Los ingenios

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Los ingenios
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Una de las obras más originales salidas de las prensas cubanas en el siglo XIX, destinado a propagar una imagen óptima de los adelantos técnicos introducidos en la industria azucarera en Cuba en ese siglo.
Título originalLos ingenios, colección de vistas de los principales ingenios de azúcar de la Isla de Cuba
Autor(a)(es)(as)Justo Germán Cantero y Eduardo Laplante
PaísBandera de Cuba Cuba

Los ingenios. Es uno de los libros más originales salido de las prensas cubanas en el siglo XIX donde se conjugaron diversos contenidos tomados del arte litográfico, la divulgación científico-técnica, la historia y la economía, para ofrecer una visión idealizada y espléndida de la plantación esclavista azucarera en Cuba. En la actualidad se considera una publicación incomparable que ha servido de fuente para entender el impacto y difusión de la revolución industrial sobre las áreas emergentes del mundo colonial.

Contexto histórico

Al mediar el siglo XIX existían en Cuba por entonces 28 imprentas y siete litografías, más dos talleres de grabado sobre acero y tres sobre madera. Un grupo de artistas en su mayoría procedentes de Europa, publicaron a partir de 1839 en los talleres habaneros varias colecciones de vistas de poblaciones, paisajes típicos, escenas de costumbres, un repertorio pintoresco de imágenes, capaces de competir con los mejores álbumes editados en el mundo por entonces.

El libro

La edición más valiosa y extraordinaria del siglo XIX es el libro Los Ingenios de Cuba, que no es más que una colección de vistas de los principales ingenios de azúcar de la Isla de Cuba, fue un álbum destinado a propagar una imagen óptima de los adelantos técnicos introducidos en esa industria. En 1853 el gobierno colonial concedió permiso para la publicación por entregas de esta colección de vistas y textos sobre los más destacados ingenios azucareros de Cuba, y desde 1855 a 1857 se llevó a cabo con ocho entregas sucesivas que contenían 36 litografías; veintiocho de ellas eran vistas litográficas tomadas en el sitio y coloreadas a mano y las ocho restantes consistían en planos y algunos dibujos de máquinas.

El proyecto inicial debía incluir inicialmente 60 ingenios y estos serían seleccionados por sus aportes a la industria convirtiéndose así en una especie de libro-testimonio del progreso del país en ese momento, un repertorio de plantaciones que servirían de ejemplos y estímulos a los propietarios para invertir en reformas tecnológicas.

Tanto en las vistas de ingenios tomadas desde el exterior como en los interiores predomina esta forma de ver que obedece a un realismo idealizado. Las vistas de este libro transformaban la dura realidad de las plantaciones en un espectáculo luminoso, en el plano estrictamente artístico fue una de las últimas colecciones de litografías iluminadas que se editó en Cuba, un tipo de publicación que en la década siguiente fue sustituido por la fotografía. Además, el paisaje rural se encaminó hacia la pintura al óleo y con un estilo romántico que reclamaba la presencia de una iluminación expresiva de atardeceres y crepúsculos, árboles de formas singulares, al modo que lo realizaban los hermanos: Felipe Chartrand Dubois y Augusto Chartrand Dubois.

Calderas Ingenio Asunción

La realización de este libro supuso un hito en materia editorial por el espectacular despliegue de avances para la época y los gastos y medios para poder editarlo que fueron requeridos, porque pese a que detrás de la realización de la misma existía un soporte económico de Justo Germán Cantero no fue suficiente con eso. Hasta ese tiempo no se había hecho nada igual sobre papel, y menos con grabado, acerca de la mayor riqueza económica de la Isla en el siglo XIX y su poderío industrial: la caña de azúcar.

Desafortunadamente en Cuba resulta muy difícil consultar este texto, debido a que sólo existen dos ejemplares en la Biblioteca Nacional José Martí para uso de los especialistas.

Datos de los autores

Ingenio Union

Justo Germán Cantero como redactor de la misma, autor de los textos y promotor de la edición, que poseía ocho ingenios con más de 700 esclavos, presidente de la empresa del ferrocarril, de la Sociedad Filarmónica, de la Beneficencia, dueño del periódico y del teatro en Trinidad.

Eduardo Laplante en calidad de asesor y grabador, llegó a Cuba en 1848 como vendedor de maquinarias para los ingenios y se desempeñó a su vez como un hábil pintor y litógrafo, habilidades que aplicaría en los talleres de grabado de sus compatriotas.

Fuentes