Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de Toloño

Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de Toloño
Institución
Nuestra Señora de los Ángeles de Toloño.
Tipo de unidad:	Católica
País:	España
Dirección:	Sierra de Toloño, España.

El Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles popularmente conocido como Santa María de Toloño se ubica en una vaguada al pie del pico del Toloño a más de 1.100 metros de altura, en plena Sierra de Cantabria desde donde se puede divisar prácticamente La Rioja entera, dentro del término de Labastida, construido en el siglo IX se trataba de un monasterio de vida agitada fundado por la Orden de San Jerónimo en las inmediaciones del castillo del Toloño.

Orígenes

Se constituyó hacia 1390, sin que se pueda precisar la fecha, en base a unos eremitorios que existían en la cumbre dedicados a la vida espiritual y penitente. (Fray José de Sigüenza recogía en su Historia de la Orden de San Jerónimo). Juán de Guzmán, obispo de Calahorra, que había facilitado la fundación del monasterio de San Miguel del Monte junto al desfiladero de la Morcuera (municipio de Miranda de Ebro), quiso que ese lugar se sumase a la misma orden, por lo que asignó al monasterio de San Miguel del Monte, para que aumentase sus rentas y saliese de la pobreza. Después parecía que podía valerse por sí solo y formaron convento con las rentas que tenían y algunas que se esperaban, poniéndose así en pie el monasterio.

Nuestra señora de los ángeles.

Historia

Hacia 1403, por mandato del prelado de Calahorra, los monjes de San Miguel del Monte se hicieron cargo de la custodia de la ermita de Santa María de Ariceta o Aritzeta, en la —entonces aún inexistente— población riojana de San Asensio. En 1410, los religiosos, provistos de bula pontificia, realizaron un traslado: Aritzeta haría las funciones de monasterio y San Miguel serviría de granja y descanso. Así el Monasterio de Toloño sería guiado desde Aritzeta, donde en 1419 comenzó la construcción del Monasterio de Santa María de la Estrella, al que seguiría perteneciendo. Los del Toloño tenían sus rebaños en la sierra y su granja al pie del Toloño, en lo que hoy es la Bodega de la Granja de Santa María de Remelluri. Posteriormente, los monjes no se podían valer por sí mismo, por lo que en 1422 cedieron todas sus posesiones al obispo de Calahorra y se trasladaron al monasterio de la Estrella y otros monasterios cercanos. El monasterio fue entonces regido por la hermandad de la Divisa, compuesta por las villas de Peñacerrada, Labastida, Salinillas de Buradón, Ocio, Berganzo y el condado de Treviño, que se encargarían de su gobierno y administración, hasta que el monasterio quedó destruido por un incendio en 1835 durante la primera Guerra Carlista.

Vista en la distancia.

Los documentos nos hablan de que la casa era suntuosa, con iglesia, camarín y sacristía de buena arquitectura, su retablo mayor, los dos colaterales y otro del camarín eran de piedra blanca y de muy buena calidad. La hospedería con su prior y frailes contenía 25 habitaciones, 5 cocinas, iglesia, además de una sala bastante capaz para las juntas de la Divisa y dos grandes neveras con capacidad de hasta 24 toneladas. Los restos de su capilla renacentista octogonal con arcos apuntados adornos florales y capiteles corintios nos hablan de esos siglos de esplendor. Hasta su destrucción por un incendio en 1835 durante la primera guerra carlista en él se celebraban fiestas y romerías desde las poblaciones de la hermandad o desde Haro atraídos por los milagros de la virgen.

Actualidad

Su estado de conservación es de ruina absoluta con continuos desprendimientos que pueden observarse por el suelo. Prácticamente todo el monasterio ha desaparecido y los pocos muros en pie presentan gran cantidad de grietas que harán que pronto se vengan abajo.

Bajo estas pìedras…

Bajo estas piedras amontonadas se escucha una plegaria. Un rosario de oraciones. Un sortilegio de palabras caídas. Era el “ora et labora” de los monjes Jerónimos que aguantaron 200 años en la ladera de la Sierra, hasta que el frío pudo con ellos. Un período que va de 1250 a 1420. La sangre de aquellos que peregrinaron a pie y rezaron en el Monasterio de Santa María de los Ángeles de Toloño, por encima de Labastida, sigue hoy corriendo cual vendimia vital las venas de muchos de los habitantes de Rioja Alavesa. El Monasterio destruido es hoy más que una ruina. Indestructible en sus piedras y en el recuerdo que atesoran. Mantiene el poder evocador de la Historia. Conserva los restos de su esplendor. Bajo sus piedras están plantadas las esperanzas de seres antiguos, fuertes y espirituales que poblaron la Sierra. Aquella esperanza crece, madura, alimenta nuestra cultura. Esas piedras sostienen hoy la fe en la vida.