Obelisco Tello
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Obelisco Tello . Constituye una de las esculturas representativas de la cultura Chavín perteneciente al periodo del Horizonte Temprano. Es un pilar de granito esculpido en sus 4 caras con figuras humanas, de felinos, aves, serpientes y plantas en una escultura bastante compleja.
Sumario
Origen del nombre
Recibe este nombre por tener la forma de un “Obelisco”, una forma prismática con un alto de 2.52 metros de alto y 32 centímetros de ancho en la base.
Descubrimiento
El obelisco fue descubierto por un campesino llamado Trinidad Alfaro en el año 1907, él se encontraba trabajando la tierra para sus cultivos cuando de pronto tropieza con los restos de una escultura de piedra de gran tamaño, la cual no tardó en desenterrar con ayuda de otros pobladores para luego llevarla a la puerta de la iglesia del pueblo. En 1919 la investigación fue designada a Julio C. Tello, quién se encargaría de nombrar a la escultura como El Obelisco Tello, además de estudiar el obelisco también se inició toda la investigación de la cultura chavín.
Características
La figura muestra un personaje desdoblado lateralmente o según la percepción se podría considerar que son 2 personajes a lo largo del todo el obelisco, que ha generado varias interpretaciones: Desde un Dios hermafrodita con un lado masculino y otro femenino, o la existencia y una doble divinidad. Tiene esculpida sus 4 caras. Se perciben representaciones humanas, de felinos, serpientes y aves, además de algunas plantas.
Significado
El obelisco es una pieza clave para comprender la religión de Chavín. Representa a una divinidad suprema, que proviene de un mito acerca de la creación del mundo y de sus especies vivientes. En él se visualiza la figura de un animal que es el felino (Jaguar), el dios de los báculos representado también en la Estela de Raimondi.
Curiosidades
Después de permanecer en la ciudad de Lima por nueve décadas, el Obelisco Tello volvió a su lugar de origen, el pueblo de Chavín de Huántar, Luego de un tratamiento especial se trasladó al Museo Nacional de Chavín tras su remodelación en 2017. Este fue un claro ejemplo del derecho de las comunidades al disfrute de sus raíces, según expresaron los directivos del Instituto Nacional de Cultura. Su llegada fue celebrada con el ritual del pago a la tierra. Se hizo hincapié en que las regiones tienen derecho a gozar su patrimonio cultural, motivo por el cual se edificó un museo de carácter nacional en Áncash. También se resaltó la importancia de exponer piezas originales.
