Los derroteros, mitos del campesinado cubano

Los derroteros, un mito de los campos cubanos
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Concepto:Leyenda

Los derroteros, significan dinero enterrado, generalmente en botijas, las cuales, a la muerte de su dueño permanecían ignoradas. El mito del derrotero perdido cunde la Isla, y sirve de base a la enorme superstición y la fantasía, tantas veces generadoras del mito.

Mitos de los derroteros en Cuba

A todo lo largo de la isla y principalmente en los campos de Cuba , abundan las historias de los derroteros y de las múltiples formas y maneras que se manifiestan. Son abundantes las apariciones de señores, generalmente vestidos con trajes impecables o carabelas montadas a caballo. Otra forma de presentarse los derroteros según la mayoría de los lugares en Cuba, es a través de los sueños, donde les indicaban el lugar exacto y los pasos a seguir, fecha y hora indicada para realizar la extracción. Seguidamente se presentan los principales mitos, existentes en Cuba, sobre los derroteros


1.- Cuando un hacendado o un bandido enterraba un tesoro, generalmente asesinaba al peón que había hecho el pozo para doble fin: Primero, que nadie supiera dónde había quedado escondido; y segundo: que al quedar enterrado junto al dinero, su alma quedara ahí atrapada para convertirse en el guardián cuya presencia asustaría a todo aquél que se acercara al lugar. Este mito es el que ha popularizado las historias de fantasmas agresivos que atacan súbitamente a quien se acerque aunque sea por casualidad al lugar en custodia.


2.- Cuando una persona oculta un tesoro, su alma no tendrá descanso y penará cerca del entierro de aquellos valores hasta que alguien lo saque. Por eso es que se habla de aparecidos que hacen señas llamando a casual transeúnte y señalando el lugar del precioso entierro.


3.- Si alguien vende un caballo y entierra el dinero, al paso de los años, cuando el animal muera, un caballo fantasma se empezará a manifestar en el lugar del dinero enterrado. Esto es para explicar la aparición de puercos, gallinas, toros, y otros animales domésticos.


4.-El dinero enterrado va produciendo ciertos gases tóxicos y alucinógenos que pueden envenenar la sangre de quien los respire y crearle alucinaciones; por eso son famosas las historias de apariciones espantosas cuando están ante el tesoro o también la plática sobre personas que enfermaron hasta llegar poco a poco a la muerte.


5.- Fuegos fatuos: Es creencia muy difundida que los metales preciosos como el oro, cobre y bronce, van acumulando gases sin olor, pero muy tóxicos, que matan poco a poco a quien llegue a sacar un tesoro. Los metales preciosos, cada cierto tiempo liberan el gas acumulado, y al contacto con el aire, se enciende formando una llama a veces azulosa, a veces roja. Esta llamarada se levanta por unos segundos y luego se va haciendo pequeña hasta extinguirse. Como es una llama que no quema, que no es capaz de encender ni el pasto seco, se le ha llamado “fuego fatuo” y para los buscadores de tesoros es esta la mejor señal para localizar los entierros. Según el tamaño de la llamarada, es el tamaño del tesoro. Para protegerse de los gases tóxicos, debe usarse una máscara antigás, o atarse por detrás del cuello un pañuelo mojado tapando la boca y nariz, o debe sacarse el tesoro después que haya liberado los gases al manifestarse la llama. Pero con todas estas precauciones, todavía hay qué abrir el cofre o recipiente y dejar airear los metales antes de cargarlos.


6.- No toda aparición trae dinero: Es rutina ancestral en todos los tiempos y culturas tener un lugar especial para enterrar a los difuntos. Pero cuando una persona fue enterrada clandestinamente en algún lugar que no sea el panteón o los terrenos de una iglesia -que antes también era usada para inhumaciones-, el alma de aquel que descansa en algún monte, sierra o casa particular, se manifestará en apariciones hasta que alguien saque sus huesos y los lleve a descansar a un campo santo. Aquí es cuando se dice que no toda manifestación sobrenatural significa dinero.


7.- La muerte espera: Es tradicional el creer que alguien tiene que morir al desenterrar un tesoro; así pues, alguien morirá por inhalar los gases fatídicos, o debido a una maldición, morirán dos de cada cinco o tres de cada siete, pues el guardián de los dineros cobrará venganza y esta se puede consumar días después de la aventura. Si esta maldición no cristaliza en la muerte de ninguno de los exploradores, entonces el fatalismo lleva a creer que la venganza del espíritu guardián cobrará su cuota de muerte en un familiar de cada uno de los que iban a morir.


