La verdad de lo invisible
| ||||||||||
La verdad de lo invisible. Vivencias de un director de arte del cine.
Sobre el libro
Escribir sobre dirección de arte se torna difícil, pero de alguna forma este libro es el recuento de una vida dedicada a la escenografía y a esta profesión. Lacosta muestra la verdad de todo lo que se esconde detrás de los diseños, de la complejidad de una obra, e inicia el recorrido con la definición de la escenografía y sus particularidades. Ilustra con obras emblemáticas en las que ha sido creador y, al mismo tiempo, valora la de otros colegas y especialistas en cada una de las particularidades que integran la dirección de arte, término polémico, que define y defiende un principio necesario para toda obra audiovisual.
Sobre el autor
Jorge Luis Acosta desde los 14 años era un apasionado de la investigación sobre cine. A partir de esa edad comenzó un registro de información sobre todas las películas que se exhibían en las salas de cine en Camagüey y aquellas que se presentaban en la televisión cubana. Ese registro es una base de datos en la que se detalla: Director, año de producción, principales artistas, premios de las películas, incluyendo los Oscar, y los recortes de periódicos sobre las reseñas que los críticos de cine realizaban a algunas de ellas.
Fue proyeccionista de cine entre 1966 -1969 en la provincia de Ciego de Ávila desde el Politécnico “Ciudad de la Juventud”. Proyectaba películas de la Distribuidora en La Habana tanto a los alumnos como en campamentos cañeros de la misma región. Participó en dos cursos de Apreciación cinematográfica impartidos por Luciano Castillo en la ciudad; al tiempo que, estuvo en la inauguración de todas las salas de video que se inauguraron en la provincia de Camagüey hasta 1999.
A partir de 1997 comenzó una investigación sobre el cine en Camagüey, consultando como fuentes principales la prensa provincial que se encuentra en todos los fondos de archivo del país. Ha escrito la historia de todas las salas de cine y teatros de cada municipio y de la ciudad de Camagüey desde 1899 a 1980. Ha consultado junto a su hija Clara Acosta (también investigadora del cine cubano), toda la prensa habanera y los diarios territoriales que se atesoran en cada biblioteca provincial y en las logias de numerosos municipios.
Ha consultado prensa norteamericana desde 1896 a 1910 y las vistas panorámicas cubanas atesoradas en fondos alemanes. Ha registrado la información disponible en el “Diario de la Marina” de buena parte del siglo XIX, sobre los equipos de proyección, anterior al cinematógrafo, que llegaron a Cuba y que recorrieron varias provincias.
Asimismo, ha conformado un manuscrito sobre todas las regulaciones que fueron estableciéndose en la exhibición, proyección y comercialización de las películas en Cuba.
