Mermelada de mango

Mermelada de mango
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Descripción de la receta
Textura espesa y ligera. Sabor afrutado y suave.
País de origen
Su origen fue en el Egipto faraónico, elaboraban hace tres mil trescientos años confituras de fruta.
Género
Postre
Ingredientes
mango troceado, azúcar blanco, zumo de limón.


Mermelada de mango

La mermelada de mango es muy fácil de preparar en casa. Con solo tres ingredientes y un poco de paciencia, se consigue una mermelada casera deliciosa, lista para disfrutar en cualquier momento. Para esta mermelada casera de mango es necesario que los mangos estén bien maduros, así conseguir un resultado perfecto con un toque dulce y ácido. Esta mermelada es estupenda para servir en el desayuno o de relleno y cobertura de tartas, como la tarta de mango, o para la merienda sobre unas tostadas.

Historia

La palabra mermelada proviene del término portugués marmelada, cuyo significado es “confitura de membrillo”. Tanto en gallego como en portugués, membrillo se dice marmelo, que proviene a su vez de la voz en latín melimelum (una variedad de manzana). Del mismo modo, melimelum proviene del griego melimelon = manzana).

La necesidad de conservar la fruta, tuvo como resultado uno de los alimentos más dulces y ricos que se pueda comer.

Según recientes estudios históricos, los inventores de la mermelada fueron los Antiguos Egipcios. Los confiteros de Ramsés II el Grande, elaboraban hace tres mil trescientos años confituras de fruta, hierbas y especias que terminaron siendo muy populares en el Egipto faraónico. La conserva de frutas era muy estimada ya en la Antigüedad.

Hace miles de años era necesario sacar partido a la fruta, elemento perecedero, conservándola, lo que se conseguía utilizando la miel: el alimento embadurnado con esta sustancia no se corrompía, sino que de hecho se conservaba (el cadáver de Alejandro Magno fue conservado en miel para su traslado de Oriente a Macedonia en el 323 a.C.). Entre los productos más adecuados para ello, estaban algunas frutas por su jugosidad y carnosidad, como el albaricoque, fruta que conoció diversos procedimientos para su conservación. La forma de alargar la vida de estos productos eran los jarabes, confites, cremas, mermeladas que hacían las delicias en la mesa del mundo antiguo. En la antigua Grecia y puntos de Asia Menor se confeccionaba con el dátil golosinas riquísimas rellenándolo con piñones y almendras.

Cuando empezó a utilizarse el azúcar, ya en la Edad Media, confitar era tarea que se llevaba a cabo cubriendo con un baño de azúcar las frutas que se querían conservar y cuyo resultado era el confite. Una golosina que no faltaba nunca en los aparadores de las buenas casas, metida en confiteras o vasija junto a las grageas, caramelos, mermeladas, arropes, almíbares e incluso las especias. Cuando había visitas de importancia se abrían aquellos tarros olorosos y se impregnaba con su aroma el ambiente advirtiendo al invitado que a los postres degustaría aquellas exquisiteces. La confitera, a modo de gran copa cubierta colocada sobre bandeja ovalada y acompañada de cucharillas, era siempre la pieza cerámica más ostentosa.

La confitura o mermelada se caracteriza por la inclusión de pulpa de fruta o de fruta entera; la confitura de fruta entera es a veces llamada conserva y difiere de la jalea en que esta última solo usa el zumo de la fruta, generalmente muy colado para hacerla lo más cristalina posible. Su preparación más simple se hace con frutas troceadas y trituradas, para después agregarles un peso igual o mayor de azúcar. Al ser éstas fáciles de almacenar, no necesitar refrigeración, fáciles de preparar y de sabor delicioso, tanto campesinos como nobles la degustaban en sus mesas, es por eso que se puede encontrar tanto en pastelería clásica como en recetas de comida casera por todo el mundo.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 10 minutos
  • Tiempo de cocinado: 30 minutos
  • Tiempo total: 40 minutos (más el tiempo de enfriado)
  • Raciones: 8, 290 g
  • Categoría: postres
  • Tipo de cocina: internacional
  • Calorías por ración (kcal): 101

Ingredientes

  • 300 g de mango troceado
  • 150 g de azúcar blanco
  • 1 cucharada de zumo de limón

Elaboración

Poner 300 gramos de mango troceado, 150 gramos de azúcar blanco y 1 cucharada de zumo de limón en un cazo. Mezclar todo muy bien.

Llevar el cazo a fuego medio hasta que la mezcla de mango comience a hervir.

Bajar el fuego al mínimo y dejar cocinar el conjunto durante unos 20 minutos, remover constantemente para que no se pegue al fondo. Cuando esté lista dejar los trozos o triturarla, en dependencia del gusto.

Pasar la mermelada a un envase de cristal previamente esterilizado y dejar enfriar por completo antes de consumir.


Resumen fácil de preparación

  • 1. Mezclar todos los ingredientes en un cazo.
  • 2. Llevar a ebullición.
  • 3. Dejar cocinar durante 20 minutos.
  • 4. Pasar la mermelada a un tarro y dejar enfriar por completo.


Fuentes