8.- El ataque fantasma: Los fantasmas son seres etéreos, incapacitados para hacer contacto físico con un cuerpo humano. Se les puede oír, se les puede sentir o ver, pero no se les puede ni nos pueden tocar. Entonces, ¿cómo nos podrían hacer daño? La tradición popular dice que el daño es solo imaginario, su ataque es psicológico. Nos pueden atacar y hacernos sentir dolor y hasta podemos ver brotar nuestra sangre por las heridas que nos causen; pero al abandonar el lugar del tesoro, descubriremos que nuestras heridas o desaparecieron o nunca existieron. Quien resista el ataque fantasma puede llegar a conquistar el tesoro, pero quien no tenga capacidad suficiente para resistirlo aparecerá muerto, sin huellas de violencia y se dictaminará que murió de un infarto.


9.- Las armas y las bebidas: Cuando se busca un tesoro no se deben llevar armas de fuego ni punzo-cortantes, pues esto ahuyentará al espíritu que señala el lugar porque desea entregar el tesoro. Además las armas son muestras de desconfianza, que es señal de predisposición a la violencia por codicia, inconformidad, envidia, avaricia y demás pasiones que ahuyentan a las fuerzas espirituales benignas y llaman a los seres del mal. Así que cuando no se busca tesoros con el corazón limpio en vez de riquezas lo que van a obtener es un susto que puede costarles hasta la vida.

Leyendas por toda Cuba

Villa Clara EL MUCHACHO Y LA VOZ Un muchacho quería ir al circo, pero su padrastro no le quiso dar el dinero. ¡Vete a guataquear!, le dijo. El muchachito se puso a guataquear. Al llevar un tiempo trabajando oye una voz que le dice: «Te vas a encontrar dinero, pero más del que necesitas. Ve a la mata que hay junto al pozo y escarba allí, pero eso sí, tienes que ir solo, si va alguien contigo tú morirás». El muchacho se lo contó al padrastro y éste se empeñó en ir y efectivamente encontró el dinero pero el muchacho murió seis meses después. Informante: Nerdo Figueroa Díaz. Santa Clara.


EL TESORO Según cuenta mi abuela, en cierta ocasión, un día cualquiera, dice ella, que salió su papá a dar una vuelta por la finca y cuando venía de regreso se encontró con un hombre que le dijo: —Narciso, si usted quiere que le diga donde hay un dinero enterrado, tiene que prometerme primero que va a ir solo, pues si va acompañado no encontrará nada. Y le contó el sitio donde estaba el tesoro, que era una ceiba. Mi bisabuelo llegó asustadísimo a la casa y se lo contó a sus hermanos y se pusieron de acuerdo para ir a desenterrar el dinero, pues él solo no iba. Caminaron un buen trecho, pasaron un arroyo; a lo lejos vieron la ceiba señalada por la aparición. Cuando llegaron allí y empezaron a excavar sólo encontraron carbón y al momento empezó a soplar un viento grandísimo, y acto seguido mi bisabuelo y sus hermanos se mandaron a correr pues creían que se iba a acabar el mundo. Informante: Magaly García, Santa Clara.

Camagüey DINERO EN EL POZO Cuentan que en cierta casona típica camagüeyana existía un pozo en la sala, y que todas las noches una vieja que allí vivía oía lamentos y quejidos que salían de un escaparate tan antiguo pomo la misma casa. Una noche se escuchó una voz procedente del mismo, que dijo que en un pozo existente en el centro de la sala había dinero. Llamada a consejo de familia se determinó explorar el pozo, y habiéndose llevado a cabo esa labor se hallaron varias decenas de viejos doblones españoles. Informante: Fernando Vega. Camagüey

Cienfuegos LA LUZ DE LA MATA DE GÜIRA Esta es una vieja leyenda que circula por el barrio de Gavilanes, en las lomas. Mi familia tiene su origen allí. Dicen que en noches oscuras y lluviosas se ve salir una luz ver-dosa de la pared de piedra de la tienda de dicho lugar. La luz empieza a correr desde la tienda hasta una vieja mata de güira que está pegada a una llanura cercana. Al llegar a la güira dicen que la luz se posa. Y se oyen golpes como de un pico abrien-do la tierra. Dicen que allí hay dinero nterrado. Informante: Miguel Tovar. Cienfuegos.

Zona Oriental EL GATO QUE DABA DINERO Una noche venía mi hermano por el camino y vio un gato que le estaba maullando. Entonces sacó el revólver y le disparó las seis balas, pero las balas no se disparaban. Al otro día se levantó temprano y fue a ver las balas y estaban completas. Las tiró y todas dispararon. Después, al cabo del tiempo, mandó a labrar todas las tierras y encontró el dinero. El gato le estaba avisando para que recogiera el dinero. Informante: Andrea Cadena. Buey Arriba

Fuentes

  • Feijó, Samuel. “Mitología Cubana”. 1986. Edición, Letras Cubanas.