Masacre del cantón Las Hojas (Sonsonate, 1983)
| ||||||||||||||||
Masacre del cantón Las Hojas. Proviene de una disputa entre la Asociación Nacional Indígena Salvadoreña ANIS y un terrateniente vecino, en el Cantón Las Hojas, departamento de Sonsonate. La masacre se llevó a cabo el 22 de febrero de 1983 de forma premeditada por elementos de las Fuerzas Armadas de El Salvador, con la participación de miembros de la defensa civil. El Gobierno aún no ha logrado llevar a cabo ningún proceso jurídico eficaz contra los elementos de sus fuerzas implicados en la masacre y la ley de amnistía ha sido utilizada de manera inapropiada en violación de sus obligaciones internacionales de derechos humanos.
Sumario
Descripción
El 22 de febrero de 1983, 74 personas fueron asesinadas por miembros de las Fuerzas Armadas de El Salvador en el Cantón Las Hojas. Las víctimas fueron asesinadas con armas de fuego, a quemarropa. La matanza fue cometida en forma premeditada por elementos de las Fuerzas Armadas de El Salvador, con la participación de miembros de la defensa civil. El Gobierno de El Salvador no ha logrado llevar a cabo ningún proceso jurídico eficaz contra los elementos de sus fuerzas implicados en el hecho y ha utilizado de manera inapropiada la ley de amnistía en violación de sus obligaciones internacionales de derechos humanos.
Orígenes del Suceso
La masacre de Las Hojas proviene de una disputa entre la Asociación Nacional Indígena Salvadoreña ANIS y un terrateniente vecino. La ANIS compró un terreno cerca del Cantón Las Hojas en el Departamento de Sonsonate en 1978. El terreno fue comprado al Sr. Candelario Castro. La propiedad de ANIS colinda a un lado con la propiedad que pertenece al Sr. Alfonso Aráuz. El Sr. Aráuz solicitó una servidumbre de paso a través de la propiedad de ANIS para así reducir la distancia recorrida hasta la carretera principal. No se llegó a ningún acuerdo entre ANIS y el Sr. Aráuz. En mayo de 1979 después de que ANIS sembró la primera cosecha, el Sr. Aráuz intentó repetidamente cruzar la propiedad y así destruyó cercas y cultivos de ANIS. Se inició finalmente una demanda en el Juzgado de Primera Instancia de Sonsonate. La demanda se resolvió a favor de ANIS.
Varios empleados del Sr. Alfonso Aráuz entraron en la defensa civil durante la disputa sobre el terreno. La defensa civil salvadoreña es parte del aparato militar cuyos miembros no son soldados profesionales. La defensa civil existe bajo el mando de las autoridades militares regionales. Sus deberes son de mantener el orden y proteger a la población contra ataques.
A inicios de 1982, miembros de la cooperativa ANIS empezaron a recibir amenazas de muerte en forma escrita y anónima. Antes de la matanza, miembros de ANIS fueron avisados por miembros de la defensa civil, que éstos tenían una lista de subversivos y que varios miembros de ANIS habían sido identificados en dicha lista como subversivos.
La Masacre
El amanecer del 22 de febrero de 1983, alrededor de doscientos soldados del ejército salvadoreño, bajo el mando del Capitán Carlos Alfonso Figueroa Morales y el Mayor Oscar Alberto León Linares entraron a la cooperativa desde varios puntos y con la ayuda de los miembros de la defensa civil local empezaron a capturar a miembros de la cooperativa. Los miembros de la defensa civil llevaban máscaras con la intención de ocultar sus identidades a las personas de la cooperativa. Los miembros de la defensa civil, sin embargo, fueron reconocidos por los miembros de la cooperativa.
La milicia contaba con una lista de supuestos subversivos y miembros de la defensa civil les ayudaron a identificar a los que aparecían en la lista. Los soldados capturaron a miembros de ANIS cuyos hombres estaban en la lista, sacándolos de sus casas y llevándoselos. Un testigo observó que miembros de ANIS fueron llevados de la cooperativa, rumbo al Río Cuyuapa. Todos tenían sus dedos pulgares de las manos amarrados, unos al frente y otros hacia atrás por la espalda. Se escucharon disparos momentos después de haber sido llevados los miembros de ANIS. De los cadáveres encontrados en las orillas del Río Cuyuapa, diecisiete (17) fueron identificados. Varias fuentes, incluyendo la Embajada de los Estados Unidos en San Salvador confirmaron que alrededor de setenta y cuatro (74) cadáveres fueron encontrados en el área. Todas las víctimas de la masacre identificadas y una que no fue identificada, recibieron disparos a quemarropa en la sien o detrás de la oreja.
Trascendencia del Hecho
Los hechos ocurrían en el marco de operativos militares que tuvieron como su objetivo principal el exterminio masivo de personas civiles, estrategia militar ejecutada por el Estado de El Salvador e implementada durante los primeros años de la década de los ochenta, con la que se pretendía destruir la supuesta base social de la guerrilla. Estas operaciones eran dirigidas específicamente hacia la población rural que vivía en las zonas disputadas o controladas por los insurgentes, por considerarla enemiga, tal como ocurrió en la Masacre de El Mozote y en el Río Sumpul.
El impacto social de las masacres fue tan grave como la tragedia de la víctima directa. El entorno de la víctima, si sobrevivían, sufrían lo indescriptible al saber lo ocurrido a sus familiares.
