “Anáhuac”. De esta forma se inicia como dirigente del movimiento emancipador cubano.
En la reunión conspirativa junto a Martí, participaron algunos de los revolucionarios y conspiradores de San Cristóbal, que aparecen en la lista publicada por el Archivo Nacional en 1916. Pero sin dudas, por su larga trayectoria revolucionaria, se deben incluir, los hermanos Manuel y Miguel Vigoa Collazo y Pedro y Juan García Simancas, quienes tomaron parte en la Conspiración de Vuelta Abajo, por lo cual fueron sancionados al destierro y más tarde lo hicieron en la de Francisco Javier Cisneros.
A lo anterior se suman, Julio, José, Luis, Antonio, Rafael y Fran¬cisco Vigoa Borges, hijos de Manuel Vigoa, "por quien fueron educados en las serranías de San Cristóbal en el culto a la patria." Todos habían conspirado en la Guerra Grande y posteriormente en la de Guerra del 95. Uno de ellos, Francisco, gozó de la confianza de Maceo y fue prefecto de San Blas y Eduardo García Vigoa -hijo de Pedro García Simancas y nieto de Manuel Vigoa Collazo- años después, en 1895, se alzo en la provincia de Matanzas y termino la guerra con el grado de General de División.
La zona montañosa en las inmediaciones de la Sierra del Rosario, es un sitio ideal para fines conspirativos. El territorio elegido por Martí, reúne las condiciones necesarias para desarrollar la guerra irre¬gular, tal como lo reconoce Miro Argenter al referirse a estos macizos montañosos: "[...] son lugares a propósito para emboscadas y asaltos. Cien insurgentes que conozcan las entradas y salidas del bosque, los pasos de los arroyos y las bifurcaciones de los caminos pueden hacerle frente a mil y a dos mil soldados del ejército regular".
A las ventajas anteriores suma, su cercanía al mar y a la capital de Cuba -100 kilómetros aproximadamente-, lo que posibilita recibir refuerzos del exterior y la llegada por tierra de hombres y pertrechos respectivamente. Por otra parte, un alzamiento militar bajo estas condiciones, podía contribuir al deterioro moral de las tropas que sostienen la colonia, al descrédito de sus generales y en última instancia, podía estremecer los cimientos de la Metrópoli. Estas razones en alguna medida fueron determinantes para que esta comarca jugara un papel protagónico en el devenir histórico nacional y local.
En el cerro Las Pozas o mejor la Sierra Chiquita, Martí llevó a cabo esta importante reunión conspirativa, por ser éste el sitio geográfico en que confluyen numerosos caminos, transitables a caballo, que enlazaban las áreas montañosas de la Sierra del Rosario correspondientes a los municipios de Candelaria, San Cristóbal, Los Palacios, La Palma, Bahía Honda y Cabañas, donde ellos vivían, y que podrían utilizar para acudir sin dificultad ni demora a la cita con la patria. Otra condicionante debió ser la presencia de un magnifico camino de 29 kilómetros -5,2 leguas-, que partiendo a caballo desde el paradero del ferrocarril, en pocas horas se podía arribar al sitio de encuentro.
Memorias de José Martí

El espectáculo que vi en Cuba, al bajar del ferrocarril hace 12 años, camino al cerro de Las Pozas. ¡Qué palmar aquel tan melancólico; qué color de sangre el de los pájaros aquellos; qué riada tan tupida, por toda la borda del río, buena para pelear; qué velo y pena los de la naturaleza!
Iba con Patria una lucida caballería, con más trenzas y lazos de los que convienen a un pueblo en servidumbre, y de pronto sintió que se le volvía en el pecho el corazón: paró la rienda. – Un negro joven, con las trabas de hierro de la cintura a los dos pies, hablaba del otro lado de la cerca, a una esclava cubierta de harapos.
Los espantó la cabalgata. Echó a huir por la cañada la infeliz. Se acurrucó al pie de la palma el negro encadenado. Y esto, y otras memorias, hacen muy triste para Patria el dialecto negro.
Mapa Antiguo de la Zona

Mapa del lugar donde se desarrolló el encuentro

Mapa del lugar donde se desarrolló el encuentro, en la Sierra Chiquita, al sur del Pan de Guajaibón.
Fuentes
MsC Máximo Vieyto González, Profesor Auxiliar e Historiador del Municipio Bahía Honda.