Mona Lisa

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La Gioconda
Mona Lisa
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Obra de arte considerada el retrato más famoso de la historia del hombre.
Datos Generales
Autor(es):Leonardo da Vinci
Año:1503 - 1506
País:Bandera de Italia Italia
Datos de la Pintura o dibujo
Estilo pictórico:Óleo sobre tabla de álamo
Técnica:Pintura al óleo
Dimensiones:77 X 53 cm
Localización:Museo del Louvre

Mona Lisa, también conocida como La Gioconda, es una obra de arte pintada por el célebre italiano Leonardo da Vinci, muchos la consideran el retrato pintado más famoso de la historia del hombre y ha esclavizado al mundo con su mirada.

Características del cuadro

Se trata de un óleo sobre tabla de álamo de 77 x 53 centímetros, pintado entre 1503 y 1506 (al estilo del Renacimiento italiano), y retocado después. El paisaje de fondo es agreste, salvaje y de un matizado tono azul. El autor empleó el esfumato, la técnica de difuminar suavemente los rasgos hasta hacer indefinibles los contornos. Usó el color ocre quemado para sombras oscuras, y albayalde y amarillo sulfuroso para dar tono a la carne.

La pintura

Al parecer, en él se retrata a una dama florentina de nombre Lisa Gherardini, que se casó en 1495 con Francesco del Giocondo, de donde procedería su sobrenombre, Lisa Gerardini del Giocondo. De entre la visión de paisaje irreal de fondo, conformado por ríos que fluyen, brumas y vapores, juegos de luces y vibraciones de colores, resalta la figura de la mujer, cuya enigmática sonrisa constituye lo más atractivo del cuadro, en el cual, según se dice, Leonardo da Vinci consiguió plasmar el alma humana.

Fue la última gran obra salida de las manos del afamado pintor en el siglo XVI, pues nunca la entregó a quien se la encargó y siguió retocándola hasta sus días finales. Giorgio Vasari (1511-1574), quien escribió sobre la vida de los principales artistas de la época, cuenta que Leonardo empleó en la elaboración del retrato unos cuatro años.

Historia actual

En abril de 2004, un equipo de curadores en París anunció el inicio de una investigación científica sobre la pintura, ante los signos de deterioro que mostraba. El fino panel de madera en que fue pintado el retrato se había deformado desde su última evaluación. Entonces, el Centro de Investigación y Restauración de Museos de Francia, además de evaluar la vulnerabilidad de la pintura a los cambios climáticos, estudió los materiales utilizados en la obra.

Un tiempo después, la Mona Lisa pasó de la pequeña Sala Rosa del Louvre a una más amplia y renovada, la Sala de los Estados, una galería que sirvió como cámara de debate parlamentario hasta el año 1870. Hace cuatro años fue sometida a una renovación, por un valor de 6,1 millones de dólares, labor que estuvo a cargo del arquitecto peruano Lorenzo Piqueras.

Hoy, el cuadro se mantiene con la temperatura y la cantidad de vapor de agua contenida en el aire a los niveles constantes de 20 grados y 50 por ciento de humedad relativa. Además, está cerrado herméticamente, protegido del frío, el calor y la respiración de los seis millones de visitantes que anualmente lo acosan.

Notoriedad

A La Gioconda se le considera el retrato pintado más famoso de la historia del hombre, aunque según consta en Wikipedia, los eruditos opinan que no por ello es el mejor, ni siquiera ocupa un lugar entre los diez o 20 más sobresalientes. Atribuyen su notoriedad tal vez a las múltiples referencias literarias, a las otras tantas interpretaciones sobre la protagonista y al robo escandaloso del que fue víctima, ocurrido el 21 de agosto de 1911, que protagonizara el pintor Vicenzo Perrugia.

Su misterio

Mirada de La Gioconda

Sería difícil calcular el tiempo que los habitantes de este planeta han dedicado durante su vida a escudriñar los detalles de uno de los cuadros más famosos del Arte Universal. Bien frente a una reproducción, o al original, en el famoso Museo del Louvre, cualquier observador ha probado mirar una y otra vez el célebre retrato, de un ángulo u otro, con la intención de sorprender el misterio de su sonrisa.

