Megarexia
| ||||
Megarexia. Es una enfermedad debida a un trastorno alimentario y completamente opuesto a la conocida anorexia, de modo que si aquellas personas que padecen anorexia cuando se miran al espejo siempre se ven gordas, en el caso de la megarexia, ocurre lo contrario, estas personas siempre se ven delgadas a pesar de un sobre preso.
Megarexia
La Megarexia (en desuso, ver Fatorexia ) se podria decir que es lo opuesto a la anorexia nerviosa pero también es un trastorno alimentario [trastorno de la conducta alimentaria], de nuevo descubrimiento, estudiado por el Dr. Jaime Brugo, no recogido aún en la literatura científica y que vendría a ser lo opuesto a la anorexia nerviosa. Implica una distorsión de la imagen corporal al igual que en la anorexia nerviosa y la dismorfofobia. Se estima que por cada anoréxico hay diez megaréxicos. Según los cálculos del Dr. Brugos puede haber cinco millones de megaréxicos sin diagnosticar en España.1 también los megaréxicos creen que no son obesos si no que tienen fuerza. Y un día se pueden morir de un paro cardíaco. Fue un nutricionista español, Jaime Burgos, quien dio nombre a este trastorno. Es un problema de origen psicológico, ya que la percepción de uno mismo está totalmente alterada, y la consecuencia de esa distorsión es el sobre peso y la malnutrición. Aunque no es tan conocido este trastorno como la anorexia, ortorexia o bulimia, no deja de ser menos grave. Además, como muchas otras enfermedades relacionadas con la alimentación, no deja de aumentar la cantidad de gente que se ve afectada. Cabe la posibilidad que muchas personas que tienen sobre peso sean megaréxicos que no han sido diagnosticados.
Causas
Como hemos comentado anteriormente, la causas de la megarexia es una pésima alimentación donde predominan los dulces, alimentos con gran cantidad de grasas y calorías, y donde a penas hay alimentos sanos. Las personas afectadas, al no tener una percepción de la realidad de su sobre peso, no toman conciencia del problema.
Consecuencias
Obesidad y sobre peso son unos factores de riesgo real que incrementan la posibilidad de padecer enfermedades de tipo cardiovascular, diabetes, modificaciones metabólicas, etc.
Como no tienen conciencia real de su estado físico, dejan de lado la alimentación saludable, y esta dieta llena de alimentos hipercalóricos y ricos en grasas pueden llevarlos a la desnutrición y al padecimiento de anemia.
Si a esto le añadimos que no suelen ser personas que practiquen actividades físicas de forma habitual, el riesgo de padecimiento de enfermedades cardiovasculares se eleva muchísimo.
Tratamiento
Las personas que padecen trastornos alimentarios, al ser estos de origen psicológico, no suelen ser conscientes de ellos, a esto también ayuda la percepción irreal que tienen de sí mismos.
De modo que el primer paso y el más importante es que el paciente reconozca que tiene un problema. Para ello tanto la familia como los círculos más cercanos son una pieza fundamental.
Van a necesitar la ayuda de un médico de familia, un psicólogo y un nutricionista que les ayuden a ir perdiendo poco a poco peso, y les ayude a mejorar un estado nutricional bastante deteriorado.
La mejor forma de adelgazar es hacerlo poco a poco, con una dieta sana y equilibrada, y acompañada toda la terapia con el fomento de actividades físicas, para recuperar un estado de salud correcto.
Intentar adelgazar con una dieta hipocalórica no es la solución, pues aunque los resultados se puedan ver rápidamente, se va a producir un efecto yo-yo, ya que al poco tiempo se recuperará ese peso perdido.
Prevención
Para prevenir cualquier tipo de enfermedad o trastornos alimentarios lo mejor es que desde pequeños los padres sean los responsables de enseñar a los hijos estilos de vida sanos y saludables, comiendo alimentos sanos, evitando los alimentos con muchas calorías, e introduciendo la práctica de cualquier deporte o ejercicio físico de forma habitual.
Hay que ayudar a los niños desde pequeños a sentirse bien consigo mismos, y también hay que evitar que lleguen a padecer sobre peso, pues esto con los años puede convertirse en una factura elevada en términos de salud.
Son muchos los padres que creen que el hecho de tener unos kilos de más es un síntoma de salud, y eso es un error. Tampoco hay que obsesionarse porque los niños tengan el peso ideal.
