Latassa

Latassa
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Félix de Latassa y Ortín.jpg
NombreFélix de Latassa y Ortín
Nacimiento1735
Zaragoza, Bandera de España España
Fallecimiento1805

Félix de Latassa y Ortín (Zaragoza, 1735-1805). El más importante bibliógrafo de la literatura aragonesa.

Datos biográficos

(Zaragoza, 1735-1805). El más importante bibliógrafo de la literatura aragonesa. Estudió, en la Universidad de Zaragoza, Filosofía y Teología. En 1762 era ya doctor en esta última materia. Como religioso obtuvo primero el curato de Juslibol, fue después racionero de La Seo zaragozana, deán de la misma y canónigo. Escribió una Memoria de los racioneros de mensa de la iglesia metropolitana del Salvador (1798) y la famosísima Biblioteca de escritores aragoneses, el intento más riguroso de recoger y documentar la vida y obra de todos los escritores habidos en Aragón desde el nacimiento de Cristo hasta el siglo XVIII. Dividida en dos partes, la primera, dedicada a D. Juan Martín de Goicoechea (2 tomos, Zaragoza, 1796), abarca hasta 1500; la segunda, o Biblioteca nueva, dedicada a Pérez de Larrea (6 tomos, Pamplona, 1798-1802), alcanza hasta la Edad Contemporánea. La obra fue más tarde refundida en forma de diccionario biobibliográfico de autores aragoneses por el archivero del Colegio de Abogados de Zaragoza, Miguel Gómez Uriel, quien la define como la obra «más rica y abundante de cuantas en su género se han publicado en España».

Latassa, en esa ardua tarea de rastrear la biografía de autores y sus obras más significadas, se sirvió fundamentalmente de los archivos y documentos que conservaban algunas órdenes religiosas en conventos y monasterios. Él mismo, en el prólogo a la obra, reconoce la dificultad de acceder a los materiales especificamente aragoneses. La dispersión de fondos como los de Montearagón, San Juan de la Peña, Archivo del Reino e incluso los documentos que Zurita legó al Aula Dei, la pérdida de bibliotecas particulares y la dificultad de localizar en las nacionales y extranjeras esa documentación fueron, según el autor, sus más serios obstáculos, pese a que conociera las fuentes de El Escorial, Biblioteca Real de Madrid, Simancas, El Vaticano, Varsovia y París.

Su método, según confiesa, «me ha parecido que debía apartarse del orden alfabético, confuso y desordenado que adoptaron Nicolás Antonio y A. Mongitore en la Biblioteca sícula, prefiriendo el orden de los tiempos que puede en algún momento suplir el defecto de una historia literaria». Cita como modelos la Cimbria literata de Juan Moller (Copenhague, 1744), la Historia literaria de Alemania de Juan Federico Reinau (1708-1710), el Catálogo de escritores de Martin Hanck y las obras del canciller Bacon y Brocke. No obstante, y pese a las críticas que Latassa dedica a Nicolás Antonio, bibliógrafo sevillano adelantado a su tiempo, la Biblioteca de escritores aragoneses se inscribe en las iniciativas del siglo XVIII español que siguen el método iniciado por la Bibliotheca hispana vetus y Bibliotheca hispana nova (1672-1696) y que ilustran el nuevo espíritu, enciclopédico y riguroso, de un siglo ávido de noticias y documentos de los tiempos pasados. Un camino que en el resto de España, y en los lugares respectivos, recorrieran también Rodríguez de Castro, José Rodríguez, Casiri, Ximeno, Pastor Fuster y Sempere y Guarinos, aunque éstos no lograran reunir la abigarrada y siempre imprescindible documentación del erudito aragonés.

Fuentes