Las boticas y boticarios en el San Germán republicano

Las boticas y boticarios en el San Germán republicano.
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Lugar:San Germán, Bandera de Cuba Cuba
Descripción:
Estudios realizados sobre las boticas y boticarios en el San Germán republicano.

Las boticas y boticarios en el San Germán republicano.

Introducción

La historia de San Germán es muy rica y variada. También las farmacias tuvieron su impronta en el acontecer de la actual ciudad de San Germán, son memorias y raíces que forman parte de la identidad, y que distingue, diferencia y caracteriza a San Germán como pueblo. Son sin duda alguna, componentes que están vinculados al desarrollo de la actividad comercial del territorio, con antecedentes muy activos, muy grabados en la memoria.

El término botica era muy peculiar en el léxico popular, es un vocablo que prácticamente ha desaparecido en la contemporaneidad. El término botica y farmacia ha sido empleado en diferentes etapas históricas.

Antecedentes

La primera farmacia registrada en San Germán, se remonta al año 1920 en el que el señor Dr. Juan Abraham Logiere y Rosell, con sólo 26 años, instala su establecimiento con un capital declarado de 1000 pesos.

Luego en el año 1921, el Dr. Favila de la Cruz, con sólo 27 años, y según consta en el Registro Mercantil, funda otra farmacia con un capital declarado de 4 000 pesos.

Por estos años 19201924 la población ascendía a 1179 habitantes, categorizada como de quinta según consta en los documentos trabajados. Recordemos que por esta fecha éramos un barrio de San Francisco, lugar donde se encontraba la alcaldía de pueblo.

En el año 1923, procedente de Santiago de Cuba, el señor Joaquín Constantino Beau instala una nueva farmacia, mientras que en 1924, el señor Inocente Rogelio Cuervo, procedente de Nueva Paz, funda en el central Presidente en Rey una farmacia y ese mismo año; en Estrada, la doctora María Luisa Betancourt Gilabert, de Holguín, funda la farmacia Betancourt. En el año 1925, el doctor Tomás Padro Álvarez inaugura una nueva farmacia en San Germán. Corría el año 1929 y procedente de Santa Clara, el señor Alberto Padro Ramos monta su farmacia en la avenida Kerr.

La farmacia Muñiz, bajo la tutela de la doctora Caridad Manduley, aparece registrada en el año 1933. En el año 1936, el doctor Manuel de La Cruz inaugura una nueva farmacia llamada “La Especial”, sita en la avenida Kerr y Mal Tiempo.

En el año 1945 Osvaldo Luciano Ríos toma posesión de su farmacia en la propia dirección de la farmacia de La Cruz. El señor Pedro Rubiales Pérez, de Camagüey, inaugura una nueva farmacia en el territorio; mientras que en el año 1950 en doctor el doctor Nicolás Dionisio Frías Castro inaugura una nueva farmacia en la avenida Picasso (23) esquina Juan Clemente Zenea.(16)

En la década de 1950 estaban establecidas cinco farmacias: Muñiz, Luciano, Frías, y las dos de Joaquín Rodríguez, la actual Piloto y la del Batey.

Descripción de farmacias

Para que una farmacia pudiera establecerse, tenía que estar amparada por el título de doctor o doctora en farmacia. Muchos de estos profesionales no eran propietarios pero servían como regentes y cobraban por ello un monto de hasta 150 pesos mensuales, aunque no ejerciera en la misma; tal es el caso de la doctora Nélida García Salvador, que regenteaba la farmacia del Batey y la Piloto.

Las farmacias contaban con cerca de 20 empleados. Hasta el propio administrador atendía al público. Un viejo empleado nombrado Beby García relató que todos los métodos se transcribían a máquina para facilitar una mayor comprensión del paciente. Cuando faltaba un medicamento se solicitaba a Holguín por teléfono y un mensajero llevaba el mismo a la antigua Terminal de ómnibus Crespi y en el primer ómnibus que saliera se enviaba el mismo, incluso lo hacían llegar a la propia casa. Mucho esmero para atender al público. Era común en las farmacias encontrar pesas en las que se introducía un centavo y junto con el pesaje aparecía un mensaje.

En las farmacias también se comercializaban otros productos y medios de propaganda como almanaques, imágenes y estampas de santos, que en su mayor parte promovían algún producto. Muchas personas preferían acudir al boticario y no al médico. El boticario era una figura pública muy reconocida. Las farmacias contaban con su laboratorio.

Fuentes

  • Calzadilla Expósito, Pedro Jorge. La actividad comercial en el San Germán republicano. Holguín: Municipio Urbano Noris.Consultado en marzo de 2014.