Monasterio de San Pedro el Viejo

Monasterio de San Pedro el Viejo
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MonasterioSan pedroViejo.jpg
TipoMonasterio
UbicaciónHuesca, AragónBandera de España
Uso
CultoCatólico
OrdenExclaustrado

Monasterio de San Pedro el Viejo, Es una de las iglesias más antiguas de España, uno de los principales hitos monumentales de la provincia de Huesca, especialmente por la escultura distribuida entre tímpanos y capiteles.

Fundación

Fue fundada como monasterio benedictino a finales del siglo XI. Su puerta principal es de estilo románico. Su interior consta de tres naves y crucero con tres ábsides. La sillería de su coro es gótica. Pero sin duda, sobresale del conjunto, su claustro románico.

En esta iglesia, declarada Monumento Nacional en 1886, se encuentran los sepulcros de los reyes Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje.

Localización

Se sitúa en el lugar que ocupaba el templo mozárabe que servía de culto a la comunidad cristiana durante los largos siglos de ocupación musulmana. De hecho, existe una larga secuencia constructiva sagrada en este lugar pues se ha localizado en su solar un templo romano, posteriormente sustituido por una iglesia visigoda y luego por el templo mozárabe indicado.

Tras la conquista de Huesca en el año 1096 el templo fue donado por el rey aragonés Pedro I a un monasterio benedictino francés por lo que pronto se derribó la mayor parte de la estructura prerrománica adaptada a la liturgia hispánica para adaptarla a la romana y a los usos cluniacenses. s éste el momento de la erección del complejo monacal románico del siglo XII que consta de:

  • Templo de tres naves.
  • Claustro adosado al costado meridional, con una excelente colección de capiteles del Taller del Maestro de San Juan de la Peña.

Iglesia

Interior de la iglesia

Interior de la iglesia

La iglesia tiene tres naves rematadas en una cabecera de tres ábsides escalonados de planta semicircular. Todos los arcos formeros y fajones son de medio punto y apoyan sobre pilares cruciformes. Cuenta con un, transepto no acusado en planta y un cimborrio sobre el crucero.

En las naves se aprecia la eliminación moderna de las pilastras que recogían la dobladura de los arcos fajones, con motivo, parece ser, de habilitar más espacio para los fieles.

El cimborrio del crucero, a ser tardío del siglo XIII, abandona la habitual cúpula sobre pechinas o trompas y se convierte en un cubo abovedado por crucería. Cuatro óculos en los muros verticales consiguen la iluminación exterior deseada

Exterior de la iglesia

Exterior de la iglesia

Exteriormente se puede apreciar la maltrecha cabecera con sus ábsides de planta semicircular. Tan insigne monumento merecería la rehabilitación de esta deteriorada cabecera que, además está agobiada por edificaciones cercanas y apenas es visible.

Posiblemente, lo más valioso de la iglesia de San Pedro el Viejo es el tímpano de la portada norte. Muestra un magnífico crismón trinitario sujeto por dos ángeles de gran belleza, El conjunto es completado por una pequeña figurita humana tumbada en la parte superior que corresponde a San Vicente.

Torre

Es una estructura de planta hexagonal adosada al muro norte del transepto y que se comunica con el interior del templo mediante una puerta de arquivoltas achaflanadas de medio punto y columnas con capiteles lisos.

El espacio interior, denominado capilla de San Ponce de Tomières se ha habilitado como pequeño museo. Su alzado es de dos cuerpos más la bóveda de crucería superior. El segundo cuerpo tiene ventanales de iluminación.

Claustro

El claustro está compuesto por cuatro pandas que forman un rectángulo abiertas al patio central mediante arcos de medio punto sostenidos por dobles columnas pareadas.

El estado de este espacio era ruinoso hasta que en 1886 los arquitectos Patricio Bolomburu y Ricardo Magdalena acometieron su casi completa restauración. En estos trabajos se sustituyeron numerosos capiteles cuyos relieves estaban completamente erosionados por réplicas del escultor Mariano García Ocaña, que ciertamente se afanó en reproducir el estilo original del Maestro de San Juan de la Peña. Actualmente, esos capiteles deteriorados se guardan en el Museo Provincial.

Tímpano de la Epifanía

El tímpano de la puerta que comunica el recinto con la iglesia es de la autoría del Maestro del sepulcro de Doña Sancha de Santa Cruz de la Serós, hoy custodiado en la iglesia jaquesa del Monasterio de las Benedictinas. El registro superior muestra a dos ángeles sujetando con sus manos un crismón trinitario. El friso inferior es el de la escena de la Epifanía.

En las pandas claustrales hay otro tímpano reseñable. Se trata de la misma escena representada en en la puerta del muro norte de la iglesia: dos ángeles sujetando con sus manos un gran crismón trinitario con un Agnus dei en el centro. Éste del claustro, además de encontrase mucho más erosionado, pertenece a una mano menos cualificada.

Capiteles originales

Arpiass

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Los dieciocho capiteles originales del claustro se pueden clasificar, desde el punto de vista iconográfico, en los que muestran narraciones de escenas bíblicas y aquéllos que tienen contenido simbólico.

Entre los primeros y, a pesar del estado en que se encuentran la mayoría, es relativamente fácil adivinar lo que muestran. En ellos se relatan acontecimientos de la muerte, Resurrección y Ascensión de Cristo, así como de la Asunción de María. También tenemos algunos momentos del Antiguo Testamento.

Capilla de San Bartolomé

Capilla San Bartolomé

La panda este del claustro da acceso a una estancia abovedada del máximo interés. Se trata de la capilla de San Bartolomé, único vestigio conservado del templo prerrománico, espacio alargado y completamente abovedado por medio cañón con refuerzo de arcos fajones.

Se salvó de ser destruida porque cuando se estaba materializando el nuevo cenobio benedictino de estilo románico (siglo XII) se decidió utilizar este espacio como su sala capitular.

Posteriormente fue convertido en Panteón Real, albergando los restos de, nada menos, los dos últimos reyes del Reino de Aragón antes de convertirse en Corona de Aragón: Alfonso el Batallador y Ramiro II el Monje.

Fuentes