Lengua materna en el grado preescolar

Lengua Materna en el grado preescolar
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Concepto:ha de darse tal cual sucede en la vida cotidiana, sin estructurar situaciones o vías pedagógicas artificiales

Lengua Materna en el grado preescolar. En este grado es determinante la comunicación verbal, y no la apropiación del conocimiento del objeto en sí mismo; esto es un viraje diametral en la forma tradicional de enfocar este tipo de actividad, y se hace de la expresión oral el aspecto básico al que se subordinan el resto de los componentes.

La asimilación de la Lengua Materna ha de darse tal cual sucede en la vida cotidiana, sin estructurar situaciones o vías pedagógicas artificiales, ajenas por completo a lo que el niño está viviendo.

Aspectos principales

  • Vocabulario
  • Construcción gramatical
  • Expresión oral
  • Literatura Infantil
  • Análisis fónico
  • Preescritura

Los dos últimos son el fundamento para la asimilación futura de la lectura y escritura en el primer grado de la Escuela.

Vinculación con otras áreas del desarrollo

La Lengua Materna se vincula en este año de vida con las demás áreas del conocimiento, particularmente con aquellas referentes al conocimiento del mundo natural y social, las que aportan contenidos que son ejercitados en esta área. A su vez el Juego constituye otra importante vinculación, como consecuencia de las interrelaciones, lúdicras y reales que establecen los niños.

También se vincula con el programa de Lengua Española del Primer grado, al que sirve de base en sus contenidos fundamentales: expresión oral, análisis fónico y control muscular para la preparación de la escritura.

Vocabulario

La evolución del lenguaje juega un papel importante, la estructuración y desarrollo del componente léxico-semántico, es decir, el vocabulario del niño. Para el análisis de este componente es necesario tener en cuenta el llamado vocabulario pasivo (palabras que el niño conoce pero que no utiliza durante su expresión) y el vocabulario activo (palabras que utiliza durante el acto verbal de forma libre y espontánea). En el niño del sexto año debe ser posible, como resultado de todo el sistema de influencias educativas y particularmente de la Lengua Materna, su expresión oral de manera fluida y coherente, en la que los vocablos utilizados se correspondan de forma adecuada con el objeto, ideas o fenómenos que designan, y que las palabras que conoce en su vocabulario pasivo, se expresen de manera activa, de acuerdo con la situación específica.

Desde este punto de vista, el trabajo con el vocabulario no solamente se dirige a la comprensión y utilización de nuevos términos, sino a formar una actitud consciente hacia la palabra, y enriquecer su amplitud con la inclusión de adjetivos, adverbios, verbos y sustantivos que tengan carácter generalizador.

Expresión oral

El dominio de la lengua materna no solo consiste en la habilidad para estructurar correctamente las oraciones, sino también el aprender a comunicarse, a relatar, a describir los objetos y hechos del mundo circundante mediante oraciones relacionadas y ordenadas que expresen la esencia de lo que se pretende decir. Esta expresión se caracteriza por tener un lenguaje coherente.

El lenguaje coherente es la expresión o exposición de un contenido de forma lógica, sucesiva y precisa, comprensible en sí misma, expresado mediante palabras exactas y oraciones gramaticalmente estructuradas de forma correcta.

El desarrollo de la lengua materna en este año de vida requiere de los niños la necesidad de trasmitir verbalmente sus ideas, sus opiniones, sus vivencias, lo que exige un perfeccionamiento de su expresión oral, la que ha venido estructurándose desde años anteriores.

La expresión oral puede asumir la forma de diálogo o de monólogo en el cual el primero precede al segundo. Es decir, la coherencia del lenguaje monologado comienza a formarse dentro del diálogo, que es la primera escuela del desarrollo de la expresión oral y en general de la activación del lenguaje.

Desde este punto de vista el niño primero aprende a responder preguntas, a establecer una comunicación oral, a conversar, y luego a expresar su pensamiento, a relatar, a narrar, a decir sus vivencias o experiencias por sí mismo, de manera lógica y gramaticalmente correcta para que los demás puedan entenderlo. Unas actividades reforzarán más el diálogo y la conversación, y otras las formas del monólogo: rimas, narraciones, etcétera, pero ambas formas parten de la expresión oral del niño

Trabajo con la familia

Es importante en este ciclo que las maestras incluyan en el contenido de trabajo con la familia la influencia de ésta para el desarrollo del lenguaje del niño.

Orientaremos a la familia que su contribución es necesaria para que el niño desarrolle sus potencialidades y con ello el surgimiento de un lenguaje gramaticalmente correcto, culto, coherente y amplio; por lo que le enfatizaremos en el patrón lingüístico que todos los que rodean al niño deberán mostrar. Se trabajará con todos los padres con el carácter diferenciado que el trabajo con la familia exige.

Se enfatizará en el ambiente agradable que rodeará siempre estas acciones como parte de la propia relación familiar y que nunca constituirá un "repaso" por dificultades que posee el niño en el cumplimiento de tareas docentes.

Es necesario que la familia sepa cuál es el desarrollo alcanzado por su niño, cómo puede contribuir a continuar en el hogar el trabajo iniciado en el círculo o escuela; y sobre todo, cómo pueden hacerlo.

Los paseos y el juego de roles, son ocasiones importantes para la ejercitación de la construcción gramatical, de la ampliación del vocabulario y de la expresión coherente del lenguaje, por lo que la maestra aprovechará para orientar un lenguaje gramaticalmente correcto, evitando la asimilación de errores y propiciando la construcción de oraciones complejas.

Fuentes