Pero no solo los curiosos y los propios artistas de la plástica se han detenido a estudiar el enigmático gesto, la ciencia también lo ha investigado. Margaret Livingstone, neurobióloga de la Universidad de Harvard, asegura haber puesto fin a la histórica incógnita con los resultados de sus estudios acerca de la sonrisa más controvertida de la historia, expuestos en el Congreso Europeo de Percepción Visual, celebrado en La Coruña, España, a mediados de 2005.

asegura haber puesto fin a la incógnita de la controvertida sonrisa

Según fuentes que participaron en la cita, la expresión de la pintura es una ilusión que aparece cuando la vista se fija en las otras partes del cuadro y desaparece al mirarlo directamente, debido a la peculiar manera en que el ojo humano procesa las imágenes. El pintor logró ese efecto después de mucho análisis. Entre 1473 y 1518 escribió una serie de ensayos para su Tratado sobre Pintura, en el cual se refirió a la perspectiva lineal, que denominó "pinturas que engañan el ojo".

Los trucos completamente intuitivos usados por el polifacético italiano para realizar su obra maestra, comienzan a tener fundamento científico. La teoría de la investigadora se apoya en el hecho de que el ojo humano tiene una visión central, muy buena para reconocer los detalles, y otra periférica, mucho menos precisa, pero más adecuada, para reconocer las sombras.

Livingstone afirma que Da Vinci pintó La Gioconda usando sombras que vemos mucho mejor con nuestra visión periférica. Por eso, para verla sonreír hay que mirarla a los ojos o a cualquier otra parte del cuadro, de manera que sus labios queden en el campo de la perspectiva periférica.

Según los argumentos de la experta, el ojo usa dos tipos de visión: la fotópica, fóvea o directa, y la escotópica o periférica. La primera es excelente cuando se trata de percibir detalles, pero no para las sombras. Quiere decir que mientras más fija esté la mirada de una persona, menos útil es la visión periférica. Para ilustrar este efecto, la Livingstone invita a concentrar la mirada en una sola letra sobre una página impresa y comprobar cuán difícil es reconocer las otras, por más cerca que estén.

Atañe que el mismo principio explica la incógnita de la sonrisa de La Gioconda. "Si el centro de la mirada es el fondo de las manos, lo que significa que su boca es vista desde el lado de la periferia ocular o visión de baja frecuencia, la sonrisa de la Mona Lisa aparenta ser más alegre. Pero esta imagen se desvanece al observar su boca, como una débil estrella, directamente", afirmó la experta, y fundamentó que la cualidad elusiva de la sonrisa de la Mona Lisa se debe a estar formada casi en su totalidad por frecuencias espaciales bajas, y por ello se ve mejor con la visión periférica.

Varias agencias de noticias y diarios que reportaron la presentación del estudio científico, coincidieron al informar que la neurobióloga aseveró:

Estoy desmitificando los procesos de algunos artistas (...), pero no denigrando su arte. Los impresionistas, Da Vinci, Chuck Close, Robert Silvers, por ejemplo, descubrieron verdades fundamentales que los científicos apenas estamos empezando a dilucidar.

Después de publicar la teoría acerca de que los cambios de expresión de La Gioconda se deben a que la visión central supera en resolución a la periférica, la científica estadounidense estudia por qué tantos genios de la pintura tenían alguna deficiencia visual. De Rembrandt, por ejemplo, adelanta que su estrabismo le reducía la capacidad de ver en tres dimensiones, lo cual considera beneficioso, porque:

tener una pobre percepción de la profundidad puede ser una ventaja en una profesión en la que el objetivo es plasmar el mundo tridimensional en un lienzo plano.

Pero el retrato de la Mona Lisa no solo ha llamado la atención de esta científica. En diciembre de 2005, la Agencia AFP publicaba que según los resultados de un análisis realizado por un programa computadorizado de reconocimiento de emociones, en la Universidad de Ámsterdam, la Mona Lisa era una mujer feliz en un 83 por ciento, estaba hastiada en un nueve por ciento, atemorizada en un seis, y enfadada en otro dos por ciento. El algoritmo, desarrollado por investigadores holandeses en colaboración con los de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, intentó determinar los sentimientos que experimenta una persona a través del examen de sus rasgos faciales, como la curvatura de los labios o las arrugas alrededor de los ojos.

Fuentes