Nutrición en la adolescencia

Nutrición en la adolescencia
Información sobre la plantilla
Alimento1.jpeg
La alimentación cobra una especial importancia en esta etapa de la vida debido a que los requerimientos nutricionales son muy elevados para hacer frente a los cambios.

Nutrición en la adolescencia. Las necesidades nutricionales de los adolescentes vienen marcadas por los procesos de maduración sexual, aumento de talla y aumento de peso, característicos de esta etapa de la vida.

Adolescencia y alimentación

La adolescencia es un lapso de edad que va desde los 10 a los 20 años, con variaciones culturales e individuales. Desde el punto de vista biológico, se inicia cuando aparecen los caracteres sexuales secundarios y la capacidad de reproducción y termina con el cierre de los cartílagos epifisiarios y del crecimiento.

Es una etapa de la vida marcada por importantes cambios emocionales, sociales y fisiológicos. Sobre estos últimos la alimentación cobra una especial importancia debido a que los requerimientos nutricionales, para hacer frente a estos cambios, son muy elevados y es necesario asegurar un adecuado aporte de energía y nutrientes para evitar situaciones carenciales que puedan ocasionar alteraciones y trastornos de la salud.

Se debe hacer frente a la alimentación del adolescente conociendo los requerimientos nutricionales, sabiendo elegir los alimentos que garantizan una dieta suficiente en energía y nutrientes, organizando y estructurando las comidas a lo largo del día. Es importante conocer aquellas situaciones que pueden afectar a los adolescentes y en las que se debe llevar a cabo alguna modificación de la dieta.

Necesidades nutricionales en esta etapa

Las necesidades nutricionales de los adolescentes vienen marcadas por los procesos de maduración sexual, aumento de talla y de peso, característicos de esta etapa de la vida. Estos procesos requieren una elevada cantidad de energía y nutrientes, hay que tener en cuenta que en esta etapa el niño gana aproximadamente el 20% de la talla que va a tener como adulto y el 50% del peso. Estos incrementos se corresponden con aumento de masa muscular, y masa ósea. Toda esta situación se ve directamente afectada por la alimentación que debe estar dirigida y diseñada para cubrir el gasto que se origina.

Es muy difícil establecer unas recomendaciones standard para los adolescentes debido a las peculiaridades individuales que presentan. La mayor parte de las recomendaciones se basan en el establecimiento de raciones que se asocian con "una buena salud. Las más recientes recomendaciones dietéticas respecto a energía y proteínas, de la Food and Nutrition Board of the National Research Council (1989) para adolescentes se han establecido en función del peso, edad y sexo.

¿Cómo deben alimentarse los adolescentes?

La dieta debe aportar diariamente porciones adecuadas y suficientes de varios tipos de alimentos que aporten toda la energía requerida y los nutrientes que permitan obtener el máximo crecimiento. Quizás lo más importante a esta edad sea prevenir un desbalance en el aporte energético que puede llevar al exceso o al déficit de peso y que favorecerá el desarrollo, ya sea de sobrepeso o enflaquecimiento respectivamente.

Como en la adolescencia los requerimientos calóricos y nutricionales son mayores que en la infancia o en la vida adulta, se recomiendan seleccionar alimentos saludables, es decir, que tengan una alta densidad de nutrientes (que sean buena fuente de proteínas, vitaminas, minerales) y que además sean bajos en grasas y azúcares.

Minerales y vitaminas de especial importancia en la adolescencia

Son tres los minerales que tienen especial importancia en la adolescencia: el calcio, el hierro y el zinc. Cada uno de ellos se relaciona con un aspecto concreto del crecimiento:

  • El calcio con el crecimiento de la masa ósea. Se recomiendan unos 1200 mg/día, los alimentos más adecuados son la leche y todos sus derivados.
  • El hierro con el desarrollo de tejidos hemáticos (los glóbulos rojos) y del muscular. Lo ideal es un suplemento de 2 mg/día para los varones durante el periodo de máximo crecimiento, entre los 10 y 17 años y para las hembras 5mg/dia a partir de la menarquia
  • El zinc con el desarrollo de la masa ósea y muscular. También está relacionado con crecimiento del cabello, las uñas y con lesiones en la piel. Se establecen una ingesta diaria en torno a los 12 mg/día para las hembras y 15mg/día para los varones. La fuente principal de zinc la constituyen las carnes, pescado y huevos.

Para los adolescentes se recomiendan, especialmente, las vitaminas que de una u otra forma se relacionan con la síntesis de proteínas, el crecimiento y el desarrollo: Vitamina A, D, y Ácido Fólico, B12, B6, Riboflavina, Niacina, y Tiamina, sin que se recomiende cantidad mínima o específica de ninguna de ellas. La fuente principal de todas ellas son las frutas y las verduras.

Las bebidas en la dieta de los adolescentes

Se debe tomar suficiente cantidad de agua (dos litros cada día) antes, durante y después del ejercicio físico y especialmente en las épocas más calurosas del año esto les permitirá mantener siempre un óptimo estado de hidratación.

Se pueden acompañar las comidas con jugos de frutas naturales que aportan naturalmente vitaminas, fibra y otros componentes saludables. No se recomienda el consumo de gaseosas o refrescos en polvo por su limitada composición nutricional y alto aporte energético en base a azúcar.

Se debe insistir especialmente en los efectos nocivos del consumo de cualquier bebida alcohólica en este periodo de la vida.

Trastornos alimentarios en la adolescencia

La nutrición adecuada en este periodo entraña también dificultades, por ser los adolescentes independientes y por seguir patrones de alimentación sociales prescindiendo en ocasiones de comidas en horarios hasta entonces “normales”, que se sustituyen con frecuencia por “picoteos”, alcohol y comidas rápidas, consumidas fuera del hogar.

La imagen corporal constituye una preocupación en los adolescentes y en muchas ocasiones condiciona dietas restrictivas para acercarse a un patrón ideal que se ha creado en la propia mente del adolescente, influenciado por las modelos sociales del momento.

Anorexia y bulimia

La anorexia, la bulimia son los trastornos alimentarios más frecuentes en esta etapa de la vida. Factores alimentarios, sociales y culturales pueden aumentar el riesgo, pero se trata en lo esencial de trastornos de tipo psiquiátricos. Las complicaciones clínicas de la anorexia y la bulimia son diversas: metabólicas, renales, gastrointestinales, hematológicas e incluso la amenorrea debida a desnutrición y a deficiencias de neurotransmisores.

La anorexia nerviosa se caracteriza por una pérdida extrema de peso, una pobre y distorsionada imagen corporal, y un temor irracional y mórbido a la obesidad y al incremento de peso. El término anorexia implica pérdida de apetito, sin embargo, cuando el individuo niega su apetito, entonces se convierte en un trastorno de la conducta.

La bulimia es la sensación casi permanente de hambre. La bulimia nerviosa es un trastorno caracterizado por episodios de ingesta desmesurada y compulsiva, seguida de diarreas y vómitos autoprovocados, ejercicio excesivo, dietas estrictas o ayunos y una exagerada preocupación por el peso y la figura corporal. Este trastorno prevalece en alrededor del 4% de los adolescentes. La tendencia a asociar la delgadez con éxito social y económico ha incrementado el número de personas con conductas de este tipo.

Obesidad

En el desarrollo de la obesidad intervienen tanto la predisposición genética, como la presencia de unos hábitos alimentarios inadecuados, muy evidentes en este período de la vida (pérdida del patrón de alimentación habitual, eliminación de comidas a su hora, consumo excesivo de dulces o chucherías, comidas fuera de casa, desprecio por las frutas y verduras, etc.)

Para el tratamiento de la obesidad en la adolescencia, se deben tener en cuenta las siguientes pautas generales:

  • Establecimiento de una alimentación adecuada, suficiente y equilibrada y nunca excesivamente restrictiva.
  • Mejorar los hábitos alimentarios: elegir bien los alimentos tanto dentro, como fuera de casa.
  • Evitar los alimentos fritos, los bocaditos y los dulces. Siempre que se pueda se deben consumir suficientes alimentos que contengan carbohidratos (cereales, frutas, verduras, etc.), procurando evitar las grasas sobre todo las de origen animal.
  • Se debe fomentar el ejercicio físico y los deportes aeróbicos.

Embarazo

El embarazo es otra situación que puede provocar graves desórdenes nutricionales en las adolescentes, requieren mayores necesidades nutricionales (crecimiento del feto y de la madre), por lo que es fundamental asegurar las raciones de vitaminas y minerales. Se debe poner especial cuidado en mantener adecuados niveles de zinc, y de ácido fólico y de todos los demás nutrientes. Por este motivo requerirá un especial control y seguimiento estricto por los especialistas. Las necesidades nutricionales son mayores que en otras etapas de su vida. La dieta debe suministrarle todos los elementos necesarios para que al crecer el óvulo o huevo fertilizado, se convierta en un feto viable y luego en un bebé a término.

Fuentes

  • Allen L, Gillepsie S. What works? A review of the efficacy and effectiveness of nutrition interventions. Nutrition policy paper ACC/SCN 2001; 19:23-27.
  • Tanner JM, Whitehouse RH, Takaishi M. Standards from birth to maturity for height, weight, height velocity, and weight­ velocity for British children. Parts I y II. Arch Dis Child 1966; 41:454-13.
  • UNICEF. Convención de los Derechos Humanos del Niño. Oficina Regional para América del Sur. Lima, Perú; 1998.
  • UNICEF. Adolescencia en América Latina y el Caribe: Orientaciones para la formulación de políticas. Oficina Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. Bogotá, Colombia; 2001.
  • Saludalia. Alimentación y adolescencia
  • Alimento y Salud. Nutrición del adolescente