Museo arqueológico La Soledad
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Museo Arqueológico de la Soledad. Ubicado en la antigua iglesia de La Soledad, alberga restos arqueológicos del Santuario de la Encarnación y de los poblados de Villaricos y los Villares.
Sumario
Historia
Con la llegada al Ayuntamiento de la primera corporación democrática, tras las elecciones municipales de abril de 1979, se creó el Instituto Municipal de Cultura que proporcionó los medios para acometer la primera adecuación museográfica de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Soledad. El anhelo y esfuerzo de los caravaqueños por proteger y conservar de modo adecuado su rico patrimonio arqueológico, se vio gratamente recompensado en 1982 cuando el Excmo. Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz se decidió a dotar material y humanamente el entonces denominado Museo Municipal de Arqueología dependiente de la Sección de Bellas Artes y Museos del Instituto Municipal de Cultura, siendo su primer director don Miguel San Nicolás del Toro. Concluía de este modo un largo proceso que dió comienzo cuando la pequeña colección arqueológica que a lo largo de los años 70 había conseguido reunir el Grupo de Arqueología de la Organización Juvenil Española, pasó a depender en 1975 del Centro de Estudios Caravaqueños y fue depositada en la Iglesia de Ntra. Sra. de la Soledad.
Don Miguel San Nicolás del Toro dejó la dirección del Museo Municipal de Arqueología en 1984. Durante 1985 y 1986 dicho cargo fue ocupado por don Indalecio Pozo y en 1987 por doña Mª del Carmen Sánchez Guerrero. El entusiasmo inicial dió paso a un periodo de inquietudes latentes que desembocaron a partir de octubre de 1987 en el cierre al público del Museo ante la falta de recursos humanos que permitieran su apertura permanente y continua renovación.
Hasta 1992 permanecería sin dotación humana, de modo que sólo era accesible en contadas ocasiones, siendo visitado esporadicamente por investigadores. A partir de esas fechas el Museo Arqueológico Municipal de La Soledad se dotó nuevamente de recursos humanos, haciéndose cargo desde entonces de su dirección don Francisco Brotóns Yagüe, que acometió un nuevo proyecto museográfico para su reapertura al público. La financiación llegaría en esta ocasión desde las Comunidades Europeas a través del programa de actuaciones denominado Leader I, lo que propició a partir de 1993 una completa reestructuración del área de exposición.
Restauración
Durante los años 1995 y 1996 fueron necesarios nuevos desembolsos por parte de la Concejalía de Cultura para la restauración de materiales arqueológicos, la conclusión del montaje expositivo y la informatización del área de dirección. En 1998, con la concesión papal del Jubileo a perpetuidad, Caravaca de la Cruz se convirtió en la quinta ciudad santa de la cristiandad, lo que propició inversiones millonarias en patrimonio cultural por parte de las tres administraciones públicas que fueron encauzadas por la sociedad Caravaca Jubilar dentro del proyecto Caravaca de la Cruz, Ciudad Santa. El Museo Arqueológico Municipal fue remozado con una inversión de ciento ochenta mil euros, lo que permitió en estos últimos años llevar a cabo la completa rehabilitación del edificio y de todas sus dependencias, la renovación estetica y funcional del mobiliario de la sala de exposiciones y la adecuación didáctica de los contenidos museográficos.
El 17 de diciembre de 2002 el Museo volvía a abrir sus puertas siendo inaugurado por don Ramón Luis Valcárcel Siso, Presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia y por don Domingo Aranda Muñoz, Alcalde-Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz, a los que acompañarón numerosas autoridades regionales y locales.
Legado arqueológico
El museo ofrece interesantes propuestas para la comprensión de la Historia, como el análisis de temas presentes en todas las civilizaciones, ritos funerarios y técnicas metalúrgicas. La exposición comienza en El Paleolítico, relatando la vida nómada de estos grandes cazadores mediante el utillaje lítico encontrado en La Cueva Negra.
El Neolítico traerá una nueva forma de vida, con el nacimiento de la agricultura y ganadería, con la aparición de la cerámica y nuevas herramientas y enseres. Del Calcolítico se muestran los ajuares hallados en las cuevas de Los Alcores, Represa, Barquilla, así como en el poblado de Casa Noguera de Archivel. Con la cultura del Argar van a aparecer los primeros núcleos urbanos organizados y restos cerámicos de gran calidad. De los Íberos nos ha quedado el gran poblado fortificado de los Villares en el Estrecho de las Cuevas de la Encarnación.
Igualmente Caravaca conserva importantes restos arqueológicos del largo periodo de Dominación Romana, como las villae o explotaciones agropecuarias, una almazara y los templos romanos más antiguos de la Península ibérica, localizados en el Estrecho de la Encarnación y ligados al municipio romano de Asso, sito en el cerro de Los Villaricos.
La Edad Media estará enmarcada por periodos de inestabilidad que han dejado notables ejemplos de fortalezas y torres vigía, destacando la cerca urbana y la fortaleza de Caravaca.
Entre las Piezas Destacadas que ofrece le Museo merece la pena señalar los restos paleontológicos de la Cueva Negra, Vasos de la Edad del Cobre procedentes de Archiel, Exvotos ibéricos de la Ermita de la Encarnación, un Capitel jónico-itálico de la Ermita de la Encarnación y la colección numismática romana.
La ermita de La Encarnación
Los trabajos de excavación reemprendidos en el conjunto dominado por la Ermita de la Encarnación por un equipo de arqueólogos dirigido por el profesor Ramallo Asensio, desde 1989, han puesto al descubierto la existencia de un recinto sagrado en uso, desde época ibérica plena, que sufre una importante remodelación, que supone su monumentalización en época romano-republicana
El complejo histórico-arqueológico de La Encarnación, es uno de los yacimientos más importantes y de mayor envergadura, en determinados aspectos, de toda la península Ibérica.
Los templos romanos, los más antiguos existentes fuera de Italia, ya han podido ser datados en el primer cuarto del siglo II antes de Cristo, se alzan sobre el cerro de la ermita constituyendo el centro del complejo, habiendo sido declarados Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional en 1980.
Otros entornos arqueológicos
En las inmediaciones también se encuentran dos grandes poblados ibéricos amurallados, ubicados sobre los cerros de Villaricos y Los Villares, que sirvieron de auténtica tenaza en el siglo IV antes de Cristo sobre el Estrecho de la Encarnación. Villaricos mantuvo una numerosa población hasta la época imperial romana, pudiéndose identificar quizás con el municipio romano de Asso, que mencionara en el siglo II después de Cristo, el geógrafo griego Ptolomeo.
En la zona también hay vestigios de la Edad del Bronce, en una pequeña elevación del terreno situada entre las citadas anteriormente, se encontró una diadema de oro que hoy está expuesta en el Museo Arqueológico Nacional. Testimonios más antiguos de la presencia humana se encontraron en una de las oquedades que se abren en los cantiles del estrecho, concretamente en la Cueva Negra, en esa misma zona también se puede ver la Cueva del Rey Moro que aparece cerrada con un magnífico e impresionante lienzo musulmán